Dos en uno
El Madrid arrasa al Maccabi y pr¨¢cticamente asegura su presencia en cuartos de la Euroliga
Pleno en Vistalegre. El Madrid gan¨® y lo hizo con una holgura que casi asegura su presencia en los playoffs de cuartos de final. Visto lo ofrecido por el Maccabi, mucho se tienen que torcer las cosas para que los madridistas no est¨¦n presentes en la antesala de la Final a cuatro. Y es que en todo momento estuvo presente no s¨®lo el objetivo principal, la victoria, sino la diferencia, conscientes ambos equipos que en este grupo cada vez toma m¨¢s cuerpo un posible triple empate entre Bar?a y los dos equipos presentes ayer en Madrid. Baste se?alar que una vez que los madridistas rompieron definitivamente el partido con dos minutos de locura en los que Llull clav¨® dos triples y otro que le dieron de dos y Marko Tomas hizo lo imposible con otro zambombazo de la esquina, desequilibrado y al l¨ªmite de posesi¨®n (92-75, a falta de dos minutos) se encadenaron los tiempos muertos por parte de ambos entrenadores. Una se?al inequ¨ªvoca que ambos pensaban que, quiz¨¢s dentro de unas semanas, la clasificaci¨®n pueda depender de una o dos canastas. Al final tanto traj¨ªn termin¨® por beneficiar a¨²n m¨¢s al Real Madrid.
REAL MADRID 98 - MACCABI TEL AVIV 79
Real Madrid: Llull (13), Bullock (24), Mumbr¨² (13), Massey (4) y Reyes (12) -equipo inicial-; S¨¢nchez (1), Van den Spiegel (10), Hosley (7), Hervelle (5) y Tomas (9).
Maccabi Tel Aviv: Arroyo (21), Marcus Brown (2), Gaines (7), Casspi (5) y Fischer (12); Simmons (0), Dee Brown (3), Eliyahu (20), Burstein (0) y Sharp (9).
Top 16 de la Euroliga. Grupo F (los dos primeros acceden a cuartos): 1. Real Madrid (3 victorias y ninguna derrota). 2. Regal Barcelona (2 y 1). 3. Maccabi Tel Aviv (1 y 2). 4. Alba Berl¨ªn (0 y 3).
Comparado con las agon¨ªas sufridas en los partidos ante el Barcelona y Alba Berl¨ªn, lo de ayer fue una balsa de aceite. Poco le queda al Maccabi de sus ¨¦pocas gloriosas, la m¨¢s reciente tampoco tan lejana. Pero ya no est¨¢n gente como Jakicevicius, Vujacic o Anthony Parker, actual compa?ero de Calder¨®n en los Raptors, por lo que no ha tenido otro remedio que construir un equipo muy aparente f¨ªsicamente pero donde escasea el talento, salvo en alg¨²n caso como Eliyahu, y encomendarse a Carlos Arroyo, general con mando en plaza, lo que no es poco pero tampoco suficiente. En algunos momentos provoc¨® ciertos problemas a la defensa madridista, sobre todo cuando el Maccabi consegu¨ªa darle velocidad a sus transiciones ofensivas. A la carrera los israel¨ªes son pintones pues es donde luce mejor algunos atletas que tienen en su plantilla. Pero jugar a baloncesto, afortunadamente, es algo m¨¢s. A¨²n as¨ª Arroyo carg¨® de faltas a Llull y posibilit¨® la presencia en cancha durante una cantidad de minutos inusuales a Pepe S¨¢nchez. Mantuvo el tipo el argentino, y tuvo tiempo para ense?ar lo que mejor sabe hacer, asistir. Despu¨¦s de sus ¨²ltimas actuaciones, un enorme paso adelante.
Nunca estuvo en entredicho hacia donde se iba a decantar la victoria, como pasa casi siempre que se cumple una doble premisa: que Bullock est¨¦ enchufado y que cuente con ayuda. Se la dieron Mumbr¨², Tomas, e incluso Van der Spiegel. No se cuenta la de Felipe Reyes, pues ¨¦sta es una constante llueva, nieve, haga fr¨ªo o calor. Una vez que la diferencia se instal¨® sobre los diez puntos, pasado el ecuador del tercer cuarto (60-51) el triunfo del Madrid nunca corri¨® peligro de verdad.
Pero siendo dos partidos en uno, quedaba un asunto pendiente. Lo resolvi¨® Llull, un aut¨¦ntico robafocos. No hab¨ªa dicho esta boca es m¨ªa pero en dos minutos se convirti¨® de nuevo en el h¨¦roe con sus diez puntos casi consecutivos. Que este chico tiene ¨¢ngel es tan cierto como que el Madrid tiene los cuartos de final en la palma de la mano.
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