S¨®lo humo
Parte de nuestro cerebro est¨¢ inoculado con los mitos de la Historia Sagrada. Antes de que el uso de raz¨®n llegara a ocupar ese bulbo, en ¨¦l ya se hab¨ªa introducido la serpiente del para¨ªso y all¨ª duerme todav¨ªa. La acompa?an otras im¨¢genes indelebles: la quijada de asno de Ca¨ªn, la zarza ardiente, el pu?al de Abraham en la garganta de Isaac, los sue?os del fara¨®n interpretados por Jos¨¦, la canastilla de Mois¨¦s salvado de las aguas del Nilo, el sol detenido sobre las murallas de Jeric¨®, la figura de Goliat derribado por la honda de David, Salom¨®n y la reina de Saba. En la adolescencia estos mitos fueron sustituidos por alfombras m¨¢gicas, l¨¢mparas de Aladino, aventuras de Simbad el Marino, corsarios negros, viajes a la luna o al fondo del mar. Cuando estas f¨¢bulas perdieron energ¨ªa nuestro cerebro fue asaltado por un conjunto de h¨¦roes grecolatinos, guerreros con faldilla de lat¨®n, leones y gladiadores, argonautas en busca del vellocino de oro, la haza?a de Aquiles, los infinitos regresos a ?taca. Estos mitos forman una espiral de humo y uno tarda mucho en darse cuenta hasta qu¨¦ punto ese humo, que no es sino un sue?o de la imaginaci¨®n, a la hora de vertebrar el esp¨ªritu, es m¨¢s consistente que las columnas de m¨¢rmol donde han sido esculpidas todas las doctrinas filos¨®ficas y las amenazas morales. Despu¨¦s lleg¨® un momento en la vida en que Hollywood ocup¨® el lugar de la torre de Babel; Ad¨¢n y Eva tomaron la figura de Tarz¨¢n y Jane; la zarza ardiente fue Atlanta en llamas iluminando el juramento de Scarlett O'Hara. Se quema cada d¨ªa en el interior de nuestra conciencia la brasa de todos los cigarrillos que se ha fumado Humphrey Bogart mientras la mirada de gata de Lauren Bacall desaf¨ªa cualquier clase de metaf¨ªsica. La Segunda Guerra Mundial son las piernas largas y la boquilla de marfil de Marlene Dietrich y ning¨²n viento de los dioses se puede comparar al que, emergiendo por un respiradero desde las entra?as de Nueva York, le levant¨® las faldas a Marilyn Monroe. El ¨¢rbol de la ciencia es hoy el ¨¢rbol del ahorcado y Ca¨ªn nada tiene que envidiar a James Dean en su huida al Este del Ed¨¦n a bordo de un Porsche Spider. S¨®lo humo son tambi¨¦n Brad Pitt y Angelina Jolie como lo fueron todos los arc¨¢ngeles.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.