"De mayor espero vivir de la SGAE"
Nos hab¨ªamos acostumbrado a verle rasurado, pero lleva una temporada luciendo unas barbas disparadas que le confieren un aspecto bohemio. Idea de su compa?era "y asesora de imagen" que el c¨¢ntabro Nacho Mastretta, de 44 a?os, acepta de buen grado. "En la pelea del artista entre vanidad y soberbia, prefiero pecar de vanidoso", razona con media sonrisa. Podr¨ªa encontrar, bien es cierto, motivos para pavonearse: media docena de discos, bandas sonoras en abundancia, producciones de renombre, colaboraciones con Julieta Venegas. Pero nos lo encontramos en fase autocr¨ªtica. Antes de encerrarse a grabar su nuevo ?Vivan los m¨²sicos!, lleg¨® a la conclusi¨®n de que su discograf¨ªa previa le generaba "un profundo descontento". Por muchos premios que le reportara.
"A partir de los 30 segundos, mis temas se tornaban repetitivos"
"La tecnolog¨ªa nos deslumbr¨®. Se me fue la pinza como a tantos otros"
Abandon¨® su cuarteto de toda la vida y ahora le podemos ver al frente de 10 m¨²sicos singulares; tanto, que cinco de ellos son zurdos como ¨¦l. Juntos constituyen una orquestina de m¨²sica popular, tan desprejuiciada como vers¨¢til. Indagan en tangos, valses o boleros, igual animan al bailecito que a la improvisaci¨®n jazz¨ªstica y dan la impresi¨®n de pas¨¢rselo en grande, por mucho que sus cuatro a?os de trabajo conjunto a¨²n no les hayan reportado un c¨¦ntimo. Durante dos noches consecutivas en la sala Galileo hay oportunidad de comprobar si disfrutan tanto como parece.
Pregunta. Eso de ?Vivan los m¨²sicos!, ?no suena un poquito autocomplaciente?
Respuesta. Pues claro, pero hac¨ªa falta levantarnos un poco la moral. Debemos proteger la m¨²sica por el bien de la propia sociedad; de lo contrario, entraremos en decadencia.
P. No se crea: igual ya estamos un poco decadentes.
R. Asistimos al fin de un imperio, sin duda, como ya anunciaba el ¨²ltimo disco de Randy Newman. Con un poco de suerte veremos la agon¨ªa del capitalismo y podremos recurrir a la m¨²sica o la poes¨ªa como g¨¦rmenes de ilusi¨®n y esperanza.
P. Usted grab¨® varios ¨¢lbumes exitosos. ?Qu¨¦ le hace ser ahora tan cr¨ªtico con ellos?
R. Reflexion¨¦ y me di cuenta de que lo estaba haciendo realmente mal. Ensayaba poco con los m¨²sicos y las canciones resultaban pobres: sin fluctuaci¨®n din¨¢mica, ni silencios, ni contrapuntos, ni variedad t¨ªmbrica. Les faltaba expresividad. La tecnolog¨ªa nos deslumbr¨®; esa sensaci¨®n de poder hacerlo todo ha derivado en decir s¨ª a todo. Se me fue la pinza, como a tantos otros.
P. Y ahora se ha reconvertido en ser anal¨®gico...
R. Es que m¨²sica y perfecci¨®n son conceptos incompatibles. Yo prefiero aliar m¨²sica y experiencia. Las grabaciones por pistas son un error, porque los m¨²sicos no se ven y, en consecuencia, no hay posibilidad de acci¨®n y reacci¨®n. Por eso mis discos eran aburridos: a partir de los 30 segundos las piezas se tornaban repetitivas, insuficientes para acumular tensiones y emocionar.
P. ?Por qu¨¦ da tanto miedo la m¨²sica instrumental?
R. Porque se asimila con algo intelectual, como el cine en versi¨®n original subtitulada, mientras que las canciones parecen el equivalente a las pel¨ªculas de Hollywood. Y no deber¨ªa ser as¨ª. La m¨²sica vocal existe desde hace millones de a?os: no hay nada tan at¨¢vico como una voz y una percusi¨®n. La instrumental, en cambio, apenas suma dos siglos de historia, es un estadio m¨¢s elevado. Los instrumentos tienen un halo fascinante. El literato Samuel Johnson dec¨ªa que lo cambiar¨ªa todo por poder arrancarle una sola nota a un viol¨ªn.
P. ?Es tan grande e irreconciliable la brecha entre m¨²sica popular y culta?
R. Esas clasificaciones siempre tienen un punto de arbitrariedad. Yo ahora escucho mucha cl¨¢sica, y sus compositores no siempre eran genios solitarios. Dvorak escrib¨ªa bagatelas para juntar a sus amigotes instrumentistas en casa.
P. ?Le gustar¨ªa que bailasen en las verbenas las piezas de ?Vivan los m¨²sicos!?
R. ?Claro! Eso ser¨ªa divertid¨ªsimo. Hemos llegado al absurdo de que en las fiestas de mi barrio ponen Los 40 Principales. ?Eso es un fraude! Que contraten a una orquesta, por favor. M¨²sicos tocando pachanga: eso es una maravilla. Una cumbia, un pasodoble. ?Lo que sea!
P. Es usted un apasionado.
R. Cierto. Soy de los que llora y se emociona mucho. Las pasiones hay que favorecerlas para que la vida no te pase desapercibida.
P. L¨¢stima que resulte tan dif¨ªcil ganarse la vida como m¨²sico, ?no?
R. Yo carezco de propiedades: no tengo nada m¨¢s que el piano, los libros, los discos y las Moleskines de papel pautado donde escribo las m¨²sicas que se me van ocurriendo. Por eso son tan importantes los derechos de autor, por eso de mayor espero poder vivir de la SGAE. Aunque en esa instituci¨®n haya m¨¢s bur¨®cratas que m¨²sicos, pero ¨¦se es ya otro problema.
Mastretta. Hoy, a las 21.30, en Galileo Galilei (Galileo, 100, metro Islas Filipinas). Entradas, www.ticktackticket.com. 10 y 15 euros.
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