"La existencia individual y colectiva se orienta hacia el misterio"
Shhhh... Es la imaginaria petici¨®n de silencio que se instaura cuando ?lvaro Pombo empieza a reflexionar sobre su obra literaria o cualquier cosa. Los 70 a?os, que cumplir¨¢ en junio, lo confirman como un escritor fil¨®sofo de un antiguo liceo ateniense. Pero en el siglo XXI, donde sabidur¨ªa e intensidad se mezclan con una may¨¦utica de desparpajo. La promoci¨®n de una novela y un poemario alteran ahora sus apacibles d¨ªas: Virginia o el interior del mundo y Los enunciados protocolarios. Nuevas obras tras su asomo a la pol¨ªtica como candidato al senado por UPyD, y del Premio Planeta 2006 por La fortuna de Matilda Turpin; y antes de ¨¦ste t¨ªtulos como Contra natura, El cielo raso y El metro de platino iridiado que le han dado un sitio clave en la narrativa contempor¨¢nea.
"Los amantes que creen que merecen ser amados, autom¨¢ticamente pierden su condici¨®n de amantes y se convierten en narcisos"
Este poeta fil¨®sofo santanderino, que gusta de la narrativa para comunicarse con el mundo, ha logrado fundir en su nueva novela dos de los grandes temas del ser humano: el amor y lo sobrenatural. Dos eternos territorios inquietantes y misteriosos pero procedentes o vivificados, ambos, por un solo acto: Fe. Todo sucede en el Santander de los a?os veinte, donde una joven culta empieza a interesarse por lo que hay m¨¢s all¨¢ de su buena vida. Un micromundo de la Europa de entonces. Del renacer de una ¨¦poca que el destino decidi¨® aprisionar entre dos guerras y dejarla como una burbuja de tiempo centelleante de fuegos artificiales.
PREGUNTA. En los a?os veinte, el mundo cultural e intelectual simpatiz¨® mucho con lo sobrenatural, incluso hoy, aunque suene contradictorio. ?Qu¨¦ lleva a los intelectuales a acercarse a esos mundos?
RESPUESTA. Voy a clasificar a los intelectuales -un t¨¦rmino demasiado amplio- provisionalmente en dos grupos: el de los intelectuales-cient¨ªficos y el de los intelectuales-poetas. En el segundo grupo entran los intelectuales y escritores que podr¨ªan agruparse en torno a la frase de Antonio Machado: "El alma del poeta se orienta hacia el misterio". Es un grupo obviamente ampl¨ªsimo, entre los cuales me incluir¨ªa yo mismo. Personalmente no creo en el m¨¢s all¨¢ o en lo sobrenatural. Y, sin embargo, me considero una persona religiosa (religio poetarum) en el sentido machadiano. La existencia misma, la existencia individual y colectiva, se orienta hacia el misterio. Un lugar especial dentro de este grupo lo tendr¨ªan, por un lado, los intelectuales rom¨¢nticos o escritores como Henry James y William James, y tambi¨¦n Rainer Maria Rilke. De estos tres ¨²ltimos hago amplio uso en esta novela. Y el subt¨ªtulo, la noci¨®n de un "interior del mundo", es de inspiraci¨®n rilkeana. Hay luego otro tipo de intelectuales, los cient¨ªficos, que rechazan, en nombre de la objetividad cient¨ªfica y del principio de corroboraci¨®n intersubjetiva de las experiencias, todo aquello que no puede ser probado inmediata o mediatamente por m¨¦todos cient¨ªficos. Las experiencias religiosas y po¨¦ticas son subjetivas: sus evidencias son intensas, pero ¨²ltimamente incomunicables. No prueban m¨¢s que la existencia de s¨ª mismas en todo su vigor. Una exposici¨®n admirable del punto de vista del intelectual cient¨ªfico la tenemos en Gonzalo Puente Ojea, El mito del alma. Ciencia y religi¨®n.
P. Cita a Kierkegaard al recordar que la realidad es un examinador menos riguroso que la posibilidad y la angustia.
R. Creo que mis personajes son muy kierkegaardianos, en el sentido, sobre todo, de que viven m¨¢s dentro de la angustia de la posibilidad que de la confrontaci¨®n con la realidad. Kierkegaard hizo del estado an¨ªmico de la angustia toda una pedagog¨ªa, y hablaba, en efecto, de ser "educado por la posibilidad". Creo que vale la pena citar un texto de El concepto de la angustia aunque sea un poco largo. Comenta Kierkegaard que cuando ocurren acontecimientos extraordinarios, hist¨®ricos, todos quisi¨¦ramos estar presentes, porque cuando sobreviene una crisis todo cobra gran significaci¨®n y eso educa. Uno de los rasgos fascinantes de Barack Obama es que vive angustiado por la posibilidad: la matem¨¢tica precisi¨®n de su campa?a e incluso sus errores (menores) de estos d¨ªas en la elecci¨®n de miembros de su gabinete han sido tenidos en cuenta por Obama una y mil veces en la posibilidad. Por eso la realidad nunca le altera ni le coge por sorpresa, por eso parece siempre tan cool.
P. Suele examinar el amor en sus obras, y en
Virginia... se lee: "Todo amante responsable cuenta con que no sea correspondido", ?qu¨¦ cree usted?
R. La figura del amante responsable se opone, en esa frase, a la figura del amante engre¨ªdo o cre¨ªdo, que cree que merece ser amado. Pero ning¨²n verdadero amante que se atiene en serio a la absoluta independencia y otredad de la persona amada cree merecer su atenci¨®n. Si la recibe, la considera siempre como una gracia inmerecida. Sin esta dimensi¨®n de menesterosidad, de carencia, el amor del amante se estancar¨ªa en el narcisismo. Todo amante desea transformar a la persona amada en amante a su vez. Todo amante desea ser amado por la persona que ama. Pero este deseo es una esperanza y no un derecho. La persona amada no tiene obligaci¨®n de amarnos. Los amantes que creen que merecen ser amados, autom¨¢ticamente pierden su condici¨®n de amantes y se convierten en narcisos. Es posible que al transformarse en narcisos sean, parad¨®jicamente, m¨¢s amados que cuando eran verdaderamente menesterosos amantes. Pero esto ¨²ltimo no es m¨¢s que una de las dificultades del imposible amor humano.
P. El amor, que renace sin prejuicios en la literatura actual, transmite en su novela la idea de que es como la fe.
R. El amor humano es un acto de fe, o mejor dicho: de confianza en otra persona. Es una emoci¨®n subjetiva, como la fe religiosa, que construye lo amado como un objeto de inmenso valor, lo revaloriza. Yo siempre he negado que el amor sea ciego, aun cuando el eros sea, sobre todo al principio, muy miope; pero el amor se constituye en el tiempo y lo excelente del amor no es su mera aparici¨®n como sentimiento subjetivo, sino su capacidad de durar y de enlazar todas las cosas del mundo en su poderosa onda intelectual y afectiva. Supongo que al decir estas cosas estoy ampliando el concepto de amor mucho m¨¢s all¨¢ del sentido de atracci¨®n er¨®tica entre personas. -
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