El jaque mate millonario de la escritora Katherine Neville

Ha sabido buscarse la vida desde los 18 a?os y ahora, con 57, la tiene m¨¢s que resuelta. Public¨® un libro, El ocho, que la hizo millonaria en lectores y d¨®lares. Casi treinta a?os despu¨¦s ha decidido continuar la partida de ajedrez que inici¨® cuando comenz¨® a escribir su primer best seller con una nueva novela, El fuego (Plaza&Jan¨¦s). Katherine Neville (San Luis, 1945) no muestra apego al dinero, ni miedo a la crisis econ¨®mica. "Fui camarera y es un oficio que aprend¨ª bien. Si ahora me quedase sin dinero, no tendr¨ªa ning¨²n problema en volver a ponerme un delantal", responde durante la presentaci¨®n en Madrid de su nueva novela.

Esta esbelta mujer, que fue modelo, directiva de una empresa inform¨¢tica y asesora del Gobierno argelino antes de dedicarse a la literatura, se introduce en la trama de El ocho -publicado en 30 idiomas y con ventas superiores a los cinco millones de ejempla-res- y El fuego para explicar que el primero de los libros se inicia con la defensa india del rey y en el segundo con la defensa india de la reina negra. Su protagonista gana la partida gracias a un inesperado movimiento final.

La escritura estadounidense, explica en t¨¦rminos ajedrec¨ªsticos, que El ocho es "como una partida de ajedrez compleja, como las que tantas veces disputaron los grandes maestros K¨¢rpov y Kasp¨¢rov, mientras que El fuego se parece m¨¢s a un juego r¨¢pido, como el que practica la jugadora Susan Polgar".

Antes de lanzarse a la escritura, Neville trabaj¨® como inform¨¢tica en varias empresas: "Tuve la suerte de introducirme en un mundo en el que se necesitaba a gente con ganas de aprender. No sab¨ªa escribir a m¨¢quina y sigo manejando el ordenador con dos dedos, pero era una osada y las cosas no me fueron mal. Mi trabajo me permiti¨® recorrer muchos pa¨ªses".

En esa necesidad de conocer, Katherine Neville vivi¨® momentos en los que era dif¨ªcil hacerse con un puesto de trabajo. Su f¨ªsico la salv¨®. "Me apuntaba en las oficinas de modelo y, aunque no desfilase nunca, me llamaban para asistir a fiestas y eso significaba comida gratis". ?Qu¨¦ aprendi¨®? "A sobrevivir. Conoc¨ª a mucha gente y me aport¨® mucha experiencia. Todo ello te facilita mucho a la hora de escribir. En cada personaje encuentras pinceladas de gentes que has ido conociendo a lo largo de la vida".