El Papa aplaca la ira de Israel al condenar el Holocausto

Benedicto XVI se vio ayer obligado a reaccionar para tratar de aplacar la ira de Israel por el perd¨®n papal a los cuatro prelados integristas lefebvrianos. El Rabinato anunci¨® que suspend¨ªa indefinidamente sus relaciones con la Iglesia en protesta por las palabras del obispo Richard Williamson, que neg¨® el genocidio de millones de jud¨ªos y la existencia de c¨¢maras de gas en los campos de exterminio. Horas despu¨¦s, el Papa se distanci¨® de los exabruptos del brit¨¢nico, se solidariz¨® con los jud¨ªos, conden¨® el Holocausto y pidi¨® a los cism¨¢ticos que acepten el Concilio Vaticano II.

Israel emiti¨® enseguida se?ales de satisfacci¨®n. El director general del Rabinato, Oded Weiner, dijo a la agencia Ansa que las palabras del Papa suponen "un gran paso adelante para la soluci¨®n de la cuesti¨®n", y una "declaraci¨®n muy importante para los jud¨ªos y para el mundo entero". Aunque hacen falta "pasos ulteriores como una retractaci¨®n p¨²blica del obispo Williamson".

En una carta remitida el martes a la comisi¨®n de la Santa Sede para Asuntos Religiosos, Weiner hab¨ªa pedido una disculpa p¨²blica como condici¨®n "para continuar el di¨¢logo", y hab¨ªa cancelado la reuni¨®n que deb¨ªa celebrarse en marzo en Roma para abordar las relaciones de la Iglesia con las comunidades jud¨ªas. Ayer pidi¨® que se aplace hasta que las relaciones se normalicen.

Prueba del malestar provocado en Israel por el perd¨®n a los lefebvrianos, que no admiten la orden ecum¨¦nica del Concilio Vaticano II que supuso el principio del di¨¢logo entre jud¨ªos y cat¨®licos, es que arreciaron las voces para que el Ejecutivo de Olmert suspenda la visita de Benedicto XVI a Israel en mayo. Adem¨¢s, la misiva enviada al Vaticano fue filtrada al diario Jerusalem Post antes de llegar a su destinatario.

Tras conocer esas noticias, y despu¨¦s del silencio del Vaticano del d¨ªa anterior, Ratzinger decidi¨® mover ficha y expres¨® su "plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza", es decir, los jud¨ªos. El Holocausto debe ser "para todos una advertencia contra el olvido, la negaci¨®n y el reduccionismo", dijo, y subray¨® que en Auschwitz "se consum¨® la matanza cruel de millones de jud¨ªos, v¨ªctimas inocentes de un ciego odio racial y religioso".

Luego, pidi¨® a los lefebvrianos que den los "pasos necesarios para realizar la comuni¨®n plena con la Iglesia" reconociendo "el magisterio y la autoridad del Papa y del Concilio Vaticano II". Justific¨® incluso el perd¨®n a los cism¨¢ticos, excomulgados por Juan Pablo II en 1988. Se trata, dijo, de un "acto de paterna misericordia", realizado para buscar la "unidad" de la Iglesia y aliviar el "vivo sufrimiento" de los lefebvrianos.

El discurso acab¨® con un elogio del di¨¢logo y el perd¨®n. La Shoah, a?adi¨®, "debe ense?ar tanto a las viejas como a las nuevas generaciones que el fatigoso camino de la escucha y del di¨¢logo, del amor y del perd¨®n, conduce a los pueblos, las culturas y las religiones del mundo a la deseada meta de la fraternidad y la paz".

Riccardo di Segni, rabino jefe de Roma, acogi¨® con satisfacci¨®n la declaraci¨®n. "Era necesaria y es bienvenida, contribuye a aclarar muchos equ¨ªvocos sobre el negacionismo y respecto al Concilio Vaticano II". La Santa Sede dese¨® que, a la luz de las palabras del Papa, el di¨¢logo con el Rabinato pueda continuar "con fruto y serenidad".