Higua¨ªn y la nada
El gol del argentino salva a un Madrid que volvi¨® a jugar a la ruleta en Chamart¨ªn, esta vez ante un Racing muy pobre
Poco distingue al Real Madrid; menos a¨²n tiene el Racing. Entre uno y otro despacharon un partido ulceroso, plomizo, nada chisposo. Cada cual expuso lo que tiene: el equipo c¨¢ntabro est¨¢ colgado de Zigic, el Madrid, de Robben. L¨®gico en un club gregario, como el Racing, impropio de un conjunto din¨¢stico como el madridista. Atados uno y otro, no hubo quien encontrara un atajo. Mucha lija, f¨²tbol barrial, el patio de choque.
Sin Gago, el Madrid envid¨® con Lass como exclusivo matraca, pero Van der Vaart, relevo del argentino, sigue sin recorrido, en la media punta o en la zona de gravitaci¨®n. El chico no se encuentra; o quiz¨¢ siempre ha sido tal cual, un futbolista de pega, un cromo televisivo en Ligas tuneadas como la holandesa o la alemana. En la espa?ola, a tenor del gusto nacional, no tiene encuadre. Tampoco lo tuvo ayer Robben, gripado tras una semana de destemple y escalofr¨ªos. No hay sinfon¨ªa en este Madrid, tan preocupado del resultadismo como ¨²nica terapia posible para una instituci¨®n descabezada, con un t¨¦cnico interino, un presidente hereditario en alquiler y una plantilla tan asim¨¦trica como desconcertada. ?A qu¨¦ juega este Madrid? A sobrevivir, sin m¨¢s, por la v¨ªa que sea. M¨¢s ocupado por las virtuales comparaciones de Robben con Messi, o las fantasmag¨®ricas conspiraciones arbitrales a favor del culerismo. Puras distracciones a la carta. Este Madrid tiene el list¨®n bajo; la temporada est¨¢ condicionada por el absentismo estival del ex presidente, el ex entrenador y el posiblemente ex director t¨¦cnico en unas semanas. En realidad, ya no ejerce, pero ah¨ª est¨¢, como otro temporero m¨¢s, pero en este caso con fecha de caducidad.
REAL MADRID 1 - RACING 0
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Pepe, Cannavaro, Heinze; Robben (Faubert, m. 60), Lass, Sneijder (Javi Garc¨ªa, m. 71), Van der Vaart (Marcelo, m. 77); Higua¨ªn y Ra¨²l. No utilizados: Dudek; Torres, Saviola y Huntelaar.
Racing: To?o; Valera, Navas, Oriol, Marcano; Pereira, Colsa, Lacen (Luccin, m. 61), Serrano; Tchit¨¦ (Toni Moral, m. 57) y Zigic. No utilizados: Coltorti; Pinillos, Morat¨®n, Edu Bedia y Gon?alves.
Gol: 1-0. M. 48. Ra¨²l asiste en profundidad a Higua¨ªn, que recorta a Navas y bate a To?o chutando abajo a su palo contrario.
?rbitro: Clos G¨®mez. Amonest¨® a Lass, Oriol, Robben, Sneijder, Van der Vaart y Luccin.
64.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
?A qu¨¦ juega este Madrid? A sobrevivir, sin m¨¢s, por la v¨ªa que sea
El partido fue puro fango hasta el golazo de Higua¨ªn, invisible hasta su clasista recorte y su remate preciso al hueco imposible para To?o. As¨ª es este Madrid que se tapa ante Casillas y tira el dado en el ¨¢rea del adversario. Frente a su espesura nada expuso el Racing, sin dictado, tan p¨¢lido ante To?o como ante el portero madridista. Pura indefinici¨®n de un equipo que navega en media tabla sin objetivos definidos. ?El cielo o el infierno? No hay hoja de ruta en este Racing. S¨ª en el Madrid: puntos m¨¢s puntos. Ese es el plan de Juande Ramos, no hay otro. El juego puede esperar un curso. No hay futbolistas para la pasarela y s¨®lo se trata de gestionar el amor propio.
Cuesta creer en un Madrid que invoca a la ruleta en Chamart¨ªn. Y no porque el rival sea el Racing. Lo mismo har¨ªa ante cualquiera. Hoy, el equipo no tiene otra v¨ªa. Juande exprime lo que tiene, y buen rendimiento le saca. No hay gusto, pero suma y suma sin parar. Pepe sostiene al equipo, Lass tiene tajo y los delanteros se alternan. Un d¨ªa Higua¨ªn, varios Robben y muchos Ra¨²l. Entre ellos, el barbecho, sin noticias de Van der Vaart ni de Sneijder, los supuestos armadores del juego. No es as¨ª, van por libre. Uno, Sneijder, ha perdido la br¨²jula; Van der Vaart, nunca la tuvo.
Sin gobierno, el encuentro fue una inc¨®gnita. Una ruleta. Ninguno de los dos equipos tuvo un dictado claro. Zigic era la diana de los c¨¢ntabros. Juego directo al gusto de Pepe y Cannavaro, encantados con cada pelotazo frontal. El Madrid no tiene un patr¨®n tan claro, le sostiene su fe, obra de Juande, y su capacidad para gestionar el per¨ªmetro de Casillas. Poco le exigi¨® el Racing, pero a este Madrid nadie le concede un sosiego. Le salva su abnegaci¨®n, su capacidad para haberse transformado en un equipo de mirada corta. Como son sus resultados, en realidad su ¨²nico sustento. Ni la entrada de Flaubert alter¨® a la grada. No es su momento. Un jugador de vuelo raso ha llegado a un equipo terrenal que crece y crece sin un toque angelical. Un d¨ªa, Ra¨²l; otro Robben; y, a veces, Higua¨ªn. Anoche fue su turno: Higua¨ªn y nada m¨¢s. Nada de nada.
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