Bush defiende con orgullo su gesti¨®n

El presidente George Bush inform¨® ayer a los corresponsales en la Casa Blanca de que el mi¨¦rcoles 21, en su primer d¨ªa como ciudadano de a pie, amanecer¨¢ en su rancho de Crawford (Tejas), se preparar¨¢ una buena taza de caf¨¦ y se mirar¨¢ sin miedo al espejo para afeitarse, porque est¨¢ orgulloso del trabajo realizado durante sus ocho a?os de mandato. ?sta fue la ¨²ltima comparecencia de Bush ante los periodistas, que no le despidieron a zapatazos, como le ocurri¨® la ¨²ltima vez en Bagdad, sino con duras preguntas, amables comentarios sobre esta larga y ¨¢spera convivencia y algunos aplausos de cortes¨ªa cuando el presidente les deseaba a todos lo mejor para el futuro.

Bush asegur¨® haber disfrutado su presidencia. "He tenido momentos felices y momentos tristes, pero he gozado de todos", dijo. Reproch¨® a algunos periodistas que, en ocasiones, le hab¨ªan "menospreciado", pero a?adi¨® que, en general, se sent¨ªa tratado de forma justa y profesional, y confi¨® en que la historia va a hacer un mejor balance de su gesti¨®n de lo que se escribe ahora mismo.

EE UU, dijo, es hoy un pa¨ªs m¨¢s seguro por las decisiones tomadas tras el 11-S

Bush no parec¨ªa preocupado por irse con menos de un 30% de apoyo

Reconoci¨® algunos errores y decepciones a lo largo de su mandato. Entre los primeros, el principal fue el de declarar precipitadamente "misi¨®n cumplida" en Irak. La mayor decepci¨®n fue la de no haber encontrado armas de destrucci¨®n masiva en aquel pa¨ªs, que fue el argumento central ofrecido por su Administraci¨®n para conseguir la autorizaci¨®n del Congreso a la guerra.

Pese a eso, Bush no se arrepiente de haber iniciado ese conflicto ni de ninguna otra de las decisiones que tom¨® despu¨¦s de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Cree que, gracias a su labor, Estados Unidos es hoy un pa¨ªs m¨¢s seguro, como prueba el hecho de que no se ha producido ning¨²n otro atentado desde aquella fecha. "?Recuerdan c¨®mo estaban las cosas el 11 de septiembre?", pregunt¨® Bush. "Yo lo recuerdo", se contest¨®. Respecto a Irak, el presidente norteamericano defendi¨® que, en ¨²ltima instancia, ese pa¨ªs tiene ahora una democracia incipiente. "A largo plazo", a?adi¨®, "la gran pregunta es saber si esa democracia conseguir¨¢ sobrevivir, y ¨¦sa es una pregunta que habr¨¢ que hacerle a los pr¨®ximos presidentes".

Bush tuvo palabras de reconocimiento y ¨¢nimo para su sucesor, Barack Obama. Asegur¨® que ser¨¢ un orgullo para ¨¦l cederle dentro de una semana el poder al primer presidente negro de la historia de Estados Unidos, y advirti¨® que a Obama le quedan momentos muy dif¨ªciles por delante en los que aprender¨¢ "que toda la responsabilidad de la presidencia cae de repente sobre sus espaldas". Pero opin¨® que el nuevo presidente es una persona "inteligente y comprometida" que sabr¨¢ hacer frente a los desaf¨ªos.

No le quiso hacer muchas recomendaciones espec¨ªficas. Pero record¨® que la amenaza terrorista sigue siendo el mayor problema al que hace frente el pa¨ªs -"todav¨ªa hay enemigos ah¨ª tratando de hacer da?o a Estados Unidos"-, y llam¨® la atenci¨®n sobre lo equivocado que ser¨ªa que, por culpa de la crisis econ¨®mica, Estados Unidos volviera a pr¨¢cticas proteccionistas y aislacionistas.

En esa direcci¨®n quiere Bush intentar construir un legado si su popularidad aumenta y la ocasi¨®n lo permite: como el presidente que sacrific¨® su imagen para defender a su pa¨ªs, y que extendi¨® el libre mercado y la democracia hacia fronteras desconocidas.

Bush va a dedicar alg¨²n tiempo de despacho a partir de ahora a trabajar en limpiar su nombre. Pero, hoy por hoy, parece una tarea imposible para el hombre que, con menos de un 30% de apoyo, puede pasar a la historia como el peor presidente. En su ¨²ltima conferencia de prensa, Bush no parec¨ªa ayer especialmente preocupado por su popularidad. Explic¨® que siempre entendi¨® que gobernar no era participar en un concurso de belleza y que nunca quiso tomar decisiones por el simple hecho de que resultaban populares. Puso como ejemplo la firma de los acuerdos de Kioto, a los que se opuso.

Neg¨® la cr¨ªtica de que el prestigio de Estados Unidos haya decrecido durante su presidencia. "Yo no creo que la imagen de Estados Unidos se haya empa?ado", dijo. Admiti¨® que existe una fuerte oposici¨®n a su pol¨ªtica, en parte, seg¨²n ¨¦l, de quienes quieren debilitar a este pa¨ªs, pero insisti¨® en que no aprecia odio hacia ¨¦l de parte de sus compatriotas. "Yo creo que esa gente que muestra odio, que grita y dice cosas malas es s¨®lo una peque?a porci¨®n del pa¨ªs".

Aunque parte de esa hostilidad hacia Bush se forj¨® en la reacci¨®n de su Gobierno a la cat¨¢strofe del Katrina, el presidente no admiti¨® ayer errores en relaci¨®n con esa crisis. "?No me digan que la Administraci¨®n actu¨® con lentitud cuando rescatamos a 30.000 personas de los tejados!", record¨®.

Con algunas bromas y palabras amables, Bush dio por concluido para siempre su tiempo en el podio de la Oficina de Prensa de la Casa Blanca. "He tenido mi tiempo bajo los focos", dijo, y se retir¨® por el estrecho pasillo que le conduce a la normalidad.