Obama reta a la recesi¨®n
EE UU trata de salvar su econom¨ªa con un plan de 800.000 millones de d¨®lares
Barack Obama visit¨® el jueves la planta que la multinacional de la maquinaria Caterpillar tiene en East Peoria (Illinois). El presidente de EE UU no pasaba por all¨ª de casualidad. Est¨¢ de campa?a vendiendo su gigantesco plan de reactivaci¨®n econ¨®mica, y qu¨¦ mejor plataforma que la de Caterpillar, que acaba de anunciar el despido de 20.000 empleados, forzada por la gravedad de una crisis que ya es global. Y, adem¨¢s, en el Estado al que Obama represent¨® como senador, uno de los que m¨¢s sufre la degradaci¨®n de empleo.
El reto es enorme, en escala y objetivos. As¨ª defini¨® Obama el panorama econ¨®mico que tiene EE UU ante s¨ª tras 14 meses de recesi¨®n profunda, que se teme ser¨¢ prolongada. Para plantarle cara, movilizar¨¢ 800.000 millones de d¨®lares, de los que el 64% ser¨¢ inversi¨®n p¨²blica, y el 36%, incentivos fiscales. As¨ª espera que compa?¨ªas como Caterpillar empiecen a contratar y crear 3,5 millones de empleos en dos a?os.
El 64% del dinero ser¨¢ inversi¨®n p¨²blica, y el 36%, incentivos fiscales
Para lograr el apoyo de algunos republicanos se han hecho concesiones
Ahora llega lo dif¨ªcil: hacerlo funcionar. No hay signos de estabilizaci¨®n a la vista. La econom¨ªa estadounidense se contrajo un 3,8% en el cuarto trimestre de 2008 arrastrada por la ca¨ªda del consumo y de la inversi¨®n, algo que no se ve¨ªa desde 1982. La tasa de paro est¨¢ en el 7,6%, la m¨¢s alta de los ¨²ltimos 17 a?os, y se teme que se acerque al 9% tras los masivos recortes de plantilla anunciados desde diciembre. Desde que Obana gan¨® las elecciones presidenciales, las grandes empresas de Estados Unidos han anunciado m¨¢s de 600.000 despidos. Y en el sector inmobiliario siguen los desahucios y el desplome de precios.
Por todo esto, economistas como los de la gestora de fondos Pimco, del grupo Allianz, hablan de "minidepresi¨®n", de una crisis a medio camino entre el colapso vivido en los a?os treinta del siglo XX y la fuerte recesi¨®n de comienzos de los setenta. Nadie duda de que el plan de est¨ªmulo econ¨®mico proveer¨¢ alg¨²n tipo de alivio a la econom¨ªa dom¨¦stica. La pregunta es si esta movilizaci¨®n de recursos, pactada esta semana por el Congreso de EE UU y la Casa Blanca, contribuir¨¢ a sacar al pa¨ªs -y de paso al mundo- de la recesi¨®n.
En menos de un a?o, EE UU ha promulgado tres leyes dise?adas bien para estimular la econom¨ªa o para salir al rescate del sector financiero. El verano pasado se movilizaron 152.000 millones de d¨®lares para incentivar el consumo y en oto?o se autorizaron 700.000 millones m¨¢s para estabilizar los bancos. Esta semana se han pactado los t¨¦rminos del tercer paquete, cuyo montante equivale al 5,6% del PIB o al 10% del consumo anual en este pa¨ªs.
Si este dinero se diera directamente a los estadounidenses, cada ciudadano recibir¨ªa 2.600 d¨®lares. En total, el plan supera los 595.000 millones gastados en la guerra de Irak y, en t¨¦rminos relativos, es similar al Plan Marshall (5,4% del PIB en 1947). La oficina presupuestaria del Congreso de EE UU habla de una horquilla de creaci¨®n de empleo de entre 1,3 millones y 3,9 millones de puestos de trabajo. Si se toma como referencia el punto medio, cada empleo creado habr¨¢ costado 303.850 d¨®lares.
