La pobreza de los ricos
- "Jugar contra un equipo que se defiende es como hacer el amor con un ¨¢rbol".
Jorge Valdano, ex futbolista, ex entrenador y poeta argentino.
La semana en la que nos enteramos de que la deuda de los clubes de f¨²tbol espa?oles con Hacienda rebasa los 627 millones de euros llegan noticias de que el pron¨®stico en Inglaterra es m¨¢s lluvia de dinero. Se trata en este caso de unos 1.400 millones por derechos televisivos que los 20 clubes de la Premier League se repartir¨¢n entre 2010 y 2013, lo cual significa s¨®lo la mitad del total que ingresar¨¢n una vez que se sumen, entre otras cosas, los derechos televisivos internacionales.
La duda, tras ver el partido de Copa entre el Liverpool y el Everton del mi¨¦rcoles, es si el p¨²blico aguantar¨¢ tanta telebasura durante cuatro a?os m¨¢s; si Rupert Murdoch y los dem¨¢s inversores se llegar¨¢n a preguntar si hubiera sido m¨¢s rentable gastar su dinero en perversos reality shows o en competiciones sadodeportivas japonesas.
Tras ver jugar al Liverpool, el Madrid m¨¢s gris que se recuerda en varios a?os parece el Cirque du Soleil
El del mi¨¦rcoles fue el tercer partido que los dos equipos de la ciudad de los Beatles disputaron, entre Copa y Liga, en 14 d¨ªas. Jugaron un total de 300 minutos, y marcaron cinco goles. Lo cual en s¨ª no ser¨ªa tan lamentable si no fuera por el hecho de que en cada minuto de cada partido el nivel de juego descend¨ªa y descend¨ªa hasta que al final, cuando el ¨²ltimo partido lleg¨® al horror de la pr¨®rroga, la ¨²nica alternativa a apagar el televisor era el suicidio. O cambiar al otro canal donde pasaban el Sevilla-Athletic de la Copa del Rey.
El televidente sensato lo hubiera hecho, en realidad, mucho antes y lo que hubiera visto fue, en comparaci¨®n, un deleite para los sentidos. El partido en Liverpool se disput¨® en condiciones de campo perfectas; el de Sevilla, tras un brutal chaparr¨®n, en condiciones m¨¢s dignas del waterpolo. Pero lo que llamaba la atenci¨®n al zapear de un partido al otro era la maravillosa fluidez relativa, la intensidad y la precisi¨®n del partido entre los andaluces y los vascos. Regates, pases al pie, certeza en el primer toque: cosas tan sencillas como inimaginables en el partido ingl¨¦s.
En el caso del Everton, que gan¨® el partido, era (casi) perdonable. Tienen muchos lesionados y m¨¢s de la mitad de los jugadores eran ingleses. El Everton s¨®lo ten¨ªa un espa?ol en sus filas, Mikel Arteta. En el Liverpool jugaban cinco espa?oles, y s¨®lo dos ingleses. Y el entrenador era el madrile?o Rafa Ben¨ªtez, cuyo mensaje a su equipo parec¨ªa ser "aguantemos hasta los penaltis". La verdad es que en casi todos los partidos del Liverpool de Ben¨ªtez, desde el primer minuto hasta el ¨²ltimo, la filosof¨ªa parece ser esa, aunque no haya penaltis.
Despu¨¦s de ver jugar (si esa es la palabra) al Liverpool, su rival dentro de dos semanas en la Champions, el Madrid m¨¢s gris que se recuerda, es en comparaci¨®n el Cirque du Soleil, la filarm¨®nica de Viena. La misma comparaci¨®n es v¨¢lida esta temporada entre la totalidad del f¨²tbol ingl¨¦s y el espa?ol: otro de los misterios del f¨²tbol, porque hace un a?o ver un partido de la Primera Divisi¨®n espa?ola despu¨¦s de uno de la Premier sol¨ªa ser bastante deprimente. Uno era ins¨ªpido, el otro combinaba m¨²sculo, tensi¨®n y talento.
Pero esta temporada la Premier se ha desinflado. El Manchester gan¨® 0-5 contra el colista la semana pasada pero en general ha ara?ado sus victorias, en partidos feos. El Chelsea de Scolari es una triste sombra de lo que fue. El Arsenal, tras la dura lesi¨®n de Cesc, ha perdido la br¨²jula. Y el Liverpool, no hay mucho m¨¢s que decir, salvo se?alar que ver al Bar?a ganar al Mallorca sin despeinarse 24 horas despu¨¦s del partido contra el Everton, fue ascender a una dimensi¨®n de vida superior.
En el f¨²tbol ingl¨¦s no hay crisis en las cuentas bancarias, pero el campo de juego est¨¢, a d¨ªa de hoy, en plena recesi¨®n.
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