El Sporting pega de nuevo

El Sporting estuvo a punto de pagar cierta frivolidad, al recrearse en su superioridad, con un empate que hubiese puesto de u?as a su afici¨®n. Con 2-0 y un jugador m¨¢s, el equipo gijon¨¦s se cans¨® de fallar oportunidades. Marc¨® Garc¨ªa Calvo en el 87 y la gente se puso a temblar. Y no s¨®lo de fr¨ªo. En cuatro d¨ªas, primero en la Copa y ahora en Liga, Carmelo y Barral le han amargado la vida al Valladolid, con la ayuda inestimable de una defensa impropia de un equipo entrenado por Mendilibar. Todo el rigor y la solidez que se le supone a un equipo del t¨¦cnico vasco quedaron en entredicho en su doble visita a Gij¨®n.

El mi¨¦rcoles, en la Copa, las rotaciones invitaban a pensar en un Valladolid de circunstancias. Pero ayer, con los te¨®ricos titulares, todo sigui¨® igual. O peor, ya que el Sporting no jug¨® con tanto empuje. Ni siquiera Garc¨ªa Calvo dio sensaci¨®n de solvencia y Barral lo aprovech¨® a la primera.

Poca garra

Hasta ese momento, el Valladolid jug¨® a sus anchas, pero con tan poca garra que el dominio no pas¨® de un vistoso ejercicio est¨¦tico en el centro del campo. El Sporting, fiel a su juego directo, intentaba robar y conectar con su pareja atacante, que Preciado mantuvo a costa de dejar en el banquillo a su m¨¢ximo goleador, Bilic.

Con la expulsi¨®n de Marcos y, casi de inmediato, el 2-0, el partido parec¨ªa resuelto. Una sensaci¨®n que se confirm¨® en el segundo tiempo. Los jugadores rojiblancos creyeron llegado el momento del lucimiento personal y el tercer gol se resisti¨®. Por eso el Valladolid, cuando se encontr¨® con su gol, se fue arriba con todo y puso a todo El Molin¨®n de los nervios.