Paul Strand, objetivo an¨®nimo
Foto Colectania ofrece una retrospectiva del gran fot¨®grafo
De la Nueva York de la d¨¦cada de 1930 a las iglesias encaladas de Nuevo M¨¦xico, de la naturaleza del norte de ?frica a las flores del jard¨ªn: para Paul Strand toda realidad, por an¨®nima y cotidiana que sea, se merece una imagen. Lo demuestra la Fundaci¨®n Foto Colectania esta temporada con Paul Strand. Retrospectiva 1915-1976, la primera exposici¨®n de envergadura que se ha dedicado en Europa, en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, a este cl¨¢sico de la fotograf¨ªa estadounidense. Organizada por la Fundaci¨®n Pedro Barri¨¦ de la Maza, que la present¨® en A Coru?a y Vigo el pasado oto?o, la exposici¨®n re¨²ne 75 im¨¢genes, en su gran mayor¨ªa copias originales de la ¨¦poca, reveladas por el propio autor.
La selecci¨®n permite recorrer todas las etapas de la trayectoria de Strand (Nueva York, 1890-Orgeval, Francia, 1976), representante de punta de la straight photography, cuyo prop¨®sito es representar una escena de forma tan realista y objetiva como lo permite el medio, renunciando a cualquier manipulaci¨®n. "Strand fue el primero en reivindicar el poder de la objetividad y el lenguaje de la fotograf¨ªa pura. Tambi¨¦n fue el primero en democratizar los temas, introduciendo los objetos cotidianos y descontextualiz¨¢ndolos, tal como hac¨ªan los cubistas en pintura", asegura Rafael Llano, comisario de la exposici¨®n.
Haber nacido en el seno de alta burgues¨ªa jud¨ªa, no le impidi¨® ser un hombre de izquierdas y reflejar sus ideas en su obra. Convencido de que toda la realidad y cualquier individuo puede ser un posible sujeto, Strand dirige su mirada hacia los rostros an¨®nimos que encuentra por las calles, primero de su Nueva York natal y despu¨¦s de los pa¨ªses que recorre en sus numerosos viajes: M¨¦xico, Italia, Escocia, Egipto, Marruecos y Francia, donde se exilia acosado por la caza de brujas del senador McCarthy. Para que sus protagonistas no pierdan la espontaneidad, llega incluso a dotar su c¨¢mara de una lente falsa, para que no se sepa donde enfoca realmente su objetivo. El resultado de esta pr¨¢ctica, que se hizo c¨¦lebre como candid camera (c¨¢mara oculta), se cristaliza en im¨¢genes ic¨®nicas como la Mujer ciega o los trabajadores de Wall Street. Sus viajes le llevan a apreciar las culturas locales y su valor universal, medio siglo antes de que la globalizaci¨®n las convierta en un tema de moda. "Sin ser fotoperiodista, Strand usa su c¨¢mara para ofrecer una imagen global de la cultura local", apunta el comisario.
Tambi¨¦n desarrolla una larga trayectoria en el cine. Desde la d¨¦cada de 1920 se gana la vida como c¨¢mara; en 1921 con el documental Manhattan se convierte en el primer director de cine independiente de los Estados Unidos y en 1937 crea la productora cooperativa Frontier Film, impulsora de proyectos documentales de contenido social, que incluyen dos pel¨ªculas sobre la Guerra Civil, una de Cartier Bresson. Su importancia para la historia de este medio fue tal que, en 1945, el MoMA de Nueva York le dedic¨® su primera exhibici¨®n monogr¨¢fica de fotograf¨ªa.
Nombres consolidados y nuevos valores
Strand es el plato fuerte de una temporada expositiva surgida de las reuniones con el nuevo comit¨¦ asesor, formado por tres pesos pesados de la imagen: Marta Gili, directora del centro de arte Jeu de Pomme de Par¨ªs; Urs Stahle, director del Fotomuseum Winterthur en Suiza; y Cristina Zelich, cr¨ªtica y comisaria de exposiciones, autora del Libro Blanco de la Fotograf¨ªa en Espa?a. La programaci¨®n, que demuestra la voluntad de Colectania de aprovechar su s¨¦ptimo aniversario para ampliar su radio de acci¨®n, alterna nombres consolidados con nuevos valores e incluye Rastros, una colectiva de fot¨®grafos emergente seleccionados por Xavier Ribas y sendas monogr¨¢ficas dedicadas al documentalista Crist¨®bal Hara y al pionero del reportaje humanista, Rafael S. Lobato. En octubre se presentar¨¢ una importante colecci¨®n internacional, como prueba de que la difusi¨®n del coleccionismo privado sigue siendo su objetivo primordial.
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