Navarro acribilla al Madrid
Los 28 puntos, incluidos seis triples, del escolta dan el pase al Bar?a a las semifinales
El Barcelona es un portaaviones con un arsenal inagotable, pero si gan¨® al Madrid fue porque posee un arma demoledora: Navarro. ?l fue el principio y el final del cl¨¢sico. Libr¨® a su equipo de la pesadilla de saberse superior, pero en jaque hasta el final. La empecinada respuesta del Madrid fue similar por momentos a la que la ¨²ltima vez, en la Euroliga, le cost¨® un serio disgusto al Bar?a, que desperdici¨® una ventaja de 12 puntos. Siempre estuvo el Bar?a por delante. Pero el Madrid hac¨ªa la goma como entonces, como contra el Tau. En esta ocasi¨®n, sin embargo, ten¨ªa delante la mejor versi¨®n de Navarro.
Es Navarro el ¨²nico que da verdadero sentido al ataque del Bar?a, a veces encasquillado, especialmente cuando se retir¨® unos minutos a descansar en el tercer cuarto. Sus 28 puntos, incluidos seis triples en ocho intentos, adem¨¢s de 10 asistencias, acabaron con la resistencia del Madrid. A falta de medio minuto, se fue al banco entre los aplausos de una apreciable parte del p¨²blico. Fue el reconocimiento a un jugador letal, decisivo como muy pocos en la historia del baloncesto espa?ol.
Hubo demasiados jugadores blancos que apenas aportaron algo
El Madrid pag¨® su incapacidad para anular a Navarro individualmente o intentando alg¨²n dos contra uno o una zona mixta. Jug¨® como siempre, a contracorriente, pero esta vez perdi¨®. El juego del Bar?a se resquebraj¨® s¨®lo en contadas ocasiones y el Madrid no recuper¨® el golpe de ri?ones de otras batallas recientes, esa chispa que le permite volver a engancharse a partidos que parece tener m¨¢s que perdidos.
Pesadilla de Navarro al margen, el Madrid sum¨® muchas r¨¦moras, demasiados jugadores que apenas aportaron algo, desde Massey hasta Ra¨²l L¨®pez, que s¨®lo pudo jugar cinco minutos, y Tomas, que no compareci¨®, pasando por Hosley, Mumbr¨², Pepe S¨¢nchez e incluso Llull, que tuvo que v¨¦rselas con Navarro y, por a?adidura, no estuvo fino en el lanzamiento: una canasta de ocho lanzamientos. No import¨® mucho que el Madrid ganara en el juego de transici¨®n, en el que el Bar?a incurri¨® en siete p¨¦rdidas m¨¢s a pesar del buen partido de Sada, que ha relegado a Lakovic, restableci¨¦ndose de una operaci¨®n, y a Barrett.
El Madrid se estamp¨® contra el muro azulgrana en la zona, sobre todo cuando Massey se empe?¨® en tomar la iniciativa a la hora de resolver. Casi nunca lo consigui¨®. El Bar?a encomend¨® sus primeros tiros a un Ilyasova abrumador. Pero el Madrid se ajust¨® en la defensa, ech¨® mano de S¨¢nchez y reubic¨® a Llull como escolta para marcar a Navarro y fusilar con un triple la zona con la que trat¨® de abrigarse el Bar?a, el ¨²nico del Madrid en la primera parte. ?sa fue una de sus r¨¦moras de inicio.
El marcador se ensanchaba (8-15 y 28-36) y se estrechaba (23-23 y 38-41), pero las constantes del juego eran casi siempre las mismas. Xavi Pascual propon¨ªa y Joan Plaza le buscaba las vueltas al asunto. Primero recoloc¨® a Llull, luego dispuso un equipo con tres bajos: Ra¨²l, Bullock y Llull y al final tir¨® de zona en la defensa. Las maniobras de Bullock irrumpiendo en la zona tras un bloqueo y una finta le permiti¨® exhibir su sedoso lanzamiento en suspensi¨®n. Implacable. Navarro le dio la r¨¦plica, pero desde m¨¢s all¨¢ de los 6,25 metros. Pero el Madrid se encontr¨® con otro problema, el rebote defensivo.
El Bar?a, que tambi¨¦n tuvo que capear el mal d¨ªa de Andersen y otra muestra de lo fuera de onda que est¨¢ Barrett, vivi¨® de segundas opciones en momentos decisivos, como mediado el tercer cuarto, cuando volvi¨® a apretarse el marcador (de 43-56 a 58-61). El Madrid no le sac¨® todo el jugo a su defensa ni a la sorprendente angustia de un Bar?a que, pese a su arsenal, no pod¨ªa pasar un segundo m¨¢s sin Navarro. Regres¨® y remat¨® al Madrid.
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