La c¨¢mara oculta sale a la luz
Los profesionales justifican su uso como instrumento para investigar asuntos de inter¨¦s general y rechazan su utilizaci¨®n morbosa - Los jueces anteponen el derecho a la intimidad
Las grabaciones camufladas no son s¨®lo cosa de esp¨ªas. Los medios de comunicaci¨®n utilizan cada vez con m¨¢s frecuencia la c¨¢mara oculta para acceder a informaciones, datos o documentos que, de otra forma, ser¨ªa dif¨ªcil obtener. T¨¦cnicas como ¨¦sta mantienen al rojo vivo el eterno debate sobre la colisi¨®n de dos derechos constitucionales: el de la libertad de informaci¨®n y el de la intimidad. La pugna entre ambos ha sido resuelta por el Tribunal Supremo. Ha ganado el primero. Pero el conflicto sigue abierto.
A menudo, la c¨¢mara oculta sirve para captar a los famosos en situaciones comprometidas, hurgar en su intimidad y exhibirla en programas del coraz¨®n. Otras, para poner trampas a pol¨ªticos o empresarios. Es su cara m¨¢s negra. Pero este instrumento tambi¨¦n ha contribuido a destapar graves irregularidades, como las cometidas en la cl¨ªnica barcelonesa Ginemedex, donde acud¨ªan a abortar mujeres fuera de plazos y supuestos legalmente establecidos. Es la cara positiva, tal y como explica la presidenta de la Federaci¨®n de Asociaciones de la Prensa de Espa?a (FAPE), Magis Iglesias. "La c¨¢mara oculta es un instrumento muy bueno para los periodistas, pero debe utilizarse conforme a unos principios deontol¨®gicos y s¨®lo cuando no existan otros m¨¦todos para la investigaci¨®n". Es tambi¨¦n necesario que el objeto esa investigaci¨®n "cumpla una funci¨®n social". Esto es: que se trate de asuntos de inter¨¦s general y no de un mero espect¨¢culo.
Un diario brit¨¢nico destap¨® las irregularidades en la cl¨ªnica Ginemedex
La BBC tiene directrices editoriales sobre m¨¦todos de trabajo
Los reportajes emboscados violan la intimidad, seg¨²n el Supremo
El uso excesivo de v¨ªdeos camuflados disminuye su impacto
Magis Iglesias: "La investigaci¨®n debe cumplir un fin social"
Marc Carrillo: "Lesionan el derecho al secreto de las comunicaciones"
En Espa?a no es frecuente el uso de la c¨¢mara oculta por parte de los peri¨®dicos. Pero en otros pa¨ªses es una pr¨¢ctica habitual. Hace pocos d¨ªas, The Sunday Times acus¨® a cuatro miembros laboristas de la C¨¢mara de los Lores de aceptar sobornos para cambiar determinadas leyes. Todo empez¨® cuando reporteros del diario brit¨¢nico se hicieron pasar por lobbistas de un supuesto empresario de Hong Kong dispuesto a invertir en el Reino Unido. Algunos lores picaron y aceptaron trabajar para influir en la elaboraci¨®n de leyes en una direcci¨®n concreta. Y admitieron hacerlo por una respetable suma: unos 128.000 euros al a?o.
Hay casos en los que la prensa no sigue la pista de una presunta ilegalidad, sino que sale de caza. El diario brit¨¢nico News of the World tendi¨® en 2006 una trampa al entonces entrenador de la selecci¨®n de Inglaterra, el sueco Sven Goran Eriksson, en la que un periodista se hizo pasar por un jeque ¨¢rabe interesado en invertir en la Premier League. El t¨¦cnico, ajeno a todo, se despach¨® a gusto contra algunos de sus jugadores y cont¨® intimidades de Beckham o de Rooney. Con este material, el reportero se apresur¨® a escribir un jugoso art¨ªculo.
?El asunto era de inter¨¦s general o una intromisi¨®n en la intimidad del entrenador sueco? El presidente del Club Internacional de Prensa (CIP), Francisco Gim¨¦nez-Alem¨¢n, considera que no todo vale para conseguir una informaci¨®n. "El periodista debe acreditarse, decir qui¨¦n es y hacer las preguntas que correspondan. Y la persona con la que habla tiene derecho a hablar o no, a exhibir su imagen o no". Gim¨¦nez-Alem¨¢n, que fue director de Abc y m¨¢ximo ejecutivo de Telemadrid, se manifiesta contrario a que los profesionales oculten su identidad y utilicen c¨¢maras ocultas. "Los periodistas tienen medios para investigar", asegura. S¨®lo admitir¨ªa la posibilidad de utilizar todos los m¨¦todos a su alcance cuando trate de averiguar delitos "que repugnan la conciencia de cualquier ciudadano" como la pederastia.