En el plan de est¨ªmulo econ¨®mico hay un poco para cada uno, aunque, para lograr los apoyos m¨ªnimos en el ala republicana (y entre dem¨®cratas conservadores), Obama ha tenido que aumentar m¨¢s de lo que pensaba los incentivos fiscales. La idea es destinar unos 29.000 millones de d¨®lares a proyectos de modernizaci¨®n de carreteras y puentes, 18.000 millones al suministro de agua potable, 16.400 millones a medios de transporte y 5.000 millones a la mejora de edificios. Se mantiene la cl¨¢usula que anima a consumir productos made in USA, aunque no se podr¨¢n violar las reglas de comercio internacional.
Obama tambi¨¦n quiere destinar una porci¨®n de tan enorme tarta al sector energ¨¦tico, con incentivos por valor de 20.000 millones para fomentar el ahorro y el uso de fuentes renovables como la solar o la e¨®lica frente a los combustibles f¨®siles, y 30.000 millones para modernizar la red el¨¦ctrica. La industria de alta tecnolog¨ªa recibir¨¢ importantes subsidios para ampliar la red de banda ancha en las zonas rurales y para que hospitales y m¨¦dicos digitalicen los registros de sus pacientes.
El principal objetivo de Barack Obama es combatir el paro. La ley de est¨ªmulo econ¨®mico contiene una provisi¨®n para ayudar a los desempleados a sobrevivir durante la crisis, ampliando los subsidios y dando ayudas para los seguros m¨¦dicos. Pero algunos economistas cr¨ªticos con el plan temen que esta medida, que requerir¨¢ unos 59.000 millones, no frenar¨¢ los despidos ni animar¨¢ a las empresas a firmar nuevos contratos.
Al mismo tiempo se conceder¨¢n rebajas fiscales a trabajadores de clase media (aquellos que ganan menos de 75.000 d¨®lares al a?o) por un valor de 400 d¨®lares para los contribuyentes individuales y de 800 d¨®lares para las parejas. Las peque?as empresas tambi¨¦n se llevar¨¢n su parte, ya que el plan prev¨¦ que puedan compensar sus p¨¦rdidas con una reducci¨®n de impuestos. Y habr¨¢ tambi¨¦n deducciones para la inversi¨®n en bienes de equipo.
Otra partida importante del plan ir¨¢ destinada al sector de la salud y a beneficios sociales para pensionistas, discapacitados y veteranos de guerra. Las familias en dificultades recibir¨¢n ayuda para comprar alimentos.
Otro pilar de la acci¨®n de Obama es el apoyo a la educaci¨®n, sector al que se destinar¨¢n fondos para modernizar las escuelas p¨²blicas, para fomentar la investigaci¨®n y para conceder becas a los estudiantes con menos recursos.
Los Estados ten¨ªan puestas muchas esperanzas en el plan de rescate para poder pagar a sus funcionarios y mantener los servicios. El colapso inmobiliario, la congelaci¨®n del cr¨¦dito y la recesi¨®n est¨¢n provocando una ca¨ªda de los ingresos v¨ªa impuestos y disparando el d¨¦ficit. El bal¨®n de ox¨ªgeno para ellos no es tan generoso; aun as¨ª, contar¨¢n con un fondo de estabilizaci¨®n fiscal dotado con 53.600 millones. Hay en total 41 Estados con problemas.
El paquete de est¨ªmulos tambi¨¦n va a ayudar a las empresas constructoras por la v¨ªa de la concesi¨®n de cr¨¦ditos a la compra de vivienda nueva. Esos incentivos ser¨¢n ahora mucho m¨¢s modestos que lo previsto en un principio. Y tambi¨¦n ha ca¨ªdo un jarro de agua fr¨ªa sobre los fabricantes de autom¨®viles, que esperaban que los incentivos fiscales ayudaran a reanimar la alica¨ªda demanda. Aqu¨ª se ha metido tambi¨¦n la tijera y la ayuda ser¨¢ modesta.
?Ser¨¢ todo esto suficiente? Todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que el primer paquete de est¨ªmulo tuvo un impacto limitado, que se evapor¨® con el colapso del banco de inversi¨®n Lehman Brothers. El nuevo paquete es cinco veces mayor y, m¨¢s all¨¢ del debate pol¨ªtico, se espera que sea realmente efectivo pasado un a?o, cuando los incentivos fiscales tengan efecto.
"Es un buen plan", se?alan desde Moddy's. Pero los economistas de la agencia de calificaci¨®n de riesgo creen que "no es lo suficientemente bueno" como para recuperar tan r¨¢pido los 3,6 millones de empleos perdidos desde que comenz¨® la recesi¨®n. De hecho, la clave estar¨¢ en ver hasta qu¨¦ punto las inversiones y ayudas fiscales contribuyen a fomentar el consumo. La Reserva Federal ya alert¨®, adem¨¢s, de que la destrucci¨®n de empleo continuar¨¢ hasta el a?o pr¨®ximo, lo que significa que la tasa de paro seguir¨¢ por encima del 8% durante 2010, incluso si la econom¨ªa crece al 2% del PIB.
Lo que tienen claro los analistas de Global Insight es que, m¨¢s all¨¢ de cu¨¢ndo se sientan los beneficios del plan, sin estos est¨ªmulos la contracci¨®n ser¨¢ m¨¢s prolongada. Muchas voces piden a la vez a Washington que se vaya preparando para hacer frente al elevado d¨¦ficit presupuestario que se derivar¨¢ de este gasto tan enorme. El negativo en las cuentas p¨²blicas asciende ya a 569.000 millones de d¨®lares y se estima que el a?o se cierre con 1,2 billones en rojo. Esta cantidad no tiene en cuenta el esfuerzo financiero del plan ni los compromisos en Irak y Afganist¨¢n, que ser¨¢n, un a?o m¨¢s, cuantiosos. -
C¨®mo salvar la banca
El ¨¦xito del paquete de reactivaci¨®n econ¨®mica de Barak Obama depende en gran medida de la rapidez con la que se estabilice el sistema financiero. El presidente de EE UU y su secretario del Tesoro, Timothy Geithner, reiteraron esta semana que el Gobierno es el ¨²nico con los recursos necesarios para romper el c¨ªrculo vicioso que lleva a la destrucci¨®n de empleo. Pero dejaron claro que no lo pueden hacer todo, y que el sector privado debe implicarse.
Con este principio de fondo, Geithner present¨® las l¨ªneas maestras de su estrategia para utilizar la remanente de 350.000 millones del fondo de estabilidad financiera. Su objetivo: romper el co¨¢gulo que atora el mercado de cr¨¦dito sacando los activos t¨®xicos que contaminan los balances de los bancos. Un proceso de limpieza que debe ir acompa?ado por el capital privado, a la hora de poner precio y comprar la deuda de mala calidad.
La misi¨®n es compleja. Primero, los bancos ser¨¢n sometidos uno a uno a una rigorosa "prueba de estr¨¦s". El prop¨®sito de esta medida es identificar las entidades que pueden seguir recibiendo inyecciones p¨²blicas en caso de necesidad sin que eso suponga un riesgo para el dinero del contribuyente. Esto, en la pr¨¢ctica, lo que hace es separar los bancos solventes, con un balance robusto y limpio, de los que no. Y podr¨ªa acelerar una ola de concentraci¨®n en el sector.
Segundo, se plantea crear una plataforma o fondo que facilite la venta de la deuda t¨®xica que contamina los balances de los bancos. Y se ofrecen en paralelo garant¨ªas para respaldar las p¨¦rdidas que puedan sufrir esos activos. Con este mecanismo, que est¨¢ a¨²n en fase de dise?o, pretende establecerse una especie de asociaci¨®n p¨²blico-privada que podr¨ªa animar la participaci¨®n de grandes gestores de fondos como Warren Buffett o George Soros. La idea de Geithner es que este programa para comprar activos t¨®xicos arranque con medio bill¨®n de d¨®lares, aunque podr¨ªa doblarse.
En tercer lugar, se inyectar¨¢n 100.000 millones en la Reserva Federal para que expanda sus reservas y se destinar¨¢ un bill¨®n de d¨®lares a ampliar el mecanismo destinado a abaratar el cr¨¦dito al consumo y al peque?o negocio.
Y cuarto, se destinar¨¢n 50.000 millones a frenar los desahucios y la ca¨ªda del valor de la vivienda. J
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