Pecios. El Mal es un comod¨ªn ideol¨®gico
El autor recupera la f¨®rmula del apunte variado, una reflexi¨®n breve sobre hechos de actualidad. En esta ocasi¨®n, manda el horror persistente del conflicto palestino-israel¨ª y el advenimiento de la era de Obama
Qu¨¦ peste de tolerancia, que se te acerca suavemente con sus zapatillas cargadas de raz¨®n!
(Espa?olez) En 2002 se declar¨® la Tomatina de Bu?ol fiesta de Inter¨¦s Tur¨ªstico Nacional. Interesaba, en efecto, que los extranjeros vinieran a conocer esta forma de expresi¨®n cultural post-moderna, pero a la vez aut¨¦nticamente espa?ola.
(Tertuliano) Ser¨ªa una grave injusticia despojar a las v¨ªctimas de su derecho a contemplar el retorcerse de los cuerpos y o¨ªr los alaridos de sus verdugos abras¨¢ndose en el fuego eterno.
(Abstracciones) Es un error sumamente craso el de seguir diciendo "fr¨ªas abstracciones", cuando es cada d¨ªa m¨¢s llamativo hasta qu¨¦ punto el hierro de la abstracci¨®n se ha vuelto el que m¨¢s pronto y con m¨¢s ganas se pone incandescente.
Espa?oleces: "A rajatabla", "a machamartillo", "verdades como pu?os"
No hay que tener miedo: el mundo es fuerte y siempre vuelve a la normalidad
(Glosa a Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao) Lo m¨¢s descorazonador de los pol¨ªticos es que siempre est¨¢n empezando, y sin capacidad para darse cuenta de que todos sus empezares son un volver a empezar. Con este empezar recurrente se corresponde el que los gobernados pacientes tiendan a decir una y otra vez "Ahora s¨ª que".
(Obama 2009-glosa al anterior) Lo peor que podr¨ªa volver a empezar ahora, una vez m¨¢s, es una Nueva Era.
(Predestinaci¨®n) Se podr¨ªa configurar un principium idiuiduationis en que el constituyente definitivo fuese el destino. La f¨¢bula es as¨ª: "Ha de haber para ti un lugar vac¨ªo en el infierno; el Criador lo form¨® como la celda de un panal el d¨ªa en que naciste, o mucho antes, si es que antes te pens¨®. La celda te est¨¢ destinada, lo que quiere decir que espera que la llenes con tu cuerpo mientras Nuestra Se?ora no te salve de acabar en ella". El cielo es todo cielo, no hay lugares, panales ni alveolos; por eso no es Destino, es Salvaci¨®n. Salvaci¨®n respecto del destino, tal como pretend¨ªa Walter Benjamin.
(Heraclio) Hace ya muchos a?os, yendo yo por los campos y dehesas que desde la carretera de Piedralaves hacia Pedro Bernardo y Arenas de San Pedro van bajando, ondulantes, hasta la orilla derecha del Ti¨¦tar, vi que me segu¨ªa, como a unos 10 o 12 metros de distancia, sin tratar de alcanzarme, un perro grande, un mast¨ªn, que arrastraba un trozo de cuerda que tra¨ªa atado al cuello. Era, evidentemente, un perro ahorcado, que con su peso hab¨ªa roto la cuerda y hab¨ªa salvado la vida. ?Qu¨¦ vida? Aquel andar tan cansado, con la cabeza baja, aquellos ojos tristes y como entrevelados, ?pod¨ªan ser todav¨ªa la vida? La confianza en que a¨²n alguien en el mundo lo acogiese la tra¨ªa ya tan disminuida que se me fue quedando lentamente atr¨¢s hasta perderme de vista.
(2? glosa a la glosa a J. M. R.) Los d¨ªas, los meses, los a?os, los siglos, son al fin cantidades de una misma cuenta, pero las Nuevas Eras son inconmensurables golpes de decrepitud.
(Confianza) Algunos aprecian la coherencia o congruencia como una prueba de honradez en la conducta o como una garant¨ªa de verdad en el razonamiento, pero, al cabo, tiene un punto de vanidad est¨¦tica: vale poco m¨¢s que la rima, pero es mucho m¨¢s peligrosa.
(Afinidad) La siniestra teor¨ªa del "plasma germinal" guarda, por la raz¨®n de la inherente prioridad frente a los individuos, un cierto parentesco con la concepci¨®n sacrosanta de "La Vida" en las doctrinas del cristianismo, y no s¨®lo del romano.
(El gran comod¨ªn) Esa noci¨®n de "el Mal", extrapolada, encarnada y proyectada en el mundo con jerarqu¨ªa de Ente, es tan falsa y fraudulenta como la p¨®cima amarilla, sebosa y pegajosa a la que en el famoso "Processo degli untori" se atribuy¨® la peste de Mil¨¢n, cuando pasaban por esta ciudad multitud de personas, sobre todo lansquenetes, que hu¨ªan de la epidemia de peste extendida al norte de los Alpes. Cuando oigo la palabra el Mal, ontol¨®gicamente enfatizada, me digo: "Ya est¨¢ ah¨ª la purga de Benito, se ha terminado la averiguaci¨®n". Es el gran comod¨ªn ideol¨®gico, exorcismo de urgencia para cualquier vacilaci¨®n moral.
(Equ¨ªvoco pronominal) Se ponen como muy arrogantes usando el plural, porque piensan que Nosotros tiene la ejemplaridad de no ser personal sino solidario, pero Nosotros es tan persona como Yo, y, si cabe, much¨ªsimo peor persona.
