Sobre el sionismo

En sus puntualizaciones el profesor Jos¨¦ R. Ayaso (EL PA?S del 22/01/2009) afirma que no se puede ni se debe recurrir al fantasma del antisemitismo para descalificar todos aquellos que se proclaman antisionistas o, sencillamente, se oponen a la pol¨ªtica de Israel, y es cierto.

El problema es que el antisionismo suele tambi¨¦n tener un rostro poco amable. Que un jud¨ªo sea antisionista, es decir, que no se identifique de forma alguna con Israel es relativamente frecuente y problema suyo; pero que un nojud¨ªo niegue ese derecho b¨¢sico a un pueblo cuya historia es la historia de las persecuciones y del destierro, a quien le fue aplicada "la soluci¨®n final", y ¨²nicamente a ¨¦l, resulta altamente sospechoso.

Para justificar su rechazo dir¨¢n los antisionistas que Israel se ha creado a costa de los Palestinos. Pongamos, pero si ese es el criterio para legitimar o no un Estado, habr¨¢ que redise?ar el mapa pol¨ªtico del mundo, puesto que casi todos los pa¨ªses en sus actuales fronteras son el resultado de guerras, invasiones, expoliaciones y anexiones, empezando por la casi totalidad de los pa¨ªses ¨¢rabes que, de paso sea dicho, cuentan dentro de los mayores colonizadores y esclavistas de la historia.

El otro problema es que la indignaci¨®n de los manifestantes de estas ¨²ltimas semanas, sobre todo en Europa occidental, donde las manifestaciones han sido espont¨¢neas, es muy selectiva. A ninguno de ellos se les ha visto el pelo a la hora de protestar contra la barbarie en Darfur, contra las masacres en Chechenia, la matanza en Srebrenica o contra otros tantos conflictos much¨ªsimo m¨¢s sangrientos y devastadores que lo que hemos presenciado ¨²ltimamente en la franja de Gaza. Cabe, por lo tanto, preguntarse si lo que interesa verdaderamente es la suerte de las v¨ªctimas o quien est¨¢ detr¨¢s. Y me temo que la respuesta est¨¦ en la pregunta.