La edici¨®n en EE UU busca salida
La crisis impulsa la adaptaci¨®n del sector del libro a los esquemas del siglo XXI
Las bibliotecas estadounidenses bullen. Pocos lugares pueden presumir de tener m¨¢s clientes en plena crisis econ¨®mica, seg¨²n cuentan peri¨®dicos locales de todo el pa¨ªs. Leer libros sin tener que comprarlos parece una sana manera de entretenerse en el universo de austeridad que millones de personas en todo el mundo han decidido autoimponerse mientras el temporal de despidos e incertidumbre arrecia.
En cambio, cadenas de librer¨ªas como Barnes & Noble o Borders, empiezan a sufrir la escasez de clientes. "Los s¨¢bados sol¨ªamos estar sobrepasados. Mira esto hoy, es un p¨¢ramo. Y los que hay, se leen las revistas y los libros en la cafeter¨ªa y se van a casa sin comprarlos. Estoy seguro de que la empresa va a empezar a despedirnos a nosotros tambi¨¦n", comentaba hace unos d¨ªas un empleado de una de las sucursales m¨¢s c¨¦ntricas de Barnes & Noble en Nueva York.
Mientras el cine y la m¨²sica se adaptan a Internet, los editores van a la zaga
Puede que sean los peque?os negocios los que introduzcan grandes cambios
Los negocios no van bien en el mundo editorial. Esa librer¨ªa, la m¨¢s grande del planeta, con 40.000 empleados y casi 800 locales repartidos por todo Estados Unidos, lleva seis meses registrando una ca¨ªda de sus ventas, que durante la temporada navide?a encogieron un 7% respecto al mismo per¨ªodo del a?o anterior. Adem¨¢s, su cotizaci¨®n en Bolsa se ha devaluado a la mitad en apenas 10 meses. Uno de sus principales inversores, William Ackman Pershing Square Capital Management LP, acaba de anunciar la venta de todas sus acciones, y eso que a¨²n no se han hecho p¨²blicas las cuentas de la empresa relativas al ¨²ltimo trimestre, que no se auguran buenas.
Su principal competidor, Borders, la segunda librer¨ªa del pa¨ªs, atraviesa una crisis a¨²n m¨¢s grave, con p¨¦rdidas continuadas a lo largo del a?o, falta de liquidez, acreedores pis¨¢ndoles los talones y un baj¨®n en las ventas navide?as del 12%. Tan mala es la situaci¨®n que Borders se puso a la venta en primavera y ninguna empresa se atrevi¨® a comprarlo. Para hacer frente a su propio caos se acaba de anunciar un cambio en su direcci¨®n, pero en el mundo del libro se rumorea que sus d¨ªas est¨¢n contados.
A esto hay que a?adirle el goteo de despidos que han registrado todas las grandes editoriales estadounidenses, desde Random House, propiedad del grupo alem¨¢n Bertlesmann, a Simon and Schuster, del conglomerado CBS, o Harper Collins, brazo editorial de News Corporation. Hasta el mundo de las biblias, que en Estados Unidos son una importante referencia al tratarse del libro m¨¢s vendido anualmente (25 millones de ejemplares en 2007), se prepara para el Armageddon: Thomas Nelson, la mayor editorial de contenidos cristianos del pa¨ªs, responsable del 36% de las ventas de biblias estadounidenses, despidi¨® en noviembre al 10% de su plantilla.
Las ventas online en cambio, siguen subiendo, como demuestra el 17% de aumento que Amazon.com ha preanunciado respecto a sus resultados globales de 2008. Por eso hay quien asegura que el problema del mundo editorial no tiene ninguna relaci¨®n con la crisis, sino con un sistema de negocio que se ha quedado obsoleto. "Los libros no suelen sufrir en tiempos de crisis porque son uno de los entretenimientos m¨¢s baratos. El problema es que el mundo editorial hoy funciona de la misma manera que en el siglo XIX. Es muy ineficiente, as¨ª que esta crisis generalizada creo que nos va a venir bien para ponernos al d¨ªa y adaptarnos al siglo XXI". Lo dice un veterano de las letras, Mort Janklow, uno de los agentes m¨¢s poderosos de la industria neoyorquina, responsable de Janklow & Nesbit, donde est¨¢n representados entre otros Tom Wolfe, Thomas Harris, Al Gore y Daniele Steele, entre m¨¢s de mil autores.
Sus palabras no parecen descabelladas: mientras la m¨²sica ha transformado radicalmente su modelo de negocio y el cine y la televisi¨®n comienzan a hacerlo obligados por los cambios que ha tra¨ªdo Internet, el mundo del libro se ha quedado rezagado. "Las editoriales no controlan la distribuci¨®n y pierden mucho dinero por ello. Todo se basa en apuestas, en probabilidades, nadie sabe realmente cu¨¢ntos libros imprimir o reimprimir y adem¨¢s las editoriales tienen que hacerse cargo de lo que esas librer¨ªas inmensas no son capaces de vender. Todo eso tiene que cambiar, sobre todo ahora que los peque?os libreros se han visto obligados a desaparecer", sostiene Janklow. En su opini¨®n, las editoriales tienen miedo de los cambios que puede traer el mundo digital porque temen perder dinero. "Pero es que el negocio de la cultura nunca deber¨ªa haber tenido como objetivo el ganar dinero a espuertas. Es rid¨ªculo gastarse millones en fiestas, viajes y cenas de lujo. Ahora todas las editoriales anuncian que se apretar¨¢n el cintur¨®n. Normal. Lo absurdo es que vuelvan a despilfarrar cuando las cosas vayan bien. La cultura tiene que ser rentable pero no deber¨ªa tener como objetivo el exceso", asegura un agente que consigue para algunos de sus autores adelantos millonarios. "Pero eso me permite que otros escritores menos conocidos al menos puedan publicar y vivir de su trabajo", se defiende.
Esos son los que m¨¢s van a notar la crisis, afirma Janklow, puesto que las grandes editoriales no van a estar dispuestas a apostar por desconocidos. "Pero esto es s¨®lo transitorio. Yo tengo mi propia teor¨ªa: en cinco a?os este negocio va a ser muy diferente. Y no va a ser el Kindle (el iPod de los libros) el que lo revolucione, me parece demasiado fr¨¢gil. Yo creo que pronto se va a crear una impresora hiperveloz e hiperbarata que permitir¨¢ a la gente imprimir sus libros y encuadernarlos en su propia casa en cuesti¨®n de minutos. Y eso va a hacer que se pierdan muchos intermediarios por el camino".
Y como ocurre con muchas revoluciones, puede que sean precisamente los peque?os quienes introduzcan grandes cambios: esta semana la editorial escocesa Canongate Books anunci¨® que digitalizar¨¢ todo su catalogo -450 t¨ªtulos- y comenzar¨¢ a a?adirle extras a sus libros digitales. Nick Cave va a publicar con ellos la novela The death of Bunny Munro, para la que el cantante australiano est¨¢ adem¨¢s componiendo una banda sonora que vendr¨¢ con su ebook. Y la novela Homicide, de David Simon, creador de The Wire, tambi¨¦n aparecer¨¢ en digital acompa?ada por entrevistas con el autor y protagonistas de la serie. Jamie Byng, de Canongate, lo ve as¨ª: "No nos limitamos a copiar y pegar el contenido online. Estamos usando el medio, ah¨ª es donde est¨¢n las nuevas oportunidades. Ser¨ªa una locura no tomar en serio los cambios que ya se est¨¢n produciendo. La industria de la m¨²sica a¨²n est¨¢ sufriendo por no haberlo hecho a tiempo".
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