(Espa?oleces) "A rajatabla", "a machamartillo", "verdades como pu?os".
(Anacarsis) Cada vez m¨¢s ejemplarmente piadosa resulta hoy en d¨ªa la respuesta del escita Anacarsis, que visit¨® Atenas en tiempos de Sol¨®n, cuando los atenienses le preguntaban que por qu¨¦ no ten¨ªa hijos: "Por amor a los ni?os".
(Perlas de la lengua) Se encuentran a veces en los textos m¨¢s modestos como aquel de Las hijas de un sevillano que cantan las ni?as saltando a la comba: "Un d¨ªa a la m¨¢s peque?a / le tir¨® la inclinaci¨®n / de irse a servir al rey / vestidita de var¨®n". ?Pero qu¨¦ maravilla es esa de "le tir¨® la inclinaci¨®n"!
(Creyentes en la inexistencia) Ahora salen con el eslogan "Probablemente Dios no existe; deja de preocuparte y goza de la vida". No s¨¦ lo que es hoy en d¨ªa "gozar de la vida" como no sea gastar dinero y hacer el mamarracho para sofocar el mortal aburrimiento de un mundo malvendido. Pero lo malo de la fe no es que Dios d¨¦ preocupaciones, sino todo lo contrario: Dios quita preocupaciones; Dios inhibe, enajena, insensibiliza, embrutece.
(Tzipi Livni: "Todos deben elegir de qu¨¦ lado est¨¢n") Cuando la guerra es escatol¨®gica la enemistad entre las partes es una separaci¨®n divina que ser¨ªa ap¨®stata infringir.
(Monopolio) Ser¨ªa rid¨ªculo pensar que con los bombardeos de la Franja de Gaza los jud¨ªos quieren vengarse de Ham¨¢s por lanzarles unos cohetes que de cada centenar s¨®lo uno da en el blanco (es decir, hiere o mata a una persona); los jud¨ªos no se vengan de Ham¨¢s, siguen veng¨¢ndose de la Shoah, pues s¨®lo ellos son los leg¨ªtimos portadores del victimato: del victimato ¨²nico y universal, y por lo tanto eterno.
(Se dijo de Euskadi: "No queremos la paz, sino la victoria") Es in¨²til: no hay indulgencia plenaria m¨¢s incontestable que la de la victoria.
(La victoria-glosa a Todorov) Esa suciedad de la que os ha lavado la catarsis de la victoria era precisamente lo que m¨¢s importaba conservar.
(La normalidad) Siempre he sostenido y aplicado la idea de que las f¨®rmulas verbales m¨¢s comunes y estereotipadas expresan a menudo nociones o representaciones que forman parte del substrato ideol¨®gico m¨¢s cotidiano de una sociedad. Recurren a manera de tics verbales fijados y consolidados en acu?aciones literalmente invariables. No hace falta un o¨ªdo demasiado suspicaz para detenerse ante una f¨®rmula como "volver a la normalidad", hoy cada d¨ªa m¨¢s repetida, ?tantas anormalidades sobrevienen!, y o¨ªr en ella la expresi¨®n m¨¢s profundamente representativa de nuestra sociedad burguesa, liberal y acomodada. La convicci¨®n y la confianza son las de que hay una normalidad, como un suelo seguro y permanente, una horizontal de equilibrio, a la que siempre han de volver las cosas tras los ocasionales disturbios o perturbaciones que se elevan o descienden, por as¨ª decirlo, con respecto al nivel cero de ese pavimento, alterando la calma e interrumpiendo moment¨¢neamente la constancia y la fidelidad del mundo. Pero no hay que tener miedo: el mundo es fuerte y siempre vuelve a la normalidad.
(Glosa a "La normalidad") Fue el enorme talento de Ionesco el que, en su obra La cantante calva, acert¨® a poner magistralmente en escena "la normalidad" en estado puro. El m¨¦todo consisti¨® en no desviar nada, sino en acompa?arla hasta su propia perfecci¨®n. De modo que, al igual que las agujas del reloj de la comedia, que daba y volv¨ªa a dar siempre las nueve, no necesit¨® moverse ni un mil¨ªmetro de la objetividad, para lo cual se atuvo escrupulosamente al libro que le hab¨ªa inspirado: un manual de lengua inglesa que cay¨® en sus manos, porque quer¨ªa aprender ingl¨¦s. As¨ª pues, como pauta de la conversaci¨®n del se?or Smith y la se?ora Smith, puede decirse que, en un sentido real, no se invent¨® absolutamente nada, sino que adopt¨® y sigui¨® rigurosamente por modelo la letra y el esp¨ªritu del tipo de frases pedag¨®gicamente puestas como ejemplo en el manual de ingl¨¦s. En efecto, sacada de contexto y o¨ªda aisladamente, no hay ni una sola interlocuci¨®n en todo el di¨¢logo de los se?ores Smith que pueda sonar ya sea, por una parte, absurda, grotesca, estrafalaria o carente de sentido, ya sea, por otra, original, deliberada, espec¨ªfica, especializada o subjetivamente intencional; todo es all¨ª com¨²n y cotidiano, todo es profundamente normal, la perfecci¨®n de "la normalidad".
(La televisi¨®n) Todos se conocen, todos se tutean, todos se besan, todos se admiran, todos se alaban, todos se aplauden, todos se adoran. ?Pero qu¨¦ mono todo! ?Qu¨¦ lindo es el mundo!
Rafael S¨¢nchez Ferlosio es escritor.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.