'Fontanero' en busca de dinero f¨¢cil
No hubo acto pol¨ªtico entre 1996 y 1999 en el PP gallego que no organizase Special Events, la empresa implicada en la presunta trama de corrupci¨®n que investiga la Audiencia Nacional. Su monopolio era tal que el resto de agencias ni peleaban por las campa?as de los populares gallegos. Corr¨ªan buenos tiempos para el sector de la boina, el ala rural del partido, que proporcionaba a Manuel Fraga las romer¨ªas multitudinarias que tanto le gustaban. Su m¨¢ximo exponente, Xos¨¦ Cui?a, el sempiterno delf¨ªn -ya fallecido-, ocupaba la secretar¨ªa general del PP y presid¨ªa la consejer¨ªa m¨¢s inversora del Gobierno: Obras P¨²blicas. Y, para los asuntos corrientes, Cui?a hab¨ªa aupado a n¨²mero tres del PP (secretario de organizaci¨®n) a Pablo Crespo, un dirigente de perfil bajo con experiencia en los n¨²meros como director de banco en Vilagarc¨ªa de Arousa (Pontevedra).
Si Cui?a programaba un ba?o de masas para don Manuel, Pablo Crespo se encargaba de cerrar el trato. Siempre a trav¨¦s de Special Events. Si el alcalde de un peque?o ayuntamiento se tambaleaba en las encuestas, el secretario de organizaci¨®n asfaltaba carreteras para ganarse a los vecinos. Aunque luego olvidase pagar la factura, como recordaban ayer dos constructores pontevedreses.
A Crespo apenas se le conocieron declaraciones p¨²blicas. Los enemigos de Cui?a, el sector urbano del PP, no olvidan sin embargo una afrenta a finales de 1997 que refleja la incruenta batalla interna. El secretario de organizaci¨®n, ya con esca?o auton¨®mico, aprovech¨® la celebraci¨®n de un congreso para relegar a los ¨²ltimos bancos a dos ministros de Aznar: Mariano Rajoy y Jos¨¦ Manuel Romay, enfrentados al sector galleguista. En primera fila posaban sonrientes Cui?a y su equipo. El episodio molest¨® mucho a La Moncloa y sirvi¨® a la prensa para explicar la ca¨ªda de Crespo un a?o m¨¢s tarde. Pero su eclipse, a principios de 1999, tuvo m¨¢s que ver con la gesti¨®n y contratos a empresas (singularmente Special Events) que firm¨® en nombre del PP, seg¨²n fuentes del partido.
Tras la ca¨ªda de Cui?a, el nuevo secretario general, Xes¨²s Palmou, exigi¨® a Fraga la destituci¨®n del secretario de organizaci¨®n. Y Crespo busc¨® acomodo en la sociedad con la que tanto hab¨ªa tratado. Special Events le ofreci¨® un cargo directivo en Madrid y el eterno fontanero sigui¨® organizando actos y campa?as del PP en todo el pa¨ªs, a excepci¨®n de Galicia, donde se le hab¨ªa cortado el grifo. Fue tal el ninguneo que ni siquiera la presi¨®n desde la sede nacional del PP surti¨® efecto: y entre 1999 y 2004 la sociedad no factur¨® un euro al PP gallego (aunque s¨ª firm¨® una campa?a por 1,5 millones con la Consejer¨ªa de Agricultura).
Las informaciones sobre el accionariado de Special Events y su ubicaci¨®n en un para¨ªso fiscal obligaron a Fraga a comprometerse en 2005 a no tratar m¨¢s con la empresa. Pero Pablo Crespo hac¨ªa un lustro que volaba por libre lejos de Santiago. A trav¨¦s de ocho sociedades distintas ha negociado contratos con Administraciones publicas gobernadas por el PP, como la Generalitat valenciana o la Comunidad de Madrid.
En octubre no perdi¨® ocasi¨®n de saldar viejas cuentas en el juzgado. Acudi¨® como testigo a una vista por una deuda que el PP de Pontevedra contrajo con una peque?a agencia de publicidad cuando ¨¦l era gerente provincial. Crespo testific¨® a favor de la empresa y el PP fue condenado.
Nada m¨¢s conocerse su detenci¨®n, los populares gallegos anunciaron el viernes que el ex secretario de organizaci¨®n ni siquiera es ya afiliado. El fin de su carrera empresarial no pill¨® por sorpresa a quienes lo conocieron en Pontevedra. Algunos ex compa?eros recordaban ayer su propensi¨®n a elegir socios comprometidos en busca de dinero f¨¢cil.
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