Gaza: si no lo contamos, no existe
Voy a apropiarme descaradamente del lema de Reporteros Sin Fronteras, "si no lo contamos, no existe", porque dif¨ªcilmente se puede superar en este caso. Si los periodistas no podemos contar lo que est¨¢ pasando en Gaza, si no podemos verlo en directo, porque el Gobierno de Israel nos proh¨ªbe el paso al estrecho territorio palestino -aplicando una censura a la libertad de expresi¨®n e informaci¨®n digna de dictaduras como China o Cuba, que tanto solemos criticar los periodistas occidentales-, dif¨ªcilmente podremos informar al resto del mundo de la barbarie que se est¨¢ cometiendo con los palestinos, eso s¨ª, a la vista de todos los pa¨ªses democr¨¢ticos y sus medios de comunicaci¨®n. Una barbarie aplicada sobre civiles, entre ellos miles de ni?os que, de d¨ªa en d¨ªa, engrosan las listas de muertos y heridos salvajemente, pese al repetitivo "no se persigue a los civiles" de las autoridades israel¨ªes, mantra propagand¨ªstico con el que ya no pueden enga?ar a nadie.
Los periodistas est¨¢n sufriendo una censura digna de dictaduras como Cuba y China
La libertad de expresi¨®n, el principio elemental del periodismo de ver, hablar, escuchar, observar y luego contar los hechos con la mayor honestidad posible, tiene cada d¨ªa m¨¢s enemigos. A este paso nos enfrentamos raudos a una profesi¨®n sin futuro. Si en las ¨²ltimas guerras provocadas por Estados Unidos ya fue dif¨ªcil informar -recordemos la primera guerra del Golfo, en la que, al margen de los grandes montajes organizados de cara a los medios de comunicaci¨®n, apenas se pod¨ªa contar nada-, y la m¨¢s reciente de Irak, en la que no hubo posibilidad de informar a no ser que los periodistas fueran empotrados con las tropas estadounidenses, en esta ocasi¨®n, Israel ha dado un paso m¨¢s y se ha quitado la careta sin pudor. Ni el menor simulacro de informaci¨®n. Sencillamente se proh¨ªbe a los periodistas el acceso a Gaza. Por supuesto se a?ade una coletilla: "Por motivos de seguridad". Pero la seguridad, o falta de seguridad, es algo que los periodistas afrontan a diario en todo conflicto. Conocemos el riesgo, pero puede m¨¢s el deseo de informar. A veces hay muertos y las cifras de periodistas ca¨ªdos en guerras o conflictos lo atestiguan. Pero queremos estar all¨ª, queremos verlo, queremos poder contarlo. Es nuestro derecho y nuestro deber.
Claro que, como bien relataba en sus ¨²ltimas y estremecedoras cr¨®nicas el corresponsal de este diario en Oriente Pr¨®ximo, Juan Miguel Mu?oz -eso s¨ª, obligado a firmar desde Jerusal¨¦n y Ashkel¨®n-, las autoridades israel¨ªes tienen mucho que ocultar en la actual operaci¨®n de Gaza. Porque hasta nuestras televisiones no llegan, o s¨®lo con cuentagotas, las terribles im¨¢genes que atestiguan la ferocidad de los ataques indiscriminados israel¨ªes en los que la primera v¨ªctima es la poblaci¨®n civil palestina encerrada en una ratonera sin posible salida. Im¨¢genes desgarradoras de ni?os y ancianos sacados de los maleteros de coches, sin piernas, puro amasijo de carne quemada. Ni?os exhaustos al lado de los cuerpos de sus madres muertas. Familias enteras masacradas. Ataques con armas prohibidas por la Convenci¨®n de Ginebra, seg¨²n han denunciado m¨¦dicos noruegos que trabajan en la zona. Proyectiles que dejan despedazados a quienes tocan. Falta de medicinas, agua y alimentos. Ataques a convoyes de ayuda humanitaria... Y nosotros, los periodistas de los pa¨ªses occidentales, tenemos que poder contarlo, y mientras no podamos, denunciar bien alto la censura que lo impide. Porque si no, tambi¨¦n seremos culpables.
Importantes medios de comunicaci¨®n de todo el mundo se han unido al llamamiento de Reporteros Sin Fronteras al Gobierno de Israel para que abra la franja de Gaza a los medios de comunicaci¨®n, una situaci¨®n que consideran "indefendible y peligrosa" ante unos acontecimientos que nos afectan a todos. El llamamiento se enfrenta a la obstinaci¨®n suicida de las autoridades israel¨ªes, que aseguran "no se han logrado todav¨ªa los objetivos". Produce escalofr¨ªos y v¨¦rtigo pensar hasta d¨®nde pueden llegar las acciones de los que un d¨ªa fueron v¨ªctimas y hoy son verdugos.
El eurodiputado David Hammerstein, uno de los ocho que han podido romper el bloqueo de las autoridades israel¨ªes y penetrar, sin su permiso, en Gaza, a trav¨¦s del paso egipcio de Rafah, reclamaba que los periodistas pudieran entrar en el territorio palestino para poder contar lo que est¨¦ sucediendo. "No puede haber guerra sin testigos. ?sa es la llave de la impunidad", razonaba. Por cierto, Hammerstein es jud¨ªo.
?Nos dejar¨¢n entrar a Gaza cuando sea ya s¨®lo un cementerio de ruinas y cad¨¢veres?
Mal¨¦n Azn¨¢rez, periodista, es vicepresidenta de Reporteros sin Fronteras Espa?a.
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