Zapatero gestiona con Brown y Merkel seguir en el G-20

Tener una silla en propiedad en el G-20, y no un asiento prestado como el que ocup¨® en Washington el pasado 15 de noviembre, es uno de los principales objetivos de la pol¨ªtica exterior de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en las pr¨®ximas semanas.

El jefe del Gobierno espa?ol est¨¢ convencido de que su presencia en el foro de l¨ªderes mundiales, reunidos en oto?o pasada en EE UU para debatir la reforma del sistema financiero internacional, no quedar¨¢ como una excepci¨®n pasajera. Para garantizarlo, la diplomacia espa?ola intensifica sus gestiones.

En la anterior cumbre, todav¨ªa con Bush en la Casa Blanca, la llave la tuvo el jefe del Estado franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, quien cedi¨® a Zapatero uno de los dos sitios que le correspond¨ªan -como presidente de turno de la UE y como socio del G-7, el club de los m¨¢s ricos-, pero ahora son el primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, y la canciller alemana, Angela Merkel, los que pueden abrirle la puerta.

Espa?a habla del G-W para perpetuar el formato de la cita de Washington

El primero ser¨¢ el anfitri¨®n de la reuni¨®n del G-20, prevista para el 2 de abril en Londres, pero la segunda se ha comprometido a reunir, a primeros de marzo en Berl¨ªn, a los l¨ªderes europeos del G-20 para consensuar una posici¨®n com¨²n.

Quien est¨¦ en Londres estar¨¢ tambi¨¦n en Berl¨ªn. Y viceversa.

Aunque Brown no quiso comprometerse cuando fue preguntado al respecto, en la cumbre europea de diciembre pasado en Bruselas, (se limit¨® a decir que "las preocupaciones de Espa?a ser¨¢n tenidas en cuenta seriamente"), Moncloa recuerda que el premier brit¨¢nico -a quien se espera de visita oficial en Madrid antes del verano- fue el primero en defender p¨²blicamente la presencia de Zapatero en Washington.

La contradicci¨®n estriba en que Espa?a quiere estar en las reuniones del G-20 sin pedir el ingreso en dicho club, consciente de las dificultades que entra?a cualquier cambio en su composici¨®n, y por eso prefiere hablar del G-W -es decir, del Grupo de Washington-, dando por sentado que los pa¨ªses invitados a la reuni¨®n del 15 de noviembre lo ser¨¢n tambi¨¦n el 2 de abril. "Entrar cost¨® mucho, pero una vez dentro es muy dif¨ªcil que te echen", alegan fuentes diplom¨¢ticas.

Habr¨¢ que convencer, en todo caso, a los dem¨¢s socios europeos que, el 19 y 20 de marzo en Bruselas, deber¨¢n decir qui¨¦n les representa en Londres.

La cita del G-20 preceder¨¢ a la cumbre que, el 3 y 4 de abril, en Estrasburgo (Francia) y Khel (Alemania), celebrar¨¢n los jefes de Estado y Gobierno de la OTAN, con motivo del 60 aniversario del nacimiento de dicha organizaci¨®n, y de la cena que, el mismo d¨ªa 4, reunir¨¢ a los mandatarios de la UE en Praga (Rep¨²blica Checa). A las tres citas acudir¨¢ Zapatero y en todas coincidir¨¢ con el nuevo presidente de EE UU, Barack Obama, con quien mantendr¨¢ su primer encuentro en alguno de los escenarios de esta gira.

Tras ser anfitri¨®n ayer del primer ministro chino, Wen Jiabao, Zapatero recibir¨¢ en las pr¨®ximas semanas en Madrid al secretario de Estado vaticano, Tarcisio Bertone; a la presidenta argentina, Cristina Fern¨¢ndez; y al presidente ruso, Dmitri Medv¨¦dev, entre otros. A finales de abril est¨¢ prevista la cumbre hispano-francesa, centrada en la lucha contra el terrorismo, y la primera visita de Estado del actual presidente franc¨¦s.

Tras el verano, Zapatero tendr¨¢ que volcarse en la preparaci¨®n de la presidencia espa?ola de la UE, en el primer semestre de 2010, que ser¨¢ la rev¨¢lida definitiva de su pol¨ªtica exterior.