Juicio a la telebasura
El proceso a los contertulios del programa 'El Ju¨ª del cas Alc¨¤sser' llega cuando se cuestionan de nuevo los l¨ªmites informativos
Hoy, a las 9.45, en la sala 12 de la Ciudad de la Justicia de Valencia, est¨¢ previsto que comience un juicio aplazado hasta siete veces -seg¨²n fuentes del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana- por la defensa de los imputados. Se trata de un proceso que afecta a Fernando Garc¨ªa, Juan Ignacio Blanco, Am¨¤lia Garrig¨®s y Ferran P¨¦rez. Todos relacionados con lo que se dijo durante largos meses de 1997 en un programa de debate monogr¨¢fico de Canal 9, El Ju¨ª del cas Alc¨¤sser. El Ministerio Fiscal pide para los dos primeros imputados -Garc¨ªa, c¨¦lebre padre de una de las llamadas ni?as de Alc¨¤sser, y Blanco, su antiguo colaborador- un total de 16 a?os de prisi¨®n por ocho delitos continuados de calumnias contra el fiscal, forenses, investigadores de la Guardia Civil y el tribunal que juzg¨® a Miguel Ricart. Como se sabr¨¢, ¨¦ste es el ¨²nico detenido por el triple crimen de Alc¨¤sser, ya que Antonio Angl¨¦s no aparece. Pide tambi¨¦n cuatro a?os para Garrig¨®s y P¨¦rez, presentadora y director del programa.
Cada vez que Fernando Garc¨ªa aparec¨ªa, la audiencia sub¨ªa
Todos los imputados est¨¢n citados. Desde el TSJ se indica que si alguno no acude, el juicio no puede comenzar: la petici¨®n de pena es superior a dos a?os y no se puede celebrar sin su presencia. Pero si hay alguna incidencia de este tipo, es probable que el juez tome otras medidas. Los continuos aplazamientos han generado la correspondiente expectaci¨®n. Tanto, que Fernando Garc¨ªa estaba invitado el domingo al exitoso programa de sucesos de Tele 5 Rojo y Negro. Pero el programa prescindi¨® de tratar su tema a ¨²ltima hora por el caso de Marta del Castillo. El cual, precisamente, ha generado un debate medi¨¢tico en el que se ha invocado, como madre de todas las plagas, la cobertura del caso Alc¨¤sser.
En una ¨¦poca de multiplicidad de cadenas privadas, y con dos programas que explotaban en tono humano -?Qui¨¦n sabe d¨®nde?, en TVE y De t¨² a t¨² en Antena 3- la desaparici¨®n de las tres menores se convirti¨® en 1992 en una especie de reality de intriga. Pero la aparici¨®n de sus cuerpos lo convirti¨® en una pel¨ªcula de terror real. Entre ambos programas consiguieron 17 millones de espectadores con los especiales que hicieron en directo desde el pueblo. El sensacionalismo destrozaba todos los tab¨²es. Aunque tendr¨ªa que ir variando las formas, si quer¨ªa permanecer.
Fernando Garc¨ªa, de alg¨²n modo, facilit¨® esa posibilidad. Dio vueltas de tuerca al papel de portavoz de las familias que hab¨ªa adoptado, y pas¨® de sugerir que no se hab¨ªa investigado bien -con el ejemplo de la fuga de Angl¨¦s como muestra- a decir que se hab¨ªa hecho mal aposta. Fue entonces cuando conect¨® con Juan Ignacio Blanco, un periodista que le secund¨® en sus sospechas a trav¨¦s de una estructura intelectualizada que result¨® atractiva para muchos medios.
Ese atractivo se convertir¨ªa en estupefacci¨®n -y casi en adicci¨®n- cuando Garc¨ªa y Blanco, sumario en mano, empezaron a sugerir la existencia de bestialismo, canibalismo, pel¨ªculas snuff y ricos decadentes que buscaban v¨ªrgenes. Y entonces lleg¨® el juicio a Ricart, y apareci¨® el programa El ju¨ª del cas Alc¨¤sser. Un presunto debate de Canal 9 en el que Garc¨ªa y Blanco rebat¨ªan a lo bruto todo lo que se hab¨ªa dicho en la sala de juicios por la ma?ana. De ah¨ª sal¨ªan zumbando a otro programa, pero en Tele 5, Esta noche cruzamos el Mississippi, a hacer lo mismo. Y al d¨ªa siguiente, de vuelta a Valencia, a seguir en persona el juicio.
El Ju¨ª se estableci¨® cuando Jes¨²s S¨¢nchez Carrascosa dirig¨ªa Canal 9 con el ultra-amarillismo como bandera. Intent¨® retransmitir en directo el proceso a Ricart pero, al no permit¨ªrsele, cre¨® una versi¨®n del mismo a trav¨¦s de conexiones, informativos y del inacabable juicio paralelo del Ju¨ª. Un psic¨®logo asisti¨® a uno de los programas, y sugiri¨® a un responsable del espacio que no era muy oportuno que el padre de la v¨ªctima participara en ¨¦l. Pero cada vez que Fernando Garc¨ªa aparec¨ªa, la audiencia sub¨ªa. El pago, sin embargo, puede ser muy alto.
C¨¢maras e historias a medida
Por El Ju¨ª iban a pasar amigos, conocidos y saludados del acusado Miguel Ricart. Gente relacionada con la producci¨®n del Ju¨ª y del Mississippi negociaba el pago econ¨®mico con ciertos de ellos por la ma?ana -algunos eran testigos en el juicio-, y por la tarde aparec¨ªan en uno u otro espacio. "El Mississippi era mejor, aparte del dinero, te dejaban cogerte tu buen traje de chaqueta para salir en la tele", coment¨® uno de ellos a quien suscribe estas l¨ªneas. La visi¨®n de otro chaval de la calle con un m¨®vil en cada oreja negociando con uno y otro programa tras pasar por el juicio es dif¨ªcil de olvidar. La hermana de Ricart, Encarnita -que se ha cambiado el nombre- se hizo habitual en El Ju¨ª. Una fuente que tuvo relaci¨®n con el programa indic¨® en su d¨ªa que ella cobr¨® unos 670 euros a la semana. Y que no hay constancia de que Fernando Garc¨ªa cobrara (aunque ¨¦l s¨ª capt¨® mucho dinero por donativos para una fundaci¨®n que cre¨®). S¨ª fue pagado, en cambio, Juan Ignacio Blanco. Reconoci¨® hace a?os haber ganado unos 15.000 euros por diferentes apariciones televisivas de la ¨¦poca. Un conocido de Ricart que tambi¨¦n recibi¨® dinero televisivo explica lo que suced¨ªa con el hecho de cobrar por hablar (algo tan extendido desde entonces). "Como te pagaban, y quer¨ªas que te volvieran a llamar, ten¨ªas que decir algo que ellos quisieran o¨ªr". Y que encajara, por tanto, en la teor¨ªa conspiratoria capitaneada por Garc¨ªa y Blanco, que es la que permit¨ªa alargar Alc¨¤sser. Se dejaba al espectador la tarea de escoger si era verdad, mentira, o todo lo contrario. De hecho, hab¨ªa periodistas que planteaban a su p¨²blico eso mismo: que pod¨ªa ser verdad o bien lo que se dec¨ªa en la sala, o lo que se dec¨ªa en El Ju¨ª, o un poco de cada, o incluso nada de ello. Lo peor es que les fue bien.
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