Hace cinco a?os, el rotativo brit¨¢nico The Daily Telegraph se infiltr¨® en la cl¨ªnica Ginemedex, a la que acud¨ªan para interrumpir su embarazo muchas mujeres brit¨¢nicas que hab¨ªan superado las 24 semanas de gestaci¨®n, una pr¨¢ctica ilegal en el Reino Unido. Dos reporteros de The Daily Telegraph -ella embarazada de 26 semanas y ¨¦l con c¨¢mara oculta- acudieron a la cl¨ªnica como pacientes impostores. La historia, que ocup¨® seis p¨¢ginas del diario conservador, abri¨® un gran debate en media Europa.
La BBC, venerada televisi¨®n p¨²blica brit¨¢nica, echa a menudo mano de la c¨¢mara oculta en sus programas informativos. En 1999 se infiltr¨® en el coraz¨®n de la agencia de modelos Elite y sac¨® a la luz sus trapos sucios: alegatos racistas y fanfarronadas sexuales de sus altos ejecutivos. Tras la emisi¨®n de este trabajo, que ofrec¨ªa el lado m¨¢s s¨®rdido del mundo de la moda, llovieron dimisiones y despidos en la prestigiosa agencia internacional.
En su largo historial, la BBC grab¨® en secreto a los intermediarios que propon¨ªan sobornos en la Premier League para la contrataci¨®n de jugadores. Otro v¨ªdeo, obtenido tambi¨¦n con el mismo sistema, propici¨® la detenci¨®n de un hombre que vend¨ªa ni?os en Bulgaria por 70.000 euros. A trav¨¦s de otro documental, revel¨® pr¨¢cticas corruptas en el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional. Tras un reportaje sobre los hooligans, la cadena promovi¨® la detenci¨®n de dos cabecillas de los hinchas de f¨²tbol m¨¢s violentos.
Referente audiovisual por excelencia, la cadena marca normas estrictas sobre el uso de la c¨¢mara oculta. "Es una herramienta muy ¨²til para la BBC porque da la oportunidad de conseguir testimonios o comportamientos que de otra manera nuestra audiencia no podr¨ªa ver ni o¨ªr". La BBC plantea esta opci¨®n como el "¨²ltimo recurso", ya que una mala utilizaci¨®n o un uso excesivo de este recurso podr¨ªa desacreditar su impacto o disminuirlo.
Las directrices editoriales de la BBC detallan claramente cu¨¢ndo se puede recurrir a estos m¨¦todos. Y una de las primeras exigencias es que exista una evidencia clara de que se trata de una investigaci¨®n de "un elevado inter¨¦s p¨²blico", que se haya verificado que hacer una aproximaci¨®n directa no funcionar¨ªa y que la grabaci¨®n sea necesaria para demostrar los hechos. La corporaci¨®n no permite grabaciones de inc¨®gnito "para ver lo que se pesca", es decir, a la captura de un delito, si no hay indicios claros.
Es en estos casos -investigar asuntos sobre "trata de blancas, pederastia o que atentan contra la salud de los ciudadanos"- en los que la presidenta de la FAPE admite la c¨¢mara oculta. Pero con cautelas. "El periodista est¨¢ sujeto a unas normas deontol¨®gicas. Es lo que le diferencia del ciudadano que va por ah¨ª con una c¨¢mara. Es muy f¨¢cil llevar una c¨¢mara oculta en vez de hacer una investigaci¨®n period¨ªstica. Yo, por ejemplo, podr¨ªa ponerle un micr¨®fono a Zapatero y enterarme de todo, pero al periodista se le exige rigor y respeto".
Iglesias rechaza rotundamente este recurso cuando se usa con el ¨²nico objetivo de crear espect¨¢culo, frivolizar y buscar audiencias. En televisi¨®n, de hecho, est¨¢ tan extendido que bien podr¨ªa considerarse un g¨¦nero en s¨ª mismo. Telecinco, por ejemplo, nutre casi exclusivamente de v¨ªdeos obtenidos mediante este m¨¦todo su programa Diario de... La cadena aprueba la utilizaci¨®n de las c¨¢maras emboscadas siempre y cuando se vaya a poner de manifiesto "una situaci¨®n de ilegalidad, un delito, el desamparo para una persona o un grupo de personas o una negligencia profesional" y considere que "su difusi¨®n ser¨¢ positiva para el bien social". En el caso de la BBC, este tipo de grabaciones deben ser aprobadas por un editor y figurar en un registro. ?Qu¨¦ pasa cuando alguien se percata de que est¨¢ siendo grabado? "Si nos piden que paremos, debemos hacerlo. Y destruir el material si lo solicitan", exige la corporaci¨®n p¨²blica.
Despu¨¦s de salir a la luz, algunas de denuncias de Telecinco han pasado a manos de las autoridades. La cadena recuerda los reportajes sobre la manera de operar en Internet de varios ped¨®filos, el maltrato en una residencia de ancianos o el fraude en tratamientos de cirug¨ªa est¨¦tica.
Sin embargo, muchos de estos reportajes grabados con c¨¢mara oculta han encallado en los tribunales. En 2002, por ejemplo, un juzgado de Primera Instancia de Coslada (Madrid) conden¨® a Antena 3 y a la productora de El Mundo a indemnizar a una funcionaria del juzgado por haber sido grabada a escondidas y sin su consentimiento. En el mismo sentido se pronunci¨® un juzgado de Barcelona cuando lleg¨® a sus manos El negocio del f¨²tbol, emitido por Canal 9 y Telecinco. Este trabajo, realizado con los mismos m¨¦todos, mostraba las negociaciones de una entidad imaginaria para el fichaje de un jugador argentino por un club espa?ol. La sentencia estableci¨® que la informaci¨®n se obtuvo mediante "el enga?o y la simulaci¨®n". Y abundaba en el viejo principio de que el fin no justifica los medios: el uso de la c¨¢mara oculta "vicia" la informaci¨®n obtenida, ya que las conversaciones grabadas de forma subrepticia no pueden estar amparadas por el derecho a la informaci¨®n.
La justicia espa?ola tiende a poner frenos al derecho a la informaci¨®n. Canal 9 difundi¨® en 2000 un reportaje grabado con c¨¢mara oculta en la consulta privada de una natur¨®pata que demand¨® a la cadena y a la productora por intromisi¨®n ileg¨ªtima en su intimidad. La grabaci¨®n, en la que se vio involucrada nuevamente El Mundo TV, era un "reportaje neutral", fruto de un "periodismo de investigaci¨®n" y "leg¨ªtimo", ya que reun¨ªa los requisitos de veracidad, objetividad, inter¨¦s general y prop¨®sito esencialmente informativo. La sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia justificaba la c¨¢mara oculta porque, de lo contrario, "el grado de espontaneidad del interlocutor pudiera entenderse razonablemente mediatizado, con p¨¦rdida del evidente valor de la informaci¨®n que se trata de obtener".
Ya en el Supremo, la Sala de lo Civil adelant¨® el pasado diciembre por d¨®nde ir¨ªa el recurso presentado por Rosa Mar¨ªa F. T., cuya imagen y voz fue captada en la consulta en la que ejerc¨ªa como natur¨®pata. La Sala considera que los periodistas que grabaron con c¨¢mara oculta realizaron una intromisi¨®n ileg¨ªtima en la esfera de su intimidad, que el v¨ªdeo fue contra sus derechos fundamentales (al honor, la intimidad y la propia imagen) y que no est¨¢ justificada por el ejercicio del derecho a comunicar libremente informaci¨®n.
El director de Informativos de Sogecable, Jos¨¦ Mar¨ªa Izquierdo, se manifiesta completamente de acuerdo con esta doctrina. Mantiene que para obtener informaci¨®n pura y dura el periodista debe ir "a cara descubierta" y acceder a los datos con los m¨¦todos ortodoxos. Aunque en contad¨ªsimas excepciones y en situaciones muy controladas, podr¨ªa aceptar su uso. Esas excepciones son: "Cuando peligre la vida de alguien o se sepa que se est¨¢ cometiendo un delito y no haya otra manera de probarlo". Y siempre que "sea imposible obtener la informaci¨®n de otra forma, tenga una enorme relevancia social y los hechos que se investigan rocen el delito".
El catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra Marc Carrillo precisa que la instalaci¨®n de c¨¢maras ocultas en un reportaje informativo puede incidir no s¨®lo sobre el derecho a la intimidad -"esto es, el derecho a preservar al margen del conocimiento de otros aquel ¨¢mbito de la vida privada de una persona que es inaccesible a los dem¨¢s, salvo que medie su propio consentimiento"-, sino, sobre todo, su derecho al secreto de las comunicaciones -"la garant¨ªa formal de que la comunicaci¨®n que una persona mantiene con otra no est¨¢ siendo sometida a una interceptaci¨®n"-. Y a?ade: "Naturalmente, ello es as¨ª, excepto que medie una previa autorizaci¨®n judicial para la interceptaci¨®n de la comunicaci¨®n".
Por eso, opina que la instalaci¨®n de c¨¢maras invisibles u otros instrumentos t¨¦cnicos en un reportaje, de forma subrepticia y sin autorizaci¨®n del interesado -salvo que medie autorizaci¨®n judicial y s¨®lo para la polic¨ªa-, constituye "una lesi¨®n de los derechos fundamentales al secreto de las comunicaciones y, en su caso, tambi¨¦n del derecho a la intimidad". Por ello, cualquier prueba obtenida as¨ª ser¨ªa "jur¨ªdicamente inv¨¢lida".
Durante su etapa como director general de Telemadrid, Gim¨¦nez-Alem¨¢n someti¨® a votaci¨®n en el Consejo de Administraci¨®n de la cadena la utilizaci¨®n de c¨¢maras ocultas en programas de la cadena. Era 2003, y de forma un¨¢nime la respuesta fue no. "En periodismo hemos llegado a tales extremos de emponzo?amiento gracias a la telebasura que tenemos que ser cada vez m¨¢s exigentes si queremos recuperar una cierta ¨¦tica", dice Gim¨¦nez-Alem¨¢n. Predica con el ejemplo. Acab¨® con T¨®mbola en Telemadrid en un momento en el que el programa de cotilleos arrasaba.
Disfraces, enga?os y v¨ªdeos falsos
El periodista alem¨¢n G¨¹nter Wallraff es el maestro del periodismo de camuflaje. Odiado y admirado, seg¨²n quien mire, utilizaba m¨¦todos poco ortodoxos para denunciar las condiciones de explotaci¨®n de los trabajadores turcos el Alemania, el maltrato a los ancianos acogidos en asilos, las torturas del r¨¦gimen militar griego o el tr¨¢fico de armas. Para unos, Wallraff (nacido en 1942) era un farsante y un impostor sin escr¨²pulos. Para otros, un h¨¦roe de la informaci¨®n, que no dudaba en adoptar identidades ficticias, falsificar documentos o suplantar personalidades. Durante dos a?os se hizo pasar por Al¨ª Levent y ejerci¨® trabajos inclementes en Alemania, a los que s¨®lo acced¨ªan los turcos. De esta experiencia naci¨® Cabeza de turco, un libro que provoc¨® un aut¨¦ntico terremoto en su pa¨ªs.
Bien distinto es cuando los medios utilizan el enga?o no con fines informativos sino como ali?o humor¨ªstico. Lo hizo, por ejemplo, el Grupo Risa, que colabora en el programa de Federico Jim¨¦nez Losantos de la Cope, cuando uno de sus integrantes suplant¨® a Zapatero para telefonear al entonces presidente electo de Bolivia, Evo Morales. Aquella llamada ten¨ªa como objeto felicitarle por su victoria e invitarle a una visita oficial. La broma deriv¨® en el incidente diplom¨¢tico. Bolivia expres¨® su indignaci¨®n y el Gobierno de Zapatero reclam¨® a la Cope que pidiera perd¨®n. La cadena de los obispos no tuvo m¨¢s remedio que admitir que hab¨ªa rebasado los l¨ªmites. Algunas asociaciones de periodistas consideraron la suplantaci¨®n de Zapatero como "una grave vulneraci¨®n de las normas del periodismo".
Tambi¨¦n el enga?o est¨¢ detr¨¢s del reciente montaje urdido por el programa de La Sexta El intermedio para desacreditar a Intereconom¨ªa TV. Su presentador, El Gran Wyoming, grab¨® un v¨ªdeo falso en el que abroncaba y vejaba a una supuesta becaria, que fue emitido como ver¨ªdico en el espacio M¨¢s se perdi¨® en Cuba, de Intereconom¨ªa.
Mayor fue el esc¨¢ndalo que provoc¨® el reportaje que fabric¨® hace un a?o Telemadrid sobre un supuesto coladero de inmigrantes ilegales en la T-4 de Barajas. Este v¨ªdeo no fue sino un montaje. As¨ª lo consider¨® la Comisi¨®n de Quejas y Deontolog¨ªa de la FAPE, que defini¨® el trabajo como "una grav¨ªsima violaci¨®n de las m¨¢s m¨ªnimas normas de la ¨¦tica period¨ªstica".
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