?M¨¦xico fallido?
M¨¦xico ya est¨¢ en la lista negra de los Estados fallidos. El Gobierno de Felipe Calder¨®n lo niega con indignaci¨®n. ?Qui¨¦n tiene la raz¨®n?
De cuando en cuando nacen conceptos para categorizar nuevas realidades. Es el caso con Estado fallido (failed States), popularizado por el ¨ªndice anual de la revista Foreign Policy. El t¨¦rmino define a Estados que perdieron el control sobre partes del territorio, que vieron achicarse su monopolio sobre el uso leg¨ªtimo de la fuerza o que son incapaces de proporcionar servicios p¨²blicos adecuados.
M¨¦xico ha sido colocado en esa categor¨ªa. En diciembre del 2008 fue la revista Forbes y en enero fue el Departamento de Defensa estadounidense. El Gobierno mexicano reaccion¨® con celeridad y Pablo Ordaz, corresponsal de EL PA?S en M¨¦xico, relata como, "durante una hora y tres minutos, Patricia Espinosa, secretaria de Relaciones Exteriores" trat¨® de demostrar, con "datos en la mano que, pese a su sangriento d¨ªa a d¨ªa, "M¨¦xico no es un Estado fallido" (17 de enero del 2009).
En muchas ciudades e instituciones la presencia del Estado es testimonial
El Procurador General, Eduardo Medina Mora, tambi¨¦n repite, con argumentos razonablemente convincentes, la versi¨®n oficial seg¨²n la cual la responsabilidad la tienen los gobernantes previos que permitieron el auge del narco. De ah¨ª surge la esperanza porque, se?ores y se?oras, ya se inici¨® la construcci¨®n del futuro: el Gobierno de Felipe Calder¨®n es diferente y est¨¢ triunfando pese a las apariencias. Para alzarse con la victoria requiere, eso s¨ª, del respaldo de la comunidad internacional, y en especial de Estados Unidos. Tambi¨¦n pide, exige, implora la unidad nacional.
Quienes vivimos en M¨¦xico padecemos la inseguridad y, en mi caso, inicio la jornada deseando escuchar al Gobierno dar un buen parte de batalla. Luego me voy desanimando cuando observo zarandearse al Estado, cual patera en mar huracanado. Lo ningunean los narcos y los gobernadores y los grandes empresarios y hasta los vendedores ambulantes que se roban la luz... Este Gobierno s¨ª paga las consecuencias de una herencia del pasado, pero su frivolidad ling¨¹¨ªstica, su falta de coordinaci¨®n y sus contradicciones empeoran la situaci¨®n.
Felipe Calder¨®n y Barack Obama se entrevistaron el 12 de enero en Washington. Fue un encuentro discreto y sin grandes anuncios. Nada m¨¢s salir de la reu-ni¨®n, Calder¨®n inform¨® haberle propuesto al "presidente Obama que hagamos una alianza estrat¨¦gica entre nuestros gobiernos" para enfrentar problemas como el de la seguridad. ?Es consciente Calder¨®n de las implicaciones de una alianza estrat¨¦gica? ?Est¨¢ buscando, acaso, que Washington asigne a M¨¦xico el estatus de Major Non-NATO Ally (Aliado principal fuera de la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico del Norte) como Jap¨®n, Israel y Filipinas? Dif¨ªcil que as¨ª sea porque en M¨¦xico no se ha discutido tal nivel de cercan¨ªa. Estamos, m¨¢s bien, ante una licencia literaria para subrayar la urgencia del apoyo externo en la guerra contra el narco.
En el interior de cualquier Gobierno hay diferencias, pero corresponde al l¨ªder controlarlas. Desde que empez¨® la guerra dos de los principales mandos (Genaro Garc¨ªa Luna, secretario de Seguridad P¨²blica, y Eduardo Medina Mora, procurador General de la Rep¨²blica) libran un enfrentamiento sordo, mientras el titular de la Defensa Nacional contradice la l¨ªnea oficial.
El jueves 27 de noviembre del 2008, el general secretario de la Defensa, Guillermo Galv¨¢n Galv¨¢n, desayun¨® en su despacho con un grupo de comunicadores. Uno de los presentes, el analista Leonardo Curzio, me sintetiz¨® la esencia de sus comentarios: la seguridad interna del pa¨ªs est¨¢ en riesgo grave porque el Ej¨¦rcito se va desgastando ante los carteles que operan en todos lados, porque no se obtiene la colaboraci¨®n deseada de los gobernadores y presidentes municipales (en especial algunos del Partido Revolucionario Institucional), y porque el presidente no se lanza contra aquellos pol¨ªticos que presuntamente protegen o toleran a los capos. El mensaje es cre¨ªble porque hay suficiente evidencia sobre el sometimiento del Ejecutivo a los poderes f¨¢cticos.
Uno de los casos m¨¢s surrealistas es el de Elba Esther Gordillo quien est¨¢ al tim¨®n, simult¨¢neamente, de tres buques de gran calado: dirige el sindicato de profesores con un mill¨®n de miembros, controla un partido pol¨ªtico (Nueva Alianza) que tiene un crecimiento sostenido, y acumula cargos p¨²blicos en los cuales pone y quita a sus incondicionales. Como La Maestra (as¨ª se le llama coloquialmente) fue determinante en la poco clara victoria electoral de Calder¨®n, ¨¦ste le paga el favor de diferentes maneras. En los ¨²ltimos d¨ªas cambi¨® al titular de la Loter¨ªa Nacional, una dependencia con presupuesto multimillonario, porque as¨ª lo deseaba La Maestra.
?Es M¨¦xico un Estado fallido? No en t¨¦rminos generales, porque el Estado todav¨ªa controla la mayor parte del territorio. Sin embargo, la situaci¨®n se empa?a cuando se piensa en ciudades e instituciones en donde la presencia del Estado es testimonial porque quienes controlan los hilos del poder son los narcos. La sensaci¨®n de que marchamos hacia el precipicio se acent¨²a por la desorganizaci¨®n y la tibieza con la cual Felipe Calder¨®n enfrenta la corrupci¨®n y la desorganizaci¨®n que, junto con la desigualdad y la impunidad, desangran y debilitan a la sociedad y al Estado.
Sergio Aguayo Quezada es profesor del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de M¨¦xico.
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