Montilla fuerza a Agricultura a cumplir la sentencia del Segarra-Garrigues
El Gobierno de la Generalitat, a trav¨¦s del Ministerio de Medio Ambiente, acudi¨® ayer a Bruselas a pedir una nueva pr¨®rroga para cumplir la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que obliga a proteger 20.000 hect¨¢reas de zonas de protecci¨®n de aves (ZEPA) en el entorno del canal Segarra-Garrigues. Logr¨® la pr¨®rroga pese a que el tiempo est¨¢ totalmente vencido. El plazo caduc¨® el pasado 1 de febrero, de ah¨ª los movimientos de estos d¨ªas de la Uni¨® de Pagesos (UP) y de los grupos ecologistas Ipcena y Seo Birdlife, que ayer reclamaron que se cumpla la normativa.
El Segarra-Garrigues regar¨¢ 70.000 hect¨¢reas de secano y los payeses afectados se?alan que si se recortan 20.000 el proyecto deja de ser rentable.
El presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, ha decidido asumir la direcci¨®n del asunto. Y la decisi¨®n tomada es clara: hay que cumplir la sentencia europea, algo que ha reclamado constantemente Medio Ambiente, tanto cuando era consejero Salvador Mil¨¤ como ahora con Francesc Baltasar.
Reuni¨®n con los payeses
Una de las primeras decisiones de Montilla ha sido invitar a los representantes rurales a mantener una reuni¨®n informativa sobre lo que representa el proyecto, aunque de momento la fecha no est¨¢ confirmada, seg¨²n explicaron ayer fuentes de UP. Montilla quiere explicarles la necesidad de dar cumplimiento a la sentencia, ya que de lo contrario las sanciones podr¨ªan ser muy graves.
El cumplimiento de la sentencias (que es de septiembre de 2007) se ha ido aplazando debido a la resistencia de Agricultura, inclinada a hacer frente con los agricultores. Medio Ambiente ha insistido siempre en la necesidad de buscar una soluci¨®n que no ignorase la norma europea.
Los ecologistas reclamaron ayer, precisamente, algo parecido a la intervenci¨®n de Montilla. Es decir, el problema no es si Agricultura incumple y Medio Ambiente apoya, sino que se trata de un problema de Gobierno que ¨¦ste debe resolver, como organismo unitario, sin excusas. "No rechazamos algunos regad¨ªos", se?al¨® Cristina S¨¢nchez, de Birdlife, pero "lo que no se puede hacer es tratar de enga?ar a Bruselas destinando a las aves zonas que a ¨¦stas no les interesan", dijo.
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