Los belgas tienen memoria
Esta vez la crisis ha sacudido los cimientos de las instituciones financieras, pol¨ªticas y jur¨ªdicas belgas. Las eternizantes ri?as nacionalistas entre valones y flamencos han quedado en cosa de ni?os ante la amplitud de la rebeli¨®n de los peque?os accionistas de
Fortis, irritados por los mangoneos entre el Gobierno y la c¨²pula dirigente del banco, cuya gesti¨®n les ha dejado sin ahorros. Los 500.000 accionistas de Fortis, que invirtieron sin otro esp¨ªritu que el del buen padre de familia, han visto c¨®mo en 20 meses el precio de sus acciones ca¨ªa de 30 euros a 1.Ha sido una rebeli¨®n con todas las de la ley. En la junta celebrada el pasado 11 de febrero, unos 5.000 accionistas derrotaron la propuesta conjunta de la direcci¨®n y del Gobierno belga de vender Fortis al grupo franc¨¦s BNP Paribas. La c¨®lera de los socios proced¨ªa no tanto de los perjuicios financieros como de las manipulaciones. La junta se celebr¨® forzosamente por una decisi¨®n de los jueces, que estimaron una demanda de los accionistas por no haber sido consultados sobre la venta. El Gobierno intent¨® forzar la mano de los jueces, pero la maniobra fue descubierta y el esc¨¢ndalo se llev¨® por delante al primer ministro, Ives Leterme, y a su ministro de Justicia, Jo Vandeurzen.
El derrumbe de Fortis provoca una rebeli¨®n contra el 'establishment'
Los accionistas impidien la venta del banco a BNP Paribas
El hundimiento del banco m¨¢s emblem¨¢tico del pa¨ªs, que emplea a 65.000 personas y tiene varios millones de depositantes, ya se hab¨ªa llevado por delante a los personajes m¨¢s relevantes del establishment financiero belga. Primero cay¨® el presidente del banco y gran fact¨®tum de las finanzas, Maurice Lippens. Despu¨¦s, el todopoderoso e influyente vizconde ?tienne Davignon fue rechazado como presidente del banco.
Tras la derrota de la estrategia del Gobierno, el banco, que sigue controlado en un cien por cien por el Estado, sigue su deriva catastr¨®fica. El a?o pasado la entidad perdi¨® 18.000 millones de euros y sus dep¨®sitos descendieron de 168.000 a 142.000 millones.
Y la tormenta contin¨²a. El viceprimer ministro y ministro de Finanzas, Didier Reynders, responsable pol¨ªtico m¨¢ximo de las maniobras de venta, acumula cada d¨ªa m¨¢s sospechas.
Ante este panorama, los belgas hurgan en su memoria y se refugian en la nostalgia. Recuerdan que hace 15 a?os ten¨ªan una caja, la CGER, que hab¨ªa funcionado de maravilla durante m¨¢s de 130 a?os y que sirvi¨® de modelo a los fundadores de La Caixa. El polit¨®logo Marco van Hees, en su p¨¢gina de Internet Frerealbert.be, presenta unas cuentas fascinantes: "Fortis compr¨® la CGER por 3.000 millones de euros. Gracias especialmente a esta compra, Fortis ha tenido desde 1998 hasta 2007 un beneficio de 27.700 millones de euros. Los Estados belga y luxemburgu¨¦s han inyectado hasta el momento 11.200 millones de euros. En total, los poderes p¨²blicos han perdido 8.200 millones, y el privado ha ganado 27.700. Incluso con las p¨¦rdidas del a?o pasado, los privados seguir¨ªan ganando casi 10.000 millones".
Los belgas saben que la CEGER, fundada por el liberal radical Walth¨¨re Frere Orban con el ¨¢nimo de crear un sistema de seguros sociales, sin cargar al Estado, pero que resolviera las necesidades de la poblaci¨®n, constituy¨® el primer sistema de pensiones para accidentes de trabajo en 1903. Financi¨® miles de viviendas sociales y actividades culturales. Y saben tambi¨¦n lo que hizo Fortis.
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