Mon¨®logo vitoriano
Se anunciaba un encuentro igualado, donde el mucho talento que atesoran ambas plantillas tendr¨ªa espacio para plasmarse y en el que la tensi¨®n ir¨ªa en ascenso seg¨²n iban pasando los minutos. El resultado final, a expensas de alg¨²n detalle, una actuaci¨®n sobresaliente o puede que hasta de una cuesti¨®n relacionada con la diosa fortuna. Bien, todo se esfum¨® en cuanto se puso la pelota en juego. No hubo partido, si como tal se entiende una confrontaci¨®n de igual a igual, y la culpa la tuvo un Barcelona que nunca estuvo a la altura de lo que se le supone a su potencial. Despu¨¦s de cuarenta minutos, cuesta trabajo extraer alguna lectura positiva a su partido. El naufragio fue de tal calibre que juntando sus dos actuaciones en esta Copa del Rey, el balance no puede ser reconfortante.
Su excesiva dependencia de Navarro volvi¨® a demostrarse en toda su crudeza, y a Juan Carlos no se le pueden pedir milagros todos los d¨ªas. Su exhibici¨®n en cuartos auguraba que la defensa del Tau le iba a nombrar enemigo n¨²mero uno. Y as¨ª fue. Hasta bien entrada la segunda parte y ya con el partido casi perdido, Navarro no pudo hacer casi nada, lo que siempre es una mala noticia para los blaugranas. Pero peor fue la respuesta de sus compa?eros, pues nadie dio el paso adelante conveniente. Los p¨ªvots se mostraron muy blandos, sobre todo si los comparamos con la intensidad de sus rivales, el tiro exterior fue deficiente y por si alguien lo dudaba, se confirm¨® que necesita un base con urgencia, una vez que la opci¨®n Barrett ha fracasado.
Mientras nada cuadraba en un lado, el Tau fue reconocible desde el principio hasta el final. Meti¨® puntos los que los ten¨ªan que meter (Rakocevic, Splitter y Mickeal, 54 puntos entre los tres) defendi¨® con la dureza que se le supone (sobresaliente la tarea de Rako y Vidal sobre Navarro) supo siempre encontrar los jugadores m¨¢s adecuados para cada trabajo, y ante un leve atisbo de rebeld¨ªa azulgrana a finales del tercer cuarto, Prigioni se encarg¨® de sofocarlo r¨¢pidamente. Que para eso est¨¢ el base, para darse cuenta de lo que m¨¢s conviene al equipo en cada momento.
Es un equipo que juega de memoria y al que no le falta de nada. Sus rotaciones son las justas y eso que alguna est¨¢n m¨¢s provocadas por los mosqueos de Ivanovic que por cuestiones t¨¢cticas. As¨ª, cada jugador conoce de sobra su papel, sabe lo que tiene que hacer y a qu¨¦ atenerse en las buenas y en las malas. Hablando de rotaciones, los movimientos blaugranas no siempre resultan comprensibles para el com¨²n de los mortales. Jugadores titulares como Barton o Santiago que luego no llegan a disputar ni 13 minutos, idas y venidas buscando una cuadratura que no apareci¨®, mucho cambio de personal y muy poco de din¨¢mica.
Al final todo esto conforma un equipo demasiado plano al que le cuesta un mundo elevar su temperatura, todo lo contrario que al Tau, que a la menor se pone a mil. Por esos terrenos tambi¨¦n se juegan los partidos. Total, que la primera final de esta Copa qued¨® en nada. Esperemos que la de verdad, la de hoy, sea un di¨¢logo y no un mon¨®logo.
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