Bush se retira a Tejas
Tras ocho a?os de duros enfrentamientos, Dick Cheney y Joe Biden realizaron en el mismo coche el trayecto entre la Casa Blanca y el Capitolio
Como es tradici¨®n desde la presidencia de Ronald Reagan (1981- 1989), George W. Bush dej¨® una nota para Barack Obama en el primer caj¨®n del escritorio del Despacho Oval. Le deseaba que todo le fuera bien y le escrib¨ªa sobre el "fabuloso nuevo episodio" que Estados Unidos estaba a punto de comenzar. George y Laura Bush son ya ciudadanos comunes.
Ayer por la ma?ana, el matrimonio que ha ocupado durante ocho a?os la Casa Blanca dijo adi¨®s a la que hab¨ªa sido su residencia y anoche los Bush durmieron en su rancho de Waco, en Tejas. Han fijado su vida diaria en la ciudad de Dallas, en ese mismo Estado del sur del pa¨ªs.
Todav¨ªa como anfitriones del n¨²mero 1.600 de la Avenida de Pensilvania, George y Laura recibieron a primera hora de la ma?ana de ayer a la pareja, Barack y Michelle, que iba a ocupar su residencia horas m¨¢s tarde. Les ofrecieron caf¨¦. Los Obama acababan de acudir a misa. Michelle llev¨® un regalo a Laura y todos se besaron y abrazaron. No estuvieron solos. El todav¨ªa vicepresidente Dick Cheney y su esposa, Lynne, se sumaron al desayuno. Por supuesto, no faltaron quienes en pocas horas iban a sustituirles en la escena pol¨ªtica estadounidense, Joe y Jill Biden.
Eso suced¨ªa mientras por la parte de atr¨¢s de la Casa Blanca un cami¨®n de mudanzas no paraba de descargar cajas de Michelle y Barack llegadas de Chicago. Los tiempos est¨¢n medidos al mil¨ªmetro. No entra nada mientras est¨¢n los antiguos inquilinos. Ni siquiera se quitan las fotos personales hasta que el elegido no se convierte oficialmente en presidente.
Acabado el caf¨¦, el grupo puso rumbo al Capitolio para la toma de posesi¨®n. En un coche iban los vicepresidentes, Dick Cheney y Joe Biden. Los periodistas de los m¨¢s distintos medios de comunicaci¨®n no pod¨ªan evitar comentar sobre qu¨¦ hablar¨ªan dos hombres que han vivido duros enfrentamientos en los ¨²ltimos ocho a?os. "Afortunadamente el trayecto es corto", dec¨ªan los m¨¢s ¨¢cidos.
Bush y Obama se subieron a bordo de "la bestia" (the beast), la nueva limusina creada pensando en la seguridad del presidente negro (lo m¨¢s parecido a un tanque rodante, seg¨²n los expertos), e iniciaron la marcha hacia el cercano Capitolio. No tuvieron que preocuparse por los atascos. Washington estaba sellada al tr¨¢fico desde varios kil¨®metros a la redonda de la residencia presidencial.
El Capitolio era el punto donde se dividir¨ªa el camino que realizaron juntos Bush y Obama. A ambos hombres les esperaban pol¨ªticos y autoridades. Antes que ellos hicieron entrada en escena los otros tres ex presidentes que siguen vivos. Un jovial Jimmy Carter, un envejecido y con bast¨®n George H. Bush (padre del presidente saliente) y un serio Bill Clinton rezaron mientras el pastor Rick Warren ofrec¨ªa su plegaria e invocaba a Dios.
Al mediod¨ªa Obama juraba su cargo. Casi a la una, los Bush pon¨ªan rumbo a Tejas. Hasta la misma puerta del helic¨®ptero del cuerpo de marines que aguardaba al ex mandatario y su esposa en la parte posterior del Capitolio les acompa?aron Michelle y Barack.
El ya ex jefe de Estado de Estados Unidos George W. Bush y Barack Obama se dieron un apret¨®n de manos. Ambos abrazaron a las se?oras. Bush resisti¨® la tentaci¨®n en la que en su d¨ªa cay¨® Ronald Reagan, cuando pidi¨® al piloto que sobrevolara por ¨²ltima vez la Casa Blanca. El ex mandatario y antiguo actor, fallecido en 2004, coment¨® entonces a su esposa Nancy que contemplara por ¨²ltima vez "su bungalow" que dejaban atr¨¢s.
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