El coche, que no falte
N. H. es una lectora a la que le gusta, dice, disfrutar de espacios naturales, dentro de lo que cabe. Tiempo atr¨¢s, cuando era m¨¢s joven, disfrutaba yendo a la rosaleda del parque Cervantes, en Barcelona. Tras un tiempo fuera de Catalu?a, vuelve a su ciudad natal y, tambi¨¦n, a la rosaleda. "El paisaje sigue siendo estupendo, pese a que el invierno no es la mejor estaci¨®n para las rosas, pero el entorno ha cambiado. Por completo".
Las quejas de la lectora se centran en dos puntos: el ruido y la actuaci¨®n de los servicios de limpieza. El parque es una zona peor que ruidosa. Limita, por una parte, con la Diagonal, y por otra, con la Ronda de Dalt. El resultado es que, seg¨²n d¨®nde se coloque, la lectora oye los coches de una u otra avenida. Y en el centro, de las dos. Claro, ¨¦ste es un asunto cuya responsabilidad no es municipal en exclusiva. Barcelona es una ciudad ruidosa, muy ruidosa. Es posible que el Consistorio haga lo que puede, pero est¨¢ claro que resulta insuficiente.
El segundo elemento que critica N. H. s¨ª es responsabilidad directa del Ayuntamiento de Barcelona. Por el parque circula una furgoneta con motor de combustible que tiene tres efectos: hace ruido, echa un humo apestoso y ocupa todo el espacio reservado a las personas porque all¨ª las calles entre setos no son avenidas de tres carriles. "?De verdad se tiene que utilizar un veh¨ªculo para vaciar las papeleras en un radio de poco m¨¢s de kil¨®metro y medio?", se pregunta la lectora. Un portavoz municipal se?ala que la camioneta es de biodi¨¦sel y que hay m¨¢s de medio centenar de papeleras y que cada una tiene una capacidad de 70 litros. Aun as¨ª, el domingo en que este diario visit¨® el parque para verificar la denuncia de la lectora, ni una sola estaba llena. Con un carretoncillo, como hacen la mayor¨ªa de los jardineros, habr¨ªa sido suficiente. Sobre todo siendo un servicio dependiente de un ¨¢rea gobernada por ICV, que defiende que no hay que utilizar el coche para ir a comprar el pan, lo que resulta del todo razonable. Pero est¨¢ una vez m¨¢s claro que las administraciones tienen dos varas de medir y que aplican aquel viejo dicho de "lo ancho para m¨ª, lo estrecho para ti".
Por cierto: hasta seis lectores se?alaron a este diario que el pasado fin de semana no se cubrieron todos los baches de la avenida de Roma, pese a que el Consistorio hab¨ªa anunciado que lo har¨ªa (y as¨ª se recogi¨® en esta misma columna el pasado s¨¢bado) si no llov¨ªa. No llovi¨®. Algunos baches se taparon el lunes. Y eso que hab¨ªa que hacerlo en fin de semana por el tr¨¢fico. Se ve que a alguien no le iba bien, por lo tanto el tr¨¢fico pasaba a ser asunto menor.
Para quejas sobre las administraciones y empresa p¨²blicas pueden dirigirse a catalunya@elpais.es a la atenci¨®n de Francesc Arroyo.
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