Fuga salvaje en Francia

La polic¨ªa todav¨ªa se pregunta c¨®mo consiguieron meter en la c¨¢rcel la pistola y los explosivos. Con la primera, los dos presos, considerados de los m¨¢s peligrosos en la c¨¢rcel de Moulins, en el departamento de Allier, en el centro de Francia, amenazaron y secuestraron a dos vigilantes el domingo, a las cuatro de la tarde; con los segundos, volaron las dos puertas que les separaban de la calle.

Agarrados a los guardias llegaron al aparcamiento. Robaron un coche. Subieron los dos y obligaron a los vigilantes a acompa?arles. Eran las cinco menos cuarto. Empezaba una fuga a la desesperada, sin vuelta atr¨¢s, de la que Francia entera ha estado pendiente dos d¨ªas y que termin¨® la madrugada de ayer en un t¨²nel de una autopista cercana a Par¨ªs.

Ambos reclusos son delincuentes que se han criado en la periferia de Par¨ªs

El mayor de los fugados se llama Cristophe Khider. Tiene 37 a?os, es inteligente, decidido, y cuando pis¨® el acelerador para alejarse de la prisi¨®n no ten¨ªa absolutamente nada que perder: de hecho, est¨¢ condenado por asesinato hasta 2046. El otro, Omar el Hadj, de 30 a?os, tambi¨¦n parisiense, pertenece, como Khider, a una nueva generaci¨®n de delincuentes crecidos en los barrios miserables de la banlieue de Par¨ªs.

La polic¨ªa monta la Operaci¨®n Gavil¨¢n destinada a interceptarlos, pero los dos evadidos, tras saltarse varios peajes, logran llegar a las proximidades de Par¨ªs, donde liberan a los dos vigilantes.

Atraviesan Par¨ªs y siguen en direcci¨®n al norte. A las 22.30 cambian de veh¨ªculo: secuestran a un abuelo que llevaba a su nieto a su casa y les obligan a acompa?arles en su huida hacia adelante. Consiguen despistar a la polic¨ªa. Esconden el coche hasta las cuatro de la madrugada. A las cinco de la madrugada del lunes sueltan al abuelo y al ni?o y vuelven a cambiar de coche. La polic¨ªa pierde su pista cerca de la frontera belga, a 500 kil¨®metros de la c¨¢rcel de Moulins.

Horas despu¨¦s regresan a Par¨ªs, al lugar al que pertenecen, a la periferia de la capital, donde tienen los mejores contactos. Pero cometen un error: a las cuatro de la madrugada del martes cambian de nuevo de coche. Se lo roban a un hombre que les reconoce y que los denuncia. Da la matr¨ªcula, el modelo. La polic¨ªa intensifica los controles: a las seis de la ma?ana, una patrulla policial les descubre en un sem¨¢foro.

Khider y El Hadj huyen disparando. Dos coches patrulla se lanzan en su b¨²squeda. A la entrada de un t¨²nel, el coche de los dos fugados se estampa contra la parte trasera de un cami¨®n. Khider iba a¨²n armado. Un polic¨ªa le dispara en la espalda para reducirlo. Queda malherido en el pulm¨®n y es trasladado al hospital. Su compa?ero es arrestado.

Han pasado 36 horas vertiginosas desde que volaron las puertas de la c¨¢rcel con un explosivo que nadie sabe c¨®mo consiguieron.