John Mortimer, escritor y abogado
Defensor de la libertad de expresi¨®n en el Londres de los setenta, firm¨® guiones para la BBC o Zeffirelli
Lo tentador es decir que John Mortimer fue mejor abogado que escritor en su larga vida, pero ser¨ªa injusto. Debut¨® como autor teatral compartiendo cartel con Harold Pinter, le dirigir¨ªa despu¨¦s Peter Hall, y actores de la talla de Alec Guinnes, Michael Redgrave o Wendy Craig interpretaron algunas de sus piezas en el West End. Tambi¨¦n public¨® novelas, que no he le¨ªdo, y fue un aplaudido guionista de televisi¨®n, creador en la BBC de la estupenda Rumpole of the Bailey, pionera de los seriales de leguleyos, y firmante, parece ser que muy retocado por el director, de la legendaria serie de Granada TV Retorno a Brideshead. En cine se le debe la escritura del m¨¢s potable filme de Zeffirelli, Te con Mussolini, los di¨¢logos adicionales (a los de Truman Capote, nada menos) en Los inocentes, de Jack Clayton, y el gui¨®n adaptado de la ¨²ltima obra maestra que rod¨® Otto Preminger, El rapto de Bunny Lake.
Sin embargo, en la Inglaterra a¨²n correosa de los a?os setenta, el abogado Mortimer adquiri¨® la notoriedad de un h¨¦roe defendiendo la libertad de expresi¨®n en la avalancha de procesos muy ruidosos emprendidos contra libros, revistas y discos acusados de pornograf¨ªa: la novela de Hubert Selby Jr. ?ltima salida a Brooklyn, el Peque?o Libro Rojo de la escuela, el semanario Oz y las portentosas memorias de la estrella, en este caso deliberadamente porno, Linda Lovelace, a¨²n hoy m¨¢s recordada por su Garganta profunda que por su ulterior reconversi¨®n piadosa. Fueron aqu¨¦llos a?os de reacci¨®n rabiosa despu¨¦s de la relativa permisividad de los sesenta, y en gran medida premonitorios del inminente desembarco armado de Margaret Thatcher en la pol¨ªtica.
Antes de la llegada al poder de la Dama de Hierro, Mortimer ya hab¨ªa sido el constante rival en el foro de una dama mofletuda y locuaz llamada Mary Whitehouse, sa?uda perseguidora de r¨¦probos y viciosos, con ayuda, todo hay que decirlo, de la gubernamental Brigada de Publicaciones Obscenas. Mortimer defendi¨® (y perdi¨®) la causa contra el director de la muy de ¨¦poca revista Gay News (por publicar un poema supuestamente blasfemo de James Kirkup), ganando sin embargo ante los mismos tribunales la que acusaba a Virgin Records de obscenidad por editar el disco de los Sex Pistols Never mind the bollocks.
Casado en primeras y breves nupcias con la novelista Penelope Mortimer, que hizo de su tormentoso matrimonio el tema de la magn¨ªfica The Pumpkin Eater (bien llevada al cine, con gui¨®n de Pinter, por el mismo Jack Clayton), John Mortimer ten¨ªa un don natural, ingenioso pero nunca banal, para los di¨¢logos, muy brillantes en sus versiones de Feydeau (hitos de la escena londinense) y en su propia y mejor obra para las tablas, Viaje alrededor de mi padre, una agridulce y conmovedora evocaci¨®n de su irascible progenitor, abogado como ¨¦l. De esta comedia guardo recuerdos imborrables, encarnada en el teatro por Michael Redgrave y, en una m¨¢s tard¨ªa tele-movie, por Laurence Olivier, habiendo Mortimer cedido para ese rodaje su propia casa, heredada del padre, y hasta la cama en la que el hijo lo vio morir la semana pasada a los 85 a?os.
Infatigable enemigo de la censura y de la se?ora Thatcher, Mortimer recibi¨® en 1997 el t¨ªtulo de sir a instancias del Gobierno de Blair, un pol¨ªtico a quien apoy¨® fervientemente y -no ser¨ªa el ¨²nico defraudado- lleg¨® a odiar.
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