Las