Galardones consecuentes en una gris¨¢cea Berlinale

En un oficio plagado de floridos o m¨ªsticos impostores con eterno carn¨¦ de progresismo, acaparadores de subvenciones p¨²blicas y privadas de todo tipo en nombre del sagrado experimentalismo, las propuestas radicales, el rigor est¨¦tico e ideol¨®gico, la multiculturalidad y dem¨¢s convenientes falacias que s¨®lo pueden enga?ar a los habitantes del limbo o a la retribuida y fraternal buena conciencia, existe un productor y distribuidor espa?ol llamado Jos¨¦ Mar¨ªa Morales, rodeado de un equipo mod¨¦lico, al que desde hace infinitos a?os he visto pelearse por diversos confines de la tierra haciendo

posible un cinemarginal y de mucho riesgo en el mercado con el que este fr¨ªvolo cronista no suele conectar.

Pero siempre me he cre¨ªdo que anda en esta movida prestigiosa porque se lo cree de verdad, porque conf¨ªa en un tipo de cine que lo tiene muy crudo en los gustos populares. Reconociendomi nula comunicaci¨®n como espectador con la mayor¨ªa de sus art¨ªsticas apuestas, celebro enormemente que los premios internacionales ayuden a este aut¨¦ntico caballero (ya s¨¦ que ese concepto est¨¢ trasnochado) y aventurero con innegable estilo a seguir representando la esperanza

para muchos proyectos que desechar¨ªa la implacable ley de la oferta y la demanda.

Aclarado mi respeto por uno de los mayores triunfadores en esta Berlinale, confieso que La teta asustada (reconozco que el t¨ªtulo posee ovarios), dirigida con sentimiento y conocimiento por Claudia Llosa, no me provoca ni de lejos ni de cerca ning¨²n volc¨¢n an¨ªmico. Centrada en el sufrimiento ps¨ªquico de una ind¨ªgena peruana debido a la maldita herencia que pill¨® de su violada y consecuentemente desquiciada madre, intenta extraer lacerante poes¨ªa y costumbrismo veraz de la cotidianidad o la tragedia de gente herida, humillada, traumada y resignada.

Cine con planteamiento honesto (no s¨¦ qu¨¦ significa concepto tan enf¨¢tico, pero s¨¦ que

se usa mucho, aunque rara vez constato que aparezca el arte), int¨¦rpretes que no saben o no necesitan interpretar, sensaci¨®n de realismo y bienintencionadas intenciones. O sea, unmaterial tan correcto como tibio para los placeres que yo sigo esperando en el cine.

Esta Berlinale ha sido a¨²n m¨¢s intranscendente quemediocre, pero los premios le pod¨ªan haber ca¨ªdo a cualquiera. Me voy a tirar el rollo. Bienvenido sea el multiculturalismo, el galard¨®n a la simpleza ex¨®tica, la certidumbre de que hay que reconocer en p¨²blico el m¨¦rito del cine personal y posibilista que nomantiene ninguno de los al parecer obscenos ganchos que embrutecen al espectador convencional, las pel¨ªculas invisibles que nos hablan con un lenguaje distinto de la problem¨¢tica de los seres humanos en cualquier e ignorada parte del universo. Qu¨¦ pesadez, qu¨¦ muermo, qu¨¦ mentira.

?Le suenan a ustedes los nombres del actor maliense Sotigui Kouyate (su inacabable y humanista discurso en la aceptaci¨®n del galard¨®n puede poner de los nervios a los fraternales occidentales que se lo han concedido), del feminista director iran¨ª Asghar Farhadi, de la actriz alemana Birgit Minichmayr, del director rumano Peter Sctrickland, de la directora alemana Maren Ade y del director argentino Adri¨¢n Biniez?

Les juro por mi madre que me encantar¨ªa asegurarles que el cine est¨¢ esplendorosamente vivo gracias a ellos, que estos premios garantizan savia nueva, que est¨¦n ustedes pendientes del improbable estreno de estas laureadas pel¨ªculas que revelan una poderosa e ins¨®lita forma de expresi¨®n cinematogr¨¢fica. Pero antes de certificar esamentira, me retiro del oficio.

Entre mis t¨ªtulos favoritos y descerrados del galard¨®n tampoco hay ninguno que me quite el sue?o. Y te sientes fatal admitiendo la pobreza de lo que se supone que debe ser la vanguardia del cine. Aseguran voces apocal¨ªpticas que a los peri¨®dicos y a los libros les queda poco tiempo. Deduzco que a los festivales de cine mucho menos. Cannes, como siempre, reivindicar¨¢ la parte del le¨®n. Pero mi desolada experiencia con los ¨²ltimos festivales de Venecia, San Sebasti¨¢n y Berl¨ªn certifica que la depresi¨®n tambi¨¦n amenaza a este negocio. Me parece normal que nos quedemos en paro hasta en esta profesi¨®n tan rara, tan in¨²til y tan contaminada de los cr¨ªticos de cine. Peor,me contaba un amigo castizo, es andar picando piedra.