El dilema
Si, como es de temer, los tribunales, a instancia de la Fiscal¨ªa General del Estado, impiden que D3M (Demokrazia 3 Miloi) acuda a los comicios del pr¨®ximo 1 de marzo, nos encontraremos con las primeras elecciones auton¨®micas sin presencia de la izquierda abertzale "oficial" (tambi¨¦n EA y Aralar se consideran izquierda abertzale). La medida, aparte de tener dudosos beneficios para la salud democr¨¢tica del sistema (al dejar sin representaci¨®n a una parte significativa de la ciudadan¨ªa), va a provocar evidentes efectos secundarios como es el convertir la cita con las urnas en una especie de plebiscito entre las fuerzas soberanistas y las constitucionalistas.
Hasta ahora, los esca?os de HB, o de cualquiera de sus posteriores marcas electorales, imped¨ªan que ninguno de ambos bloques alcanzase la mayor¨ªa absoluta de 38 esca?os. Adem¨¢s, salvo los gobiernos basados en el pacto PNV-PSE creados tras las votaciones de 1990 y 1994 (el de 1986 se qued¨® en 36 parlamentarios), los gabinetes de Ajuria Enea han mostrado una tendencia a no estar sustentados en la mayor¨ªa absoluta de la C¨¢mara vasca.
El veredicto de las urnas puede venir determinado por detalles ajenos al propio proceso electoral
Euskadi se presenta nuevamente como un caso singular. Va a ser la ¨²nica autonom¨ªa hist¨®rica donde, a priori, el debate electoral no se plantee en t¨¦rminos de bloques de derechas e izquierdas, sino de partidos estatalistas (con la excepci¨®n de Ezker Batua) frente a formaciones del ¨¢mbito vasco.
Tanto en Catalu?a como en Galicia, la llegada del PSOE al poder ha venido precedida por pactos con fuerzas nacionalistas de izquierda, ERC y BNG, respectivamente. Es decir, se han articulado gobiernos progresistas frente a una derecha representada, en el caso catal¨¢n, por CiU y en el caso gallego por el PP.
En el Pa¨ªs Vasco no parece posible que opciones parangonables a ERC o BNG, como pod¨ªan ser EA o Aralar, obtengan el suficiente apoyo en las urnas para garantizar una hipot¨¦tica alternativa de gobierno junto al PSE. Por lo tanto, la puerta de Ajuria Enea s¨®lo se abrir¨ªa a los socialistas si sus esca?os sumados a los del PP alcanzan o superan la cifra m¨¢gica de 38. Dirigentes populares ya han adelantado que en una situaci¨®n de este tipo facilitar¨ªan un cambio de gobierno en Vitoria, lo que consolidar¨ªa el car¨¢cter excepcional del ¨¢mbito vasco-navarro (en la Comunidad Foral fue el PSN quien posibilit¨® el mantenimiento de la derecha en el poder).
Los primeros sondeos publicados hablan de una gran igualdad entre PNV y PSE, y de una ligera ventaja del bloque constitucionalista sobre el soberanista. En estos casos, el veredicto final de las urnas puede venir determinado por detalles ajenos al propio proceso electoral, pero que provocar¨ªan un aumento o descenso de la abstenci¨®n, o el que muchos indecisos se inclinen por una opci¨®n u otra.
Uno de estos factores lo podemos encontrar en el ef¨ªmero juicio-espect¨¢culo (con sorteo de entradas incluido y una ¨²nica funci¨®n) cuyo principal beneficiario ha sido el lehendakari, maestro, como pocos, en el arte de vender victimismo ante las afrentas que llegan de Madrid. Ni el mejor de sus estrategas habr¨ªa esperado contar con que el TSJPV les prestar¨ªa semejante caja de resonancia en v¨ªsperas de la campa?a electoral.
El segundo de los elementos que pod¨ªa influir en el resultado final de las elecciones es la actividad o inactividad de ETA. Una elemental reacci¨®n de humanitarismo hace que un sector del electorado tienda a identificarse a la hora de depositar su voto con aquellas fuerzas pol¨ªticas que recientemente han sufrido alg¨²n atentado. En este sentido, no hay que olvidar que las ¨²ltimas v¨ªctimas del terrorismo han sido un empresario cercano al nacionalismo y la sede de la Radiotelevisi¨®n P¨²blica Vasca. ?Puede volver Ibarretxe a protagonizar una haza?a como la del 2001? De momento, los factores ex¨®genos van jugando a su favor.
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