Comunicaci¨®n de guerrilla
Activismo medi¨¢tico y sabotaje cultural en un festival barcelon¨¦s
El p¨²blico que abarrota el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona (CCCB), escucha en religioso silencio al hombre que habla, oculto tras una m¨¢scara con peluca, que le da un aire a lo Groucho Marx. Aunque es italiano, no se trata de Roberto Saviano, escritor amenazado de muerte por la Camorra, que en estos d¨ªas tambi¨¦n participa (a rostro descubierto) en un encuentro en Barcelona.
En este caso el disfraz se debe a una cuidada estrategia de mercadotecnia que, junto con unos dibujos personales y comunicativos, le ha permitido salir del mont¨®n de graffiteros an¨®nimos para convertirse en Blu, uno de los cinco representantes del street art que fueron llamados a pintar los muros de la Tate de Londres.
El fot¨®grafo Von Bismarck se mete en la memoria del p¨²blico
Blu no se encuentra en Barcelona para una acci¨®n de guerrilla urbana, sino para realizar -con los preceptivos permisos, m¨¢s honorario y gastos pagados- el mural de un tibur¨®n gigante, con billetes de cien euros en lugar de escamas, sobre un muro del barrio de Carmel. Su charla, simp¨¢tica a pesar de la actitud mesi¨¢nica y las m¨²ltiples contradicciones, ha sido el plato fuerte de The Influencers (www.theinfluencers.org), un festival de arte, guerrilla de la comunicaci¨®n y entretenimiento radical, que clausura hoy en Barcelona su quinta edici¨®n.
En estos a?os The Influencers ha dado a conocer una escena emergente de creadores que combinan artes visuales y performativas, activismo social y nuevas tecnolog¨ªas, en proyectos de sabotaje intelectual, interferencia medi¨¢tica directa y apropiaci¨®n de iconos populares. Quiz¨¢s sea el signo de los tiempos, pero lo cierto es que los proyectos radicales y subversivos de las primeras ediciones, han dejado paso a propuestas m¨¢s interesadas en los aspectos est¨¦ticos y formales.
Curiosamente, las herramientas anal¨®gicas viven una segunda juventud de la mano de artistas surgidos en ¨¢mbito digital. Es el caso del berlin¨¦s Julius von Bismarck y su Fulgurator, una vulgar c¨¢mara r¨¦flex manipulada de modo que ya no sirva para fotografiar sino para proyectar im¨¢genes, imperceptibles para el ojo humano, que tan s¨®lo quedan registradas por otras c¨¢maras. Por eso sus acciones, tal como atestiguan los v¨ªdeos en YouTube, se desarrollan siempre donde hay mucha gente fotografiando, como enclaves tur¨ªsticos y eventos medi¨¢ticos.
En julio, durante la visita de Obama a Berl¨ªn, cuando proyect¨® la imagen de un crucifijo bajo el atril donde hablaba el entonces candidato presidencial, los fotorreporteros no se pod¨ªan creer que en sus im¨¢genes apareciera el fantasmal s¨ªmbolo. Y los que inmortalizaban el retrato de Mao en la plaza de Tiananmen, al ver el rostro del Gran Timonel surcado por una paloma llegaron a invocar la brujer¨ªa.
Mientras Von Bismarck se introduce subrepticiamente en la memoria del p¨²blico, las espectaculares y llamativas intervenciones de Improv Everywhere se sit¨²an completamente en el otro extremo. Este colectivo neoyorquino, fundado en 2001 bajo el lema Provocamos situaciones ha realizado ya m¨¢s de 80 misiones, s¨®lo en apariencia espont¨¢neas, de corte l¨²dico y surrealista. La m¨¢s c¨¦lebre: emplazar miles de personas a quitarse los pantalones en el Metro el mismo d¨ªa, a la misma hora, en cualquier lugar del mundo, que ha llegado a su octava edici¨®n con m¨¢s 2.500 participantes de 22 pa¨ªses.
Hoy por la tarde se proponen parar el flujo de gente en la concurrida y comercial avenida Portal del ?ngel de Barcelona. C¨®mo lo har¨¢n, a¨²n es un misterio.
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