"Cumpl¨ª mi sue?o: ser el color con el que pinta Abbado"
Le encanta comer y lo demuestra pidiendo un cogote de merluza que degusta con entusiasmo. Lleva dos a?os de free lance tocando la viola en la Malher Orchestra Chamber, creada por Claudio Abbado en 1977, y est¨¢ a la espera de que le den los resultados de la prueba que le permita pasar a ser miembro estable de ¨¦sta. Ser¨¢ entonces la tercera espa?ola del grupo. Mientras tanto Anna Puig (Cervera, 1982) se come la vida igual que el cogote. Disfruta de la m¨²sica con una pasi¨®n contagiosa. Lo suyo con el arte es casual, una escuela musical en su pueblo, que llev¨® a los tres ni?os de la familia Puig a acudir a las aulas del centro. Hoy, las dos chicas, Anna y Laia, son m¨²sicas profesionales, el chico, David, se dedica a las Telecomunicaciones. Aunque cuando est¨¢n juntos no desaprovechan las veladas familiares en las que los tres cogen las partituras y los instrumentos y se ponen a tocar. "Son momentos fant¨¢sticos. Entramos en la m¨²sica de casualidad y hoy mi padre es mucho m¨¢s fan¨¢tico que yo".
Salt¨® de la escuela de m¨²sica de su pueblo a tocar en la Malher Orchestra Chamber
Su carrera musical universitaria la ha desarrollado en Berl¨ªn. "Llegu¨¦ con 19 a?os sin idea de alem¨¢n, pero con unas ganas tan grandes de aprender que me pasaba horas metida en las salas de la Berliner Philharmonie. All¨ª me quedaba embobada escuchando a los m¨²sicos hablar y me met¨ªa en todos los ensayos que pod¨ªa. Ser estudiante de m¨²sica en esa ciudad es un lujo porque las oportunidades son inmensas. Mi hermana Laia se fue a Viena y el ¨²ltimo a?o lo pas¨® conmigo en Berl¨ªn. Por tres euros un estudiante puede escuchar un concierto de la Filarm¨®nica, aunque sea de pie, y por 200 al semestre poder perfeccionar un instrumento a nivel universitario. Para m¨ª, eso es un lujo". ?Por qu¨¦ la viola? "De casualidad. Toco el piano, pero es demasiado individual. Me gusta la orquesta".
Anna pudo trasladarse a la capital alemana gracias a las ayudas que recibi¨® de las instituciones espa?olas. "No ser¨ªa la misma que soy ahora si no hubiese estado en Alemania. All¨ª la m¨²sica te lleva a vivir de una manera diferente, de forma m¨¢s intensa. Te obliga sin darte a cuenta a desarrollar m¨¢s tus sentidos".
Cuando habla del maestro Claudio Abbado sus ojos azules se vuelven m¨¢s intensos. "Si sue?as, al final algunos de los sue?os se cumplen. Para m¨ª, que el maestro Abbado pudiese dirigirme era algo que s¨®lo imaginaba dormida. Es especial, capaz de que la orquesta obtenga su m¨¢ximo rendimiento, que los m¨²sicos saquemos lo mejor de cada uno de nosotros. El movimiento de sus manos es de una elegancia extraordinaria. Si te quedas observando te da la sensaci¨®n de que est¨¢ dibujando en el aire y de que t¨² eres uno de los colores que va a utilizar".
Anna Puig compagina sus ensayos con la Malher o las orquestas con las que colabora con sus estudios de Psicolog¨ªa. "En los hoteles y en los aeropuertos tienes muchos tiempos muertos que creo que debo aprovechar. No creo que ejerza de psic¨®loga, pero no est¨¢ mal hacer cosas que no tengan que ver con mi profesi¨®n". Le gusta ese punto de inseguridad de la vida de los m¨²sicos, tocar en un a?o en pa¨ªses muy diferentes. "Nunca imagin¨¦ que pudiera ser tan feliz haciendo lo que m¨¢s me gusta. Tocar".
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