Espa?a promueve una Carta de la ONU para velar por la privacidad
Expertos internacionales en protecci¨®n de datos elaboran los criterios b¨¢sicos
Vivimos al descubierto. Perfiles extraordinariamente elaborados con nuestros datos personales, que incluyen detalles ¨ªntimos que ocultamos a nuestros mejores amigos, figuran en innumerables ficheros de todo el mundo. Para intentar detener esta espiral, en el mundo de Internet y la videovigilancia, la Agencia de Protecci¨®n de Datos de Espa?a se ha propuesto elaborar antes de fin de a?o una Carta universal de la ONU que garantice un nivel m¨ªnimo de privacidad.
El sector privado, por un lado, acumula sin cesar todo elemento que pueda desvelarle nuestros gustos o necesidades. El Estado, por otro, almacena desde los quebrantos de nuestra salud, nuestros datos financieros y fiscales, hasta innumerables detalles de nuestra existencia cotidiana, que observa desde c¨¢maras de videovigilancia. Cuando uno y otro cruzan sus ficheros, el ciudadano queda completamente indefenso.
"Internet nunca olvida. Pi¨¦nsalo bien antes de colgar tus cosas en la Red"
Desde hace ya tres d¨¦cadas, las agencias de protecci¨®n intentan defendernos de este expolio. La llegada de Internet se lo ha puesto a¨²n m¨¢s dif¨ªcil; b¨¢sicamente, porque somos nosotros mismos quienes, con toda ingenuidad, nos desnudamos ante el gran ojo. El primer objetivo, dicen los expertos, es que los consumidores tomen conciencia de que no deben entregar m¨¢s datos que los estrictamente necesarios para cada operaci¨®n.
"Internet no olvida", explica Esther Mitjans, directora de la Agencia Catalana de Protecci¨®n de Datos. "Siempre se lo digo a los j¨®venes", a?ade: "Pi¨¦nsalo bien antes de contar determinadas cosas o colgar tu foto en Internet; piensa que no dejar¨ªas en la calle tu diario personal o las llaves de tu casa".
Mitjans presidi¨® ayer en Barcelona la reuni¨®n preliminar para establecer las bases de trabajo y fijar los est¨¢ndares internacionales que deben conformar esta Carta universal de la ONU. El objetivo es que sea aprobada en la 31? Conferencia Internacional de Protecci¨®n de Datos y Privacidad, que tendr¨¢ lugar en Madrid el pr¨®ximo mes de noviembre.
A la reuni¨®n, celebrada en el Parlament de Catalu?a, asistieron representantes de una treintena de pa¨ªses, entre los que figuraban Estados Unidos, Alemania, Canad¨¢, Francia, Holanda, Hong Kong, Irlanda, Reino Unido e Italia, as¨ª como expertos legales y estudiosos acad¨¦micos, adem¨¢s de representantes de las grandes empresas de la Red como Google, Microsoft u Oracle.
"La protecci¨®n de datos nunca puede ser absoluta", se?ala Mitjans; "hay que poder valorar cada situaci¨®n y aplicar criterios concretos". Actualmente, en el sector privado, la regla es la del simple consentimiento del consumidor. Las empresas dicen someterse a una pol¨ªtica de privacidad, se?ala, "pero en realidad se mueven en la ambig¨¹edad y no asumen ninguna responsabilidad". Sin embargo, reconoce que el exceso de reglamentaci¨®n tendr¨ªa efectos nocivos sobre el comercio.
Actualmente, la legislaci¨®n sobre protecci¨®n de datos var¨ªa extraordinariamente en cada pa¨ªs, al margen de los que ni siquiera la regulan. Con esta carta se conseguir¨ªa crear un instrumento vinculante que otorgue protecci¨®n legal a los ciudadanos.
En el sector p¨²blico, adem¨¢s de los datos que el poder siempre ha almacenado sobre sus ciudadanos, una actividad potenciada en este momento por las nuevas tecnolog¨ªas, se a?ade ahora la vigilancia directa. Los Estados, por otro lado, no est¨¢n dispuestos a ceder ni un cent¨ªmetro del espacio que han ganado desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. El miedo y la amenaza terrorista supusieron que los ciudadanos bajaran la guardia sobre sus derechos y aceptaran casi sin trabas la presencia del ojo del Estado.
Los ciudadanos deben recuperar parte de este espacio, se?ala Mitjans. El principio es sencillo: "Se trata de que la persona adecuada tenga acceso a la informaci¨®n adecuada para utilizarla con un objetivo preciso", explica Mitjans. "El principio de finalidad es esencial, y el objetivo para el que se accede a la informaci¨®n no puede ser cambiado", a?ade.
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