Malos tiempos para Borges
Nadie duda de que Jorge Luis Borges es uno de los grandes referentes de la literatura contempor¨¢nea. Su obra goza de un extraordinario prestigio mundial, particularmente en Francia donde suele ser motivo de encuentros y exposiciones. Este a?o, en que se conmemora el bicentenario del maestro del cuento de misterio Edgar Allan Poe, se cumplir¨¢n tambi¨¦n los sesenta de la publicaci¨®n de uno de los libros mayores de Borges, El Aleph, y no deja de ser parad¨®jico que el reconocimiento universal de su literatura coincida con una ¨¦poca de menosprecio del g¨¦nero en el que despleg¨® su talento: el libro de relatos.
Desde que Guy de Maupassant consagrara el cuento como g¨¦nero literario de la modernidad, los relatos han jugado un papel fundamental en la literatura de los dos ¨²ltimos siglos. Libros como Las armas secretas, de Julio Cort¨¢zar; El llano en llamas, de Juan Rulfo, o La guerra del tiempo, de Alejo Carpentier, son referencias fundamentales de la literatura latinoamericana. Un papel similar han jugado en las literaturas de Estados Unidos, Rusia o Italia autores de relatos como Carver, Ch¨¦jov o Italo Calvino.
En la Espa?a predemocr¨¢tica, destacaron autores como Cunqueiro o Garc¨ªa Hortelano pero, a partir de los setenta y no s¨®lo en Espa?a, el g¨¦nero entr¨® en un declive al que ha contribuido la reconversi¨®n del sector editorial a una l¨®gica casi exclusivamente mercantilista. La estrella del mundo editorial hoy es la novela, que se promociona y elogia en t¨¦rminos cada vez m¨¢s comerciales y menos literarios, como puede constatarse al comparar el espacio que se da a ciertos libros, en las p¨¢ginas culturales de la prensa, con sus cifras de ventas. Las grandes v¨ªctimas de esa situaci¨®n han sido los libros de relatos, que en Espa?a a¨²n se publican, aunque s¨®lo muy recientemente hayan empezado a recuperar cierto protagonismo literario, pero que en otros pa¨ªses, como Francia, pueden considerarse una especie en v¨ªas de extinci¨®n.
Quiz¨¢ el fen¨®meno sea sobre todo europeo, pues el relato sigue disfrutando de buena salud en Estados Unidos y en Am¨¦rica Latina. Basta leer 'Hoy temprano', del argentino Pedro Mairal, uno de los relatos recogidos en la Antolog¨ªa de Cuento Latinoamericano (Ediciones B, 2007), para comprobar que el g¨¦nero contin¨²a produciendo obras maestras. Quiz¨¢ a los factores econ¨®micos haya que a?adir la escasez europea (en n¨²mero y repercusi¨®n) de revistas que, como sucede en tierras americanas, sirvan de plataforma al g¨¦nero. Pero lo que no faltan son autores. En Espa?a, Quim Monz¨®, Manuel Rivas, Bernardo Atxaga o Cristina Fern¨¢ndez Cubas han escrito extraordinarios libros de relatos en las ¨²ltimas d¨¦cadas.
El a?o pasado abr¨ªa sus puertas, en Madrid, la librer¨ªa Tres Rosas Amarillas, dedicada al libro de relatos, heroica reivindicaci¨®n de un g¨¦nero al que se acusa de falta de lectores (l¨¦ase, compradores), pecado mayor en nuestro mundo. Pero, en plena sociedad de la informaci¨®n, ya deber¨ªa estar claro que la demanda se crea y que la mejor manera de que el libro de relatos carezca de lectores es precisamente no publicarlo ni publicitarlo. Si Borges tuviera hoy treinta a?os y paseara los manuscritos de sus cuentos por las principales editoriales de Espa?a o de Francia, lo m¨¢s probable es que le dijeran que no estaban mal, pero que no eran rentables. M¨¢s le valdr¨ªa ponerse a escribir una novela.
Jos¨¦ Manuel Fajardo (Granada, 1957) es autor de Maneras de estar (Bruguera) y coautor, junto a Jos¨¦ Ovejero y Antonio Sarabia, de Primeras noticias de Noela Duarte (La Otra Orilla).
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