"Lo primero que hice fue meter pastillas en el Cola Cao a un ni?o"
Educadores y abogados reflejan el "limbo legal" de algunos centros de menores
En los centros de menores de la Fundaci¨®n O'Bel¨¦n los malos tratos f¨ªsicos no son un m¨¦todo. Pero "a ning¨²n cuidador le llaman la atenci¨®n si se le va la mano", precisa Miguel, trabajador en Casa Joven hasta mediados de 2006. Miguel, nombre ficticio, est¨¢ convencido de que le contrataron por su corpulencia f¨ªsica. Pesa m¨¢s de 100 kilos. "El prop¨®sito es anular al ni?o para reconstruirlo", analiza. No golpearlo, sino doblegarlo. En ese proceso, se le medica, sin su consentimiento en gran parte de las ocasiones, con tranquilizantes.
La ley de autonom¨ªa del paciente de 2002 establece que a nadie mayor de 12 a?os se le puede medicar sin su conocimiento o el de su responsable legal. "Lo primero que tuve que hacer en La Jarosa, el antecedente de Pic¨®n de Jarama, fue meter unos polvos dentro del Cola Cao a un chico que se negaba a tomar sus pastillas", recuerda Andr¨¦s, fugaz educador que abandon¨® "espantado" el lugar.
Un adolescente de 13 a?os cuenta que sufr¨ªa exploraciones anales
"Cuando alguno ha venido derivado desde una residencia de O'Bel¨¦n vienen atontados por los tranquimacines, y eso dificulta mucho el tratamiento", confirma un responsable de otro centro. Los castigos son constantes, incluido el obligar a un ni?o a comerse una mosca por haberla cazado al vuelo indebidamente, dicen estos antiguos educadores. Las recetas para evitar las autolesiones, muy frecuentes, son nuevas sanciones. "Habr¨ªa que echarles vinagre en las heridas", dijo una de las responsables del centro, seg¨²n Ricardo, ex educador de Casa Joven. Unas observaciones que los responsables de la fundaci¨®n niegan tajantemente.
Esas opiniones, supuestamente, se escuchaban en una reuni¨®n semanal de trabajo. All¨ª se juntaban los trabajadores y planificaban los siguientes siete d¨ªas. Tambi¨¦n ten¨ªan tiempo para leer en alto la correspondencia privada de los chicos y hacer divertidos comentarios sobre su contenido, seg¨²n las fuentes.
La consejera de Asuntos Sociales de Madrid, Engracia Hidalgo, considera que las acusaciones que se han vertido contra el centro Pic¨®n, uno de los m¨¢s se?alados por el Defensor del Pueblo, son falsas. A los ni?os "se les da mimo y cari?o", afirma.
Una percepci¨®n muy poco compartida por Asunci¨®n, madre de acogida de un chico de 15 a?os residente en La Jarosa y en Pic¨®n de Jarama. Asunci¨®n, portadora de abundante documentaci¨®n, incluidos partes de lesiones, relata las peripecias del ni?o como "una pesadilla interminable". El muchacho fue expulsado de su propia casa. Sus padres no lo quer¨ªan porque era d¨ªscolo. As¨ª que ingres¨® en La Jarosa. All¨ª le hicieron todo el cap¨ªtulo de humillaciones y vulneraciones de derechos que, como una retah¨ªla, han ido desgranando muchas de las v¨ªctimas (inmovilizaciones violentas, dar vueltas al centro, aislamiento de varios d¨ªas, desnudarlos y colocarlos de cuclillas...), seg¨²n relata la madre de acogida.
Despu¨¦s, fue uno de los ocho menores que se traslad¨® a Pic¨®n. All¨ª empez¨® desde cero en "la carrera de objetivos" que establece el lugar para poder ir al colegio, entre otros "privilegios", cuenta su madre. No lo consigui¨® y apenas fue escolarizado. Ella se lo llev¨® sin dar m¨¢s explicaciones. Un abogado y una orden de las administraciones lo hicieron posible. Ahora el chico "va al instituto y es tan normal o tan anormal como cualquier adolescente", relata Asunci¨®n.
Una historia muy semejante a la de Abel. Su padre muri¨® de un c¨¢ncer. ?l se volvi¨® rebelde. Dej¨® de ir al colegio. Tuvo una depresi¨®n. Se "port¨® mal". Y le metieron en un piso junto a otros tres ni?os. Todo seg¨²n el relato de su madre biol¨®gica, Aurora, que ha recuperado la custodia. En el piso un educador "le hostigaba y le pegaba". Le hizo moratones en los brazos. Le castigaba mucho. Tanto que Aurora -"?vaya ingenua!"-, pidi¨® que le trasladasen a un centro. El destino fue Pic¨®n de Jarama. All¨ª al chico le toc¨® el mismo protocolo que al resto de "desobedientes". Ten¨ªa 13 a?os. Sus registros, por ejemplo, "inclu¨ªan exploraciones anales". Ahora ya est¨¢ en casa y "s¨®lo intenta olvidar aquellos a?os horribles".
Unas situaciones, no exactamente malos tratos f¨ªsicos, que tambi¨¦n padeci¨® Nerea en Casa Joven. Esta chica, que ya es mayor de edad, "se tir¨® meses sin ver el sol". No fue escolarizada y no termin¨® siquiera la educaci¨®n elemental. Pero seg¨²n dice tiene unas pruebas de cociente intelectual que la se?alan en la franja que linda con los superdotados.
Todas estas denuncias, que se acumulan conforme los menores crecen y salen de los centros de protecci¨®n, apuntan en la misma direcci¨®n. No hay palizas. No hay agresiones arbitrarias. Todo es parte de un protocolo que se piensa que es el m¨¢s adecuado para el ni?o. S¨®lo que, seg¨²n el Defensor del Pueblo y las leyes vigentes, vulnera los derechos.
El abogado gaditano Joaqu¨ªn Olmedo lo explica con bastante precisi¨®n: "Los centros de reforma son muy duros, pero las normas est¨¢n claras y son homog¨¦neas. En los de protecci¨®n y tutela no se hacen p¨²blicos los reglamentos, que claro que debe haberlos". En consecuencia, para Joaqu¨ªn, que lleva el caso de varios j¨®venes, "el problema es el oscurantismo". "Ni siquiera en fase judicial consigo que me den los papeles que pido".
365 p¨¢ginas de pesquisas del Defensor del Pueblo
- Varios ex trabajadores de Casa Joven, en Guadalajara, denuncian los centros de menores gestionados por la fundaci¨®n O'Bel¨¦n. Esto sucede a finales de 2006.
- Sus denuncias son recogidas por el Sindicato de Estudiantes y por Comisiones Obreras. Ambas organizaciones piden al Defensor del Pueblo que elabore una investigaci¨®n.
- A finales de 2006, es un ex educador del centro clausurado La Jarosa el que eleva sus denuncias al Defensor del Pueblo.
- En abril de 2007, el Defensor, que acepta el caso "dada la gravedad de los hechos", acusa a la Comunidad de Madrid de no facilitarle la documentaci¨®n pertinente. Se lo traslada al educador que puso la denuncia. Sus formas a¨²n son suaves.
- El 9 de julio de 2007, el demandante recibe otra misiva del Defensor del Pueblo.
All¨ª dice: "Ante la tardanza en recibir el informe solicitado de la Consejer¨ªa de Familia y Asuntos Sociales de Madrid con esta misma fecha hemos vuelto a pedir que nos sea remitido de urgencia".
- Muy parecida es la de octubre: "Ante la tardanza...". En noviembre, el Defensor cierra el caso por la clausura de La Jarosa, cuya estructura se traslada a Pic¨®n.
- Para mediados de 2007, el Defensor ya hab¨ªa iniciado una exhaustiva investigaci¨®n tras constatar que hab¨ªa muchas denuncias en Espa?a.
- El pasado martes, el texto, de 365 p¨¢ginas y lleno de alarma por lo que han visto, llega al Parlamento con su relato de malos tratos e irregularidades.
Hasta siete d¨ªas de aislamiento
El Centro Casa Joven, de Azuqueca de Henares (Guadalajara), se rige por "normas de convivencia". Incumplirlas o tener una "conducta inapropiada" -desde resistirse a las ¨®rdenes del personal a faltar el respeto a cualquier persona del centro o fuera del mismo- conlleva "medidas educativas". "La determinaci¨®n de la sanci¨®n y su duraci¨®n se llevar¨¢ a cabo atendiendo a la situaci¨®n personal, la naturaleza y la gravedad de la conducta", dice el manual de sanciones.
?ste, sin embargo, matiza: "Todo lo que has le¨ªdo hace referencia a la normativa general para los centros de menores. No obstante, existen otros procedimientos de funcionamiento del centro, que ir¨¢s conociendo poco a poco. Deseamos que tu estancia en Casa Joven sea lo m¨¢s agradable posible y que te esfuerces por aprender lo que aqu¨ª se te ofrece sac¨¢ndole el m¨¢ximo provecho". La parte que s¨ª se sabe se resume a continuaci¨®n.
- Por faltas muy graves: separaci¨®n del grupo hasta siete d¨ªas. Separaci¨®n del grupo por un tiempo no superior a cinco fines de semana. Hasta un mes de privaci¨®n de permisos de fin de semana. Privaci¨®n de salidas recreativas por un tiempo m¨¢ximo de dos meses. Descuento o suspensi¨®n de la paga. Medidas educativas creativas. Actividad reparatoria.
- Por faltas graves: separaci¨®n del grupo durante dos d¨ªas como m¨¢ximo. Privaci¨®n de salida de fines de semana de uno a 15. Privaci¨®n de salidas de car¨¢cter recreativo por un tiempo m¨¢ximo de un mes. Privaci¨®n de participar en las actividades recreativas por un tiempo no superior a 15 d¨ªas. Descuento o suspensi¨®n de la paga. Medidas educativas creativas.
- Por faltas leves: privaci¨®n de participar en todas o algunas de las actividades recreativas del centro por un tiempo de uno a seis d¨ªas. La amonestaci¨®n. Medida educativa creativa. Actividad reparatoria.
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