Poes¨ªa, provocaci¨®n y escatolog¨ªa

Arco puede resultar extenuante. Hay quien lo atribuye al poder de succi¨®n de energ¨ªa de la moqueta. Los menos m¨ªsticos lo achacan al exceso de propuestas. De ah¨ª que se haga necesario un mapa de balizas para orientarse en el oc¨¦ano de los est¨ªmulos visuales. Muchos menos, en cualquier caso que en otros a?os. Ser¨¢ el clima general, pero la feria se siente algo mustia, pese a que los galeristas ya pueden respirar aliviados; las ventas no est¨¢n yendo tan mal despu¨¦s de todo. Ser¨¢ por la naturaleza de lo que han tra¨ªdo a la feria. Piezas que apelan por lo general a los instintos b¨¢sicos del peque?o coleccionista y no tanto a los compradores de las instituciones. Por m¨¢s que a ¨¦stos se les observe desde las galer¨ªas como una mezcla de aparici¨®n mariana y signo de euro con piernas.

Predomina la pintura. "Es normal, esto es una feria comercial y no una bienal", aseguran los expertos como si lo hubiesen aprendido en el catecismo en la tierna infancia. En otras palabras, un evento de estas caracter¨ªsticas no se esfuerza en construir un canon art¨ªstico, sino en reflejarlo, casi masticarlo para el gusto del mercado. Lo que sigue es una selecci¨®n de lo m¨¢s sorprendente, relevante, provocador o directamente escatol¨®gico de Arco 09.

? 'Photo opportunity'. Es inevitable, casi irresistible, no desenfundar la c¨¢mara digital y retratarse junto al gigantesco cami¨®n de algo que parece hueso a simple vista y el artista Jitish Kallat (Bombay, 1974) ha titulado Aquasaurus. En realidad, el ingenio, casi de Los Picapiedra, est¨¢ fabricado en resina y acero. Sea como sea, domina, con sus siete metros de largo, el espacio de la galer¨ªa Haunch of Venison, que participa por primera vez en Arco. El supuesto esqueleto de dinosaurio sirve al artista como met¨¢fora —a caballo entre la cr¨ªtica y el humor— de la realidad social que vive India, pa¨ªs invitado en esta edici¨®n. Traducido: la obra trata el constante crecimiento de la poblaci¨®n escasamente ayudado por las infraestructuras. Buena parte de los habitantes de sus megal¨®polis a¨²n depende de los camiones cisterna que les abastecen de agua potable.

? La provocaci¨®n de lo grotesco. Cuando Jos¨¦ Mart¨ªnez Calvo abri¨® su galer¨ªa madrile?a, Espacio M¨ªnimo, todo un referente en creaci¨®n emergente, todos sus representados eran j¨®venes como ¨¦l. A?os m¨¢s tarde, algunos de aquellos "j¨®venes" han encontrado ya su hueco de pleno derecho. Si no, pregunten a Enrique Marty (Salamanca, 1969). Se hizo c¨¦lebre con sus pinturas, v¨ªdeos, esculturas y fotograf¨ªas escoradas hacia lo grotesco y lo deforme. De ah¨ª procede su fama de enfant terrible. En Arco se muestra una de sus esculturas, Duel, 2008. En ella, una pareja de ancianos ve la televisi¨®n sin escatimar desprecio mutuo. Precio: 31.000 euros, v¨ªdeo incluido.

? Esther Ferrer, la juventud no es una cuesti¨®n de edad. Se podr¨ªa definir como una mini retrospectiva. Una parte de la vida y la obra de Esther Ferrer, hero¨ªna del arte conceptual y persona fieramente fiel a s¨ª misma, es lo que se puede contemplar en el espacio de EL PA?S en Arco. As¨ª es Esther Ferrer (San Sebasti¨¢n, 1937), premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas 2008, y de esa manera, rabiosamente confesional, trabaja.

? La delgada l¨ªnea entre cine y arte. La artista italo-germana Rosa Barba (Agrigento, 1972) usa el cine como materia prima de su expresi¨®n art¨ªstica. La galer¨ªa berlinesa Carlier / Gebauer muestra dos piezas que exploran esta relaci¨®n. Western round table 2027 es una escultura sonora en la que dos proyectores conversan sobre cine a trav¨¦s de un di¨¢logo fabricado de m¨²sica con Ennio Morricone y Nino Rota, dos grandes autores italianos de bandas sonoras y melod¨ªas tarareables. En Waiting grounds, la artista documenta un episodio fascinante. El encuentro que en 1959 mantuvo en el desierto de Mojave (California) un grupo de intelectuales franceses con surrealistas estadounidenses.

? Poes¨ªa en los materiales de construcci¨®n. La obra de Cristina Iglesias (San Sebasti¨¢n, 1956) es capaz de transmitir la emoci¨®n m¨¢s delicada a trav¨¦s del uso de materiales pesados, industriales. ?se es el resultado que consigue en la escultura de hormig¨®n y hierro de 1987 que puede verse en la galer¨ªa Pepe Cobo.

? Ir¨¢n explota. S¨®lo por lo ex¨®tico merecer¨ªa una visita. Silk Road, la ¨²nica galer¨ªa iran¨ª presente en Arco, se ha decantado por trasladar a la feria madrile?a obra de un solo artista: Afshin Pirhasshemi. Su obra, magn¨¦tica y discretamente provocadora, trae a la mente la pregunta inevitable. ?Tras esos ¨®leos de mujeres medio camufladas, se respira la libertad de expresi¨®n? ?Pueden exhibirse estas obras en Ir¨¢n? La respuesta es de Nicole Graf, directora de ventas de Silk Road. "Todas estas obras han pasado el filtro de los censores", afirma. Ir¨¢n cuenta con una importante base de coleccionistas que fundamentalmente adquieren arte iran¨ª.

? El toro de Arco. Lo kitsch tambi¨¦n tiene cabida. La galer¨ªa ?lvaro Alc¨¢zar no ha dudado en colocar en el quicio de su stand la pieza Es Pain, un toro de abultados test¨ªculos fabricado en aluminio rojo iluminado con 300 luces de feria. El t¨ªtulo es un juego de palabras que deforma la palabra Spain para, en un personal spanglish convertirla en algo as¨ª como "es dolor" —pain significa dolor en ingl¨¦s—. La obra es Carlos Aires (Ronda, 1974), artista radicado en Rotterdam. Quiz¨¢ lo recuerde como autor de la pol¨¦mica foto de una campa?a publicitaria en Austria, en la que tres personas desnudas, con caretas de George Bush, Jacques Chirac e Isabel II, simulaban un expl¨ªcito tr¨ªo sexual.

? Planeta escatol¨®gico. Tambi¨¦n hay islas para el compromiso conceptual. Una de ellas es la galer¨ªa barcelonesa Nogueras Blanchard, siempre fiel a su n¨®mina de artistas. En esta edici¨®n de la feria, adem¨¢s de una serie de dibujos de Ignacio Uriarte, una escultura de Ester Parteg¨¤s, exhibe un v¨ªdeo del cubano Wilfredo Prieto titulado Planetas en el que reinterpreta visualmente el movimiento del producto del metabolismo humano que flota en el fondo de un inodoro.