?leo.., sangre, plumas y caramelo
Conservadores y restauradores reunidos en Madrid durante Arco explican la complicada misi¨®n de mantener en buen estado el arte contempor¨¢neo
Papel de estraza ba?ado en sangre animal. Plumas de aves. Cortezas de ¨¢rboles. Caramelos. Cera. Serr¨ªn. Este incongruente inventario no es sino la paleta de materiales de los que est¨¢n hechas algunas de las obras que han podido verse en la edici¨®n de Arco clausurada ayer. Es la que ha usado la joven artista Jodie Carey para fabricar el tapiz de plumas y la escultura que exhib¨ªa la galer¨ªa brit¨¢nica Alexia Goethe; el franc¨¦s Bojan Sarcevic para la instalaci¨®n que presentaba en el pabell¨®n de Carlier / Gebauer; o Bosco Sodi en la pieza Organic work, que colgaba de las paredes de la galer¨ªa ?lvaro Alc¨¢zar. Cabe preguntarse si perdurar¨¢n.
La misi¨®n de los restauradores de arte contempor¨¢neo es que as¨ª sea, pero sus armas son muy diferentes de las que usan sus colegas en el arte m¨¢s tradicional. Ante un cuadro antiguo, el restaurador se enfrenta a unas pautas m¨¢s que conocidas: bastidor, lienzo, capa de pintura, barniz. Pero nunca sabe qu¨¦ encontrar¨¢ en una pieza contempor¨¢nea. "La restauraci¨®n de arte cl¨¢sico es un proceso muy definido. En el contempor¨¢neo no hay esa previsi¨®n: cada artista es un mundo y cada obra es un mundo", se?ala Jorge Garc¨ªa G¨®mez-Tejedor, jefe de restauraci¨®n del Museo Reina Sof¨ªa.
Algunos artistas consideran que la degradaci¨®n forma parte de la obra
A veces, los problemas empiezan porque se usan pinturas industriales que se degradan r¨¢pidamente. "Los pigmentos antiguos eran naturales, de buena calidad. Hoy, para muchos artistas, la calidad del pigmento no es tan primordial", indica Lourdes Rico, del equipo de restauraci¨®n de la Fundaci¨®n March. Pero, en la mayor parte de los casos, la forma de usar los materiales es lo que causa verdaderos quebraderos de cabeza. Manolo Vald¨¦s, en la obra Doble imagen sobre fondo gris -que mostraba en Arco la galer¨ªa Marlborough- ha grapado y cosido tela de arpillera, sobre la que ha aplicado ¨®leo y cera... "En restauraci¨®n de arte contempor¨¢neo hay muy poca experiencia en el tratamiento de la mayor¨ªa de los materiales. Incluso si se usan los tradicionales, se mezclan con otros y el c¨®ctel acaba siendo algo completamente nuevo que no sabemos c¨®mo se va a comportar", se?ala Silvia Noguer, responsable de conservaci¨®n del Macba.
Ante la duda, el primer mandamiento es siempre preguntar al artista, si est¨¢ vivo, o a su entorno, si ha fallecido. No es raro que tengan ideas bien diferentes a las del restaurador: "En una ocasi¨®n, al Museo de Arte Abstracto Espa?ol de Cuenca se le ocurri¨® preguntar a Lucio Mu?oz qu¨¦ deb¨ªan hacer con una obra suya que hab¨ªa acumulado mucho polvo. Su respuesta fue que la sacaran al patio y le dieran un manguerazo", recuerda Rico. No le hicieron caso.
A menudo se plantean complicados dilemas, como el que tuvo que resolver el Macba hace unos a?os con el Mar de chocolate del suizo Dieter Roth, una pieza de 1970 que forma parte de la colecci¨®n del museo. Hecho de chocolatinas, no s¨®lo el tiempo las hab¨ªa tornado rancias y malolientes, sino que se hab¨ªan llenado de bichos. ?Habr¨ªa que sustituirlas? La respuesta fue un no contundente: "El artista consideraba que la degradaci¨®n forma parte de la obra", explica Noguer. Lo ¨²nico que pudo hacerse fue acabar con los cole¨®pteros mediante la ciencia: usaron feromonas para atraerlos y una sustancia paralizante para rematarlos.
Lo que est¨¢ en juego, afirma Emilio Ruiz de Arcaute, responsable de restauraci¨®n de la colecci¨®n de Artium, es un problema conceptual: "El restaurador no puede violar la propiedad intelectual de la obra". Por eso impuls¨® a finales de los ochenta la creaci¨®n de una base de datos que recoge, a partir de entrevistas, los criterios de cada artista. Hoy, ese archivo lo sigue gestionando el grupo espa?ol de restauradores de arte contempor¨¢neo del International Institute for Conservation of Historic and Artistic Works (IIC).
A veces, el restaurador se convierte en el m¨¦dico de cabecera del artista. Es la relaci¨®n que tiene con Antoni T¨¤pies Jes¨²s Marull, que se define como un "cirujano est¨¦tico" cuya misi¨®n es conseguir que la pieza tenga el mismo aspecto que cuando se realiz¨®: "En arte contempor¨¢neo la obra es gestual y lo que hay que conservar es el gesto del artista. Por eso, si en un collage de Barcel¨® falta una colilla o un trozo de bombilla, rompes una bombilla, o buscas una colilla, y la manipulas hasta que sea igual a la original".
Inc¨®gnitas digitales
En pleno boom de la fotograf¨ªa digital, los restauradores ya se echan las manos a la cabeza. El especialista ?ngel Fuentes apunta, por ejemplo, que en una imagen tradicional se pueden reconstruir los pasos que sigui¨® el autor a partir del negativo. "Pero nunca tienes la certeza de que la imagen digital sea la que haya tomado el autor".
La rapidez de los cambios tecnol¨®gicos hace que la conservaci¨®n vaya a¨²n muy por detr¨¢s de las novedades: "Los avances en fotograf¨ªa f¨ªsico-qu¨ªmica eran tan lentos que daba tiempo de establecer procedimientos de actuaci¨®n. Nos falta toda una generaci¨®n de archivistas y documentalistas digitales".
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