El banco emisor
Al tiempo que el jefe de la patronal enarbola su programa m¨¢ximo -abaratar despidos, eliminar la autorizaci¨®n de los ERE, bajar cotizaciones sociales y que las empresas despidan en un a?o a un mill¨®n de trabajadores m¨¢s-, el gobernador del Banco de Espa?a ha entrado de lleno en el debate del empleo, y defendiendo posiciones ultraliberales. L¨®gicamente, ha suscitado la r¨¦plica inmediata, tanto del Gobierno como de los sindicatos, hasta el punto de que el propio Zapatero ha tachado sus declaraciones de "neoconservadoras". Porque, adem¨¢s, el gobernador ha situado sus comentarios en un marco conceptual que sorprende a¨²n m¨¢s tras el fracaso del modelo neoliberal y la actual crisis.
Los modelos de despido dan¨¦s y austriaco se basan en Estados con un gran gasto social
Lo primero que afirma es valorar como "m¨¦ritos propios" y "punto fuerte" de la econom¨ªa espa?ola el "haber sido m¨¢s audaces en la privatizaci¨®n" que otros pa¨ªses, haberla "hecho al 100%, lo cual es esencial para romper la relaci¨®n entre empresas y Gobierno" y, gracias a ello, "tener un sector p¨²blico reducido", m¨¢s peque?o que el de otros pa¨ªses europeos. Es conocido que Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, el amigo MAFO, es un brillante ilustrado liberal, pero es al menos chocante que el gobernador del Banco de Espa?a nombrado por un Gobierno socialista apueste por un Estado reducido y d¨¦bil, al tiempo que se felicita porque el Gobierno del PP privatizara totalmente el sector p¨²blico empresarial, sin ni siquiera mencionar la adjudicaci¨®n amiguista de las empresas privatizadas que hizo Aznar.
Sabemos que el neoliberalismo dominante desde los ochenta se bas¨® en la triple obsesi¨®n de privatizar, flexibilizar el mercado de trabajo y desregularizar. Sus resultados los estamos sufriendo en la mayor crisis econ¨®mica de la historia reciente. La idea de la m¨¢xima eficiencia de los agentes privados, sobre todo de los financieros, ha saltado por los aires y los Estados ahora se ven obligados a intervenir con ingentes cantidades de dinero en la banca y otros sectores. Pero el gobernador del Banco de Espa?a sigue elogiando las privatizaciones "m¨¢s audaces" y rechazando el papel del Estado en la actividad econ¨®mica, incluso concluyendo que entre las reformas pendientes se encuentra el "relanzamiento de las privatizaciones". ?Queda todav¨ªa algo? ?Quiz¨¢s el ICO? ?Tal vez la sanidad p¨²blica, como hace Esperanza Aguirre en Madrid?
En ese marco, el gobernador plantea su desacuerdo con la actual regulaci¨®n de los costes del despido, que considera tiene como efecto desanimar la contrataci¨®n de trabajadores, afirmaci¨®n que no se sostiene, pues en Espa?a se realizan cada a?o m¨¢s de 17 millones de contratos laborales y s¨®lo entre 2004 y 2007, con las mismas normas reguladoras del despido que hoy, se crearon tres millones de empleos netos.
Pero lo m¨¢s incoherente es su propuesta de copiar los modelos dan¨¦s o austr¨ªaco. Ciertamente, en Dinamarca el despido es m¨¢s flexible que en Espa?a y las empresas no tienen que abonar pr¨¢cticamente indemnizaci¨®n (aunque deben dar un preaviso de tres meses), Pero los parados reciben una prestaci¨®n de cerca del 100% de su salario durante un m¨ªnimo de cuatro a?os. Y es que no cabe tomar s¨®lo un elemento del sistema, rechazando aquellos otros que lo sostienen. Porque el modelo dan¨¦s se basa en un Estado fuerte, con una presi¨®n fiscal del 49% del PIB, frente al 36,7% de Espa?a; y un gasto social que alcanza el 30,1% (destinando el 5% a pol¨ªticas activas de recolocaci¨®n) a diferencia de Espa?a que es s¨®lo del 20,8%. Adem¨¢s de una afiliaci¨®n sindical del 80% de los trabajadores, que dificulta a los empresarios los despidos colectivos.
No se puede apostar por un Estado peque?o y d¨¦bil, con un sector p¨²blico reducido y un gasto social menor, y al mismo tiempo por un sistema de despido como el dan¨¦s, que se fundamenta en un Estado fuerte. No cuadra.
Y lo mismo cabe decir del modelo austr¨ªaco, cuyo gasto social alcanza el 29,1% del PIB, nueve puntos m¨¢s que Espa?a, y en el que las empresas capitalizan progresivamente la indemnizaci¨®n por despido a trav¨¦s de un fondo individual, semejante a un fondo de pensiones, del que puede disponer el trabajador cuando se queda sin empleo o se jubila. ?Aceptar¨ªan los empresarios espa?oles una f¨®rmula semejante, cuando aqu¨ª es casi imposible negociar colectivamente la creaci¨®n de planes de pensiones de empleo?
Dos ¨²ltimas reflexiones. La primera, que, en sus largas consideraciones sobre el mercado de trabajo, el gobernador no hace ninguna menci¨®n al di¨¢logo social, marco pol¨ªtico clave en el que debe situarse cualquier reforma futura. Quiz¨¢s no es sensible a tal escenario, pero la opci¨®n del Gobierno socialista es en este punto muy clara. La segunda, que trat¨¢ndose del Banco de Espa?a y siendo indiscutible que un factor clave en la destrucci¨®n de empleo viene siendo la restricci¨®n del cr¨¦dito por parte de las entidades financieras, sorprende que nada dijera sobre ello, aunque su intervenci¨®n fuera en unas jornadas sobre Cajas de Ahorro. Da la impresi¨®n de que, sea cual sea el momento del ciclo, el Banco de Espa?a siempre opina que es el mercado de trabajo el objeto a reformar, y, una vez m¨¢s, para reducir derechos a los trabajadores.
Joaqu¨ªn Leguina, entonces presidente de la Comunidad de Madrid, en cierta ocasi¨®n manifest¨® que el Banco de Espa?a era doblemente emisor. Hoy ya no emite moneda, pero sigue emitiendo ideolog¨ªa. Y por lo que vemos, de la dura.
Manuel de la Rocha Rub¨ª es diputado socialista por Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.