Esp¨ªa
La verdad es que Francisco Granados tiene el aire de alguno de los libros de la serie de Carvalho; subido en su moto podr¨ªa ser uno de los personajes dibujados para la historia del espionaje dom¨¦stico por Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n.
?Y Esperanza Aguirre? V¨¢zquez Montalb¨¢n la hubiera retratado con tacones de aguja, corriendo en busca de un peluquero. Dicen, y seguro que es mentira, que pasa mucho tiempo en la peluquer¨ªa, y que a veces la peluquer¨ªa va a ella. Hace bien: si uno quiere mantener la apariencia, ha de ir al peluquero, o a la peluquera.
Tiene el aire Esperanza Aguirre, de todos modos, de una manera que se arregla ella sola el pelo; la visi¨®n m¨¢s directa que tengo de su personalidad es un breve viaje en coche, mientras ella ensayaba un discurso. Cuando lo ensayaba, a m¨ª me parec¨ªa que el discurso no era gran cosa.
Pero cuando se subi¨® al estrado y puso ¨¦nfasis, aqu¨¦l era otro discurso. Le pusieron las palabras y ella puso el ¨¦nfasis. Cuando supo el otro d¨ªa que este peri¨®dico ten¨ªa documentos comprometidos sobre lo que hac¨ªa Granados, su-hombre-de-todos-los-ministerios, se lanz¨® a un micr¨®fono y dijo lo que dicen pol¨ªticos como ella cuando afrontan una cuesti¨®n seria:
-Pero ?usted se toma en serio EL PA?S?
Dicho sobre cualquier otro medio de comunicaci¨®n de los que le ponen alfombra roja por las ma?anas (sobre todo por las ma?anas; de alg¨²n modo hay que pagar las concesiones televisivas, aunque luego las revoque la justicia), eso que dijo Aguirre de EL PA?S se hubiera tomado como un ataque a la libertad. Pero ella usa el pim-pam-pum selectivamente, y ese d¨ªa le toc¨® a EL PA?S: "No hagan caso, es una novela", vino a decir Esperanza, y m¨¢s que Esperanza, su ¨¦nfasis.
Despu¨¦s se le enred¨® el cabello en su desd¨¦n previo y ella misma acudi¨® a la justicia a ver qu¨¦ demonios pasa con esta extra?a trama cuyos hilillos parece (parece) que descienden de Granados.
Francisco Granados tiene un historial que no s¨®lo le convierte (¨¦l lo dijo) en "un vendedor de motos". Ahora que su rostro ha salido otra vez a escena lo recuerdo dilucidando el vidrioso asunto de Tamayo y S¨¢ez; entonces sonre¨ªa como si supiera algo m¨¢s que lo que se dec¨ªa, y ahora que se sabe c¨®mo se quiere enterar de lo que sucede recupero aquella sonrisa como un distintivo especial en una cara que Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n hubiera descrito como la de uno que sabe para otro. -
jcruz@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.