"Como actriz siempre busco los desaf¨ªos"
Eterna aspirante a los principales galardones cinematogr¨¢ficos, Kate Winslet ve¨ªa finalmente recompensado su enorme talento en la reciente gala de los Globos de Oro, cuando logr¨® hacer doblete como mejor actriz principal y de reparto en las cintas Revolutionary road (una de las novedades en la cartelera espa?ola) y The reader, que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo 13 de febrero. Los Oscar no han sido tan generosos. Su sexta candidatura a la estatuilla dorada -anunciada esta misma semana- s¨®lo ha reconocido la interpretaci¨®n en la segunda de esas dos pel¨ªculas, la historia de una alemana que esconde su culpable pasado en brazos de un amante adolescente.
"?ste ha sido mi a?o m¨¢s afortunado, todav¨ªa no puedo creer que haya tenido la oportunidad de encarnar a dos personajes femeninos tan complejos como extraordinarios", declara mientras saborea el pico de una s¨®lida carrera que arrancara con Criaturas celestiales (1994).
"Como tantas actrices, he sufrido el escrutinio injusto de la prensa"
"Me preocupa lo que piense mi marido m¨¢s que nadie"
"Mi personaje es muy diferente a m¨ª, que soy feliz y optimista"
"DiCaprio y yo nos sentimos muy c¨®modos trabajando juntos"
Aunque Winslet defiende con la misma pasi¨®n los dos t¨ªtulos que la han convertido en la estrella del momento, las candidaturas de la academia de Hollywood no dejan de tener un cierto sabor agridulce, al dejar en la cuneta a Revolutionary road, un proyecto que considera muy personal. Ella fue quien persigui¨® el gui¨®n adaptado de la novela hom¨®nima de Richard Yates (1961), quien eligi¨® a su propio marido, Sam Mendes, para dirigirla y quien consigui¨® embarcar a Leonardo DiCaprio como coprotagonista.
Doce a?os despu¨¦s de su apasionado y taquillero romance en Titanic, ambos se reencuentran en el celuloide para encarnar a April y Frank Wheeler, un matrimonio en descomposici¨®n, atrapado en el sue?o americano, que acabar¨¢ trastoc¨¢ndose en pesadilla. "He esperado cuatro a?os para interpretar a April, porque como actriz siempre buscas los mayores desaf¨ªos, en este caso encarnar a un personaje temperamental y amargado, tan diferente de c¨®mo soy yo, una persona feliz y optimista", explica.
Los hoy treinta?eros Winslet y DiCaprio retienen aquella qu¨ªmica que los elevara a la fama cuando encarnaron a una prometedora pareja desencantada con los ideales de vida de los suburbios de Connecticut. "Ambos nos sentimos tremendamente c¨®modos trabajando juntos. Despu¨¦s de tantos a?os de amistad, tenemos mucha confianza, y eso nos permiti¨® forzar los l¨ªmites de nuestras interpretaciones. De hecho, nos aprovechamos de ello", explica.
El ani?ado f¨ªsico de Di Caprio resulta m¨¢s que convincente en el papel del inseguro y cobarde Frank ("creo que es lo mejor que ha hecho nunca", sentencia Winslet), pero la cr¨ªtica ha coincidido en que la actriz se erige en la gran protagonista de la funci¨®n.
Al margen de la quiniela de los galardones, la artista se resiste a decantarse entre ese retrato de una mujer que lucha a la desesperada por huir del claustrof¨®bico universo del suburbio, y la sutil composici¨®n de la antigua guardiana de un campo de concentraci¨®n nazi que brinda en The reader. Winslet contra Winslet, un extra?o duelo que se dirimir¨¢ el pr¨®ximo 8 de febrero en los premios brit¨¢nicos del cine, Bafta, donde ha sido seleccionada en la categor¨ªa de actriz principal por ambos papeles.
"Me siento halagada, y s¨®lo puedo decir que en esta ocasi¨®n tendr¨¦ preparado mi discurso, por si acaso", declara con sentido del humor en alusi¨®n a su conocido traspi¨¦s al recibir el Globo de Oro. Aquel episodio, en el que quiso reconocer la labor de sus contrincantes, pero olvid¨® el nombre de una de ellas, Angelina Jolie ("lo siento, Anne, Meryl, Kristin... Oh Dios, ?qui¨¦n es la otra?"), ha sido ridiculizado con sa?a en los titulares de la prensa brit¨¢nica. Y se sinti¨® herida ante el hecho de que sobresaliera ese traspi¨¦s al m¨¦rito de haber logrado dos galardones. "Nunca hab¨ªa recibido ese premio, y desde luego no esperaba llevarme dos, as¨ª que no puede imaginarse lo desbordada que me sent¨ª. Entonces me avergonz¨® que en mi propio pa¨ªs no pudieran celebrar aquel logro aunque, francamente, hoy me importa una mierda", afirma con evidente enojo.
La relaci¨®n de amor-odio que Kate Winslet (Reading, Inglaterra, 1975) mantiene con la prensa de su tierra natal se traduce en un un¨¢nime reconocimiento de sus dotes como artista, pero, al mismo tiempo, una indisimulada antipat¨ªa hacia su figura como luminaria hollywoodense. Los vaivenes de su peso y su pose cual delgad¨ªsima vampiresa en una reciente portada de Vanity Fair, han sido objeto de un sinf¨ªn de art¨ªculos, si bien la actriz demostr¨® que mantiene unas curvas bien puestas durante la presentaci¨®n de Revolutionary road en Londres. All¨ª comparec¨ªa, arropada por DiCaprio, en un entorno que le resulta hostil desde que la prensa se cebara con el divorcio de su primer marido, Jim Thrapleton, para acabar en los brazos del oscarizado Sam Mendes (American beauty). "Como tantas actrices j¨®venes de hoy, yo tambi¨¦n he sufrido un escrutinio intenso e injusto de los medios".
Winslet y Mendes, dos brit¨¢nicos que integran una de las parejas doradas al otro lado del Atl¨¢ntico, donde viven con sus dos hijos, han trabajado juntos por primera vez en Revolutionary road. "Lleg¨® un momento en que actores como Tom Hanks me hab¨ªan explicado tales maravillas de Sam como director que empec¨¦ a sentirme celosa", relata sobre su resoluci¨®n de actuar a sus ¨®rdenes.
La reputada formaci¨®n de Mendes como director de teatro se tradujo en tres semanas de ensayos ("un lujo, porque en el cine sueles tener apenas una") y un rodaje que sigui¨® el estricto orden de las secuencias. "Por supuesto que estaba nerviosa, me preocupa lo que piensa mi marido m¨¢s que nadie", recuerda, "pero no tuvimos ning¨²n problema, a pesar de mi tendencia a llevarme los personajes a casa". A Winslet, por supuesto, le hubiera gustado coronar esa experiencia con la estatuilla dorada, pero ahora debe aferrarse a la promoci¨®n de The reader para conseguirla: "Un Oscar significa mucho. Y, definitivamente, quiero ganarlo".
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