Asuntos eternos

La fortuna literaria y pecuniaria de Robert Browning (1812-1889) alcanza su cenit en 1868 con la publicaci¨®n de El anillo y el libro, un extenso poema dram¨¢tico en verso blanco que, en realidad, bien puede considerarse una narraci¨®n: la de las circunstancias del crimen cometido en la persona de su esposa y los padres de ella por el conde Guido Franceschini en la Roma de finales del siglo XVII. Antes hab¨ªa escrito poes¨ªa abundante, en especial mon¨®logos dram¨¢ticos que le dieron justa fama, se cas¨® con la poetisa Elizabeth Barrett (m¨¢s famosa que ¨¦l en la ¨¦poca, autora de los Sonetos del portugu¨¦s), cambi¨® con ella cartas que se han convertido en un epistolario legendario en la Historia de la Literatura y ahora, en 2008, es cuando vemos traducido (excelentemente) su gran libro al castellano.

El anillo y el libro es un texto de m¨¢s de 20.000 versos que se considera una de las cumbres de la literatura inglesa. Texto complejo de leer hoy en d¨ªa, pero no dif¨ªcil. Est¨¢ dividido en 12 partes: la primera y la ¨²ltima corresponden a la voz del poeta. Las otras 10 narran la historia desde 10 puntos de vista de diferentes. Pompilia, la esposa asesinada, el conde Guido, el sacerdote con el que ella se fug¨®, un testigo de calidad que trata de mediar, la ciudad de Roma dividida a favor y en contra, el fiscal, el abogado y el mismo papa Inocencio XII exponen cada uno su visi¨®n del asunto con una escritura l¨ªrica de extraordinaria belleza. Adem¨¢s, el libro es un homenaje amoroso a la propia Elizabeth Barrett, a la que hubo de raptar para casarse y que hab¨ªa muerto unos a?os antes. El mon¨®logo dram¨¢tico en verso no es una novedad en sentido estricto, pero el relato de una misma historia por protagonistas y testigos aportando cada uno su visi¨®n es un acto de audacia de una modernidad extraordinaria. La novela en verso ha tenido anteriores y posteriores cultivadores, baste recordar el genial Eugenio Oneguin de Pushkin o, en Espa?a el espl¨¦ndido texto de Jos¨¦ Mar¨ªa Fonollosa, Poetas en la noche. Pero el libro de Browning no es s¨®lo una conquista del arte en s¨ª sino que abre una v¨ªa de creaci¨®n que va a dar paso a toda una modernidad po¨¦tica: la escritura de los Cantos Pisanos de Ezra Pound, por ejemplo, desciende directamente de Browning, alcanzando al mismo T. S. Eliot y llegando incluso hasta nuestros d¨ªas a poetas como Ashbery. Subjetivo, l¨ªrico, empe?ado en asuntos que siempre transcurren en el momento decisivo de la vida de sus personajes, la poes¨ªa de Browning se escuda en el pasado para hablar de asuntos eternos. Es un poeta tan reconfortante como esencialista y su lectura resulta fascinante.