El presidente defiende su plan econ¨®mico ante el ataque republicano
El Senado estudia m¨¢s rebajas fiscales para atraer alg¨²n voto de la oposici¨®n
El Senado de EE UU discute enmiendas a la ley de est¨ªmulo econ¨®mico para hacerla m¨¢s aceptable para la oposici¨®n republicana y corregir algunos defectos detectados a lo largo del debate. El presidente Barack Obama defiende, en lo esencial, el contenido de ese paquete y est¨¢ convencido de que servir¨¢ para reflotar la econom¨ªa a corto plazo y conseguir s¨®lidas bases de crecimiento en el futuro, pero est¨¢ dispuesto a aceptar algunas correcciones en aras de un mayor respaldo bipartidista.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, confes¨® ayer que Obama se hab¨ªa sentido "frustrado" al comprobar que ni un solo republicano hab¨ªa votado a favor del plan de est¨ªmulo en la C¨¢mara de Representantes, donde la propuesta fue aprobada el mi¨¦rcoles por 244 contra 188 (los 177 esca?os de la oposici¨®n m¨¢s 11 dem¨®cratas). Gibbs anunci¨® que Obama iba a "continuar hablando con los republicanos", como ya hizo en la misma noche del mi¨¦rcoles durante una recepci¨®n a congresistas de ambos partidos.
La primera versi¨®n de la ley incluye un pol¨¦mico apoyo a los productos de EE UU
La Casa Blanca conf¨ªa en que el panorama de divisi¨®n cambiar¨¢ durante el debate en el Senado, que votar¨¢ otra versi¨®n de la ley la pr¨®xima semana. Los dem¨®cratas necesitan en la C¨¢mara alta el respaldo de, al menos, un senador de la oposici¨®n para asegurarse de que la ley sale adelante r¨¢pidamente. Pero Obama espera tener alg¨²n voto m¨¢s.
Para ello, la Casa Blanca negoci¨® ayer con los l¨ªderes republicanos en el Senado la incorporaci¨®n de algunas demandas de la oposici¨®n. "Confiamos en poder hacer enmiendas que mejoren esta decisiva legislaci¨®n", declar¨® el l¨ªder de la minor¨ªa, Mitch McConnell.
La principal oferta es la de incrementar el porcentaje del paquete de est¨ªmulo destinado a rebajas fiscales. Los republicanos creen que ese instrumento es el ¨²nico que verdaderamente garantiza la creaci¨®n de empleo a corto plazo. En el plan aprobado por la C¨¢mara de Representantes, los descuentos fiscales representan el 33% de los 825.000 millones de d¨®lares (cerca de 650.000 millones de euros) aprobados. Los republicanos quieren aumentar ese porcentaje, al menos, al 40%.
Entre las propuestas est¨¢ la de destinar 70.000 millones de d¨®lares m¨¢s para ahorrarle impuestos a la clase media. ?ste y otros ajustes elevar¨ªan el monto del plan discutido en el Senado hasta los 900.000 millones de d¨®lares.
Los republicanos sospechan que gran parte del dinero destinado a nuevos gastos -inversiones en infraestructuras y mejoras de las condiciones sociales- encubre, en realidad, la financiaci¨®n de las agendas pol¨ªticas de los congresistas dem¨®cratas.
Frente a eso, Obama ha ofrecido la m¨¢xima transparencia en el gasto. La ley que salga del Congreso y que el presidente quiere firmar a mediados de febrero no incluye los detalles del destino de cada d¨®lar aprobado. La mayor parte quedar¨¢ a la discreci¨®n de los Gobiernos estatales, locales y de las diferentes agencias federales. Habr¨¢ que esperar, por tanto, a la ejecuci¨®n de este plan para comprobar si realmente cumple o no con el objetivo de revitalizar la econom¨ªa o es s¨®lo un gigantesco derroche de dinero.
Uno de los apartados pol¨¦micos de la ley salida de la C¨¢mara de Representes es el del fomento de productos made in USA. La versi¨®n aprobada el mi¨¦rcoles afirma que los fondos no pueden ser destinados a proyectos que no sean construidos con hierro y acero producidos en EE UU.
Algunos senadores de ambos partidos han alertado del riesgo de que esa provisi¨®n desencadene una batalla internacional de proteccionismo y proponen su eliminaci¨®n. Pero otros han respondido que esta precauci¨®n s¨®lo intenta hacer en EE UU lo que ya est¨¢n haciendo otros pa¨ªses, que es proteger su producci¨®n nacional, y pretenden extender las medidas a otros sectores.
La ley concede, no obstante, a los responsables del Gobierno federal el derecho a prescindir de esa cl¨¢usula siempre que lo consideren necesario y le da, por tanto, a la Administraci¨®n la ¨²ltima palabra. Obama no se ha pronunciado hasta el momento sobre el tema.
La preocupaci¨®n principal del presidente es, por el momento, conseguir la aprobaci¨®n del plan de est¨ªmulo para poder empezar a intervenir sobre una econom¨ªa que se deshace con cada nuevo dato estad¨ªstico. El paro sigue al alza y los pedidos a las empresas, a la baja. Ma?ana se anunciar¨¢n datos sobre crecimiento que se pronostican demoledores.
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