"El pasado no debe olvidarse, pero tampoco puede frenarnos"
Los ojos de Claudia Llosa (Lima, 1976) chisporrotean. De felicidad, porque va a concursar a Berl¨ªn con su segundo filme, La teta asustada -la entrevista tuvo lugar hace una semana-, y con ello reafirma en otro festival una carrera que arranc¨® con Madeinusa (2006) y su paso por Sundance. Y ha vuelto a recurrir a Magaly Solier como protagonista: mirada profunda, dolida e interpretaci¨®n naturalista. Porque s¨®lo una mujer como ella pod¨ªa dar ese poso dram¨¢tico.
Con el t¨ªtulo, Llosa se refiere a un s¨ªndrome, el de la teta asustada, que se transmite por la leche materna de las mujeres que han sido violadas o maltratadas, en este caso, en el violento Per¨² de los a?os del grupo terrorista Sendero Luminoso. Fausta, la protagonista, vive esclavizada por el miedo, un terror que la lleva a introducirse en la vagina una patata que impida que un hombre la viole, es un escudo que crece en su interior. "Sinceramente, creo que es esperanzadora, que al final una luz ilumina el t¨²nel, pero mucha gente me habla de ese tremendo dramatismo...". Y Llosa se echa a re¨ªr a carcajadas, intentado alejar esos fantasmas.
"Hay un grito de desesperaci¨®n del Per¨² quechua, en v¨ªas de extinci¨®n"
"La Lima rica se esconde de lo que le rodea, detr¨¢s de sus portones"
"Cre¨ªa que mi filme es esperanzador, pero la gente habla de su dramatismo"
"El cine permite que el espectador comparta una vivencia como ¨¦sta, que oscureci¨® mi pa¨ªs tanto tiempo, y del que ni siquiera he mostrado toda su dimensi¨®n real. Y tiene que contarse sin miedo a ense?ar la herida, no debemos esconder o enterrar r¨¢pidamente el trauma. El pasado no debe olvidarse -porque es lo que somos, nuestras ra¨ªces, nuestra verdad-, pero tampoco nos puede frenar la vida", comenta Llosa. Y por eso sumerge a su Fausta -hu¨¦rfana al inicio del filme- en una familia repleta y rodeada de bodas, de celebraciones de nuevas promesas de amor en constante choque con el ¨¢nimo de la protagonista. "Ella vive en perpetuo luto, prorrogado por la muerte de su madre. Tambi¨¦n es un grito de desesperaci¨®n ante la extinci¨®n del Per¨² quechua, que lucha por no perecer". A pasos agigantados, dice la cineasta, la parte moderna devora todo lo anterior y s¨®lo se relaciona con los mitos de una manera inconsciente. "Lo vemos, por ejemplo, a trav¨¦s de la m¨²sica que de fondo alegra las bodas". La m¨²sica, parte fundamental de La teta asustada -que se estrena hoy en toda Espa?a- con unas canciones creadas entre Llosa, la protagonista y la compositora, Selma Mutal. "Como dice Arist¨®teles, la m¨²sica no admite malentendidos. Baja directa al coraz¨®n".
Y est¨¢ tambi¨¦n la patata, a la que Fausta va cort¨¢ndole las ra¨ªces que asoman por su vagina. "Es un tumor que de alguna manera encuentra la manera de salir. Es como el pasado, doloroso de ver y recordar, al fin y al cabo eso es La teta asustada. Llegu¨¦ a incluir lo de la patata en el gui¨®n despu¨¦s de leer varios libros sobre el s¨ªndrome de la teta asustada, que es real. Paralelamente, me contaron la historia de una mujer y corrobor¨¦ con ginec¨®logos que eso pod¨ªa ocurrir". Y ahonda en la relaci¨®n. "Papa es una semilla, y en quechua semilla y momia es la misma palabra. Ambas generan el cambio, la transformaci¨®n. Adem¨¢s, papa, en jerga peruana, son las partes ¨ªntimas de una mujer. Todo ten¨ªa su enlace".
Llosa vive en Barcelona y su apellido la enlaza con el escritor Mario Vargas Llosa, primo segundo de su padre. Al igual que su famoso pariente, la cineasta ha acabado quemada con la pol¨ªtica peruana. "El Per¨² rico se esconde ante lo que le rodea de forma gr¨¢fica, con hipocres¨ªa cierran los portones de sus casas".
Ese abismo que crece en Suram¨¦rica entre pobres y ricos, con muros que cierran y protegen los barrios de la clase alta, se ha convertido en un personaje reiterativo en el ¨²ltimo cine de ese continente, como en La zona, de Rodrigo Pl¨¢, o Una semana solos, de Celina Murga. "Lima aparece en grandes tomas, distanciada, y a la vez creo que ense?o el intercambio comercial entre ambos per¨²es, el pobre y el rico, en el que ninguno se llama a enga?o. Y si te fijas, eso est¨¢ empezando a pasar en Europa. Cerramos el peri¨®dico despu¨¦s de leer noticias del Congo o de Gaza, y se acab¨® el problema".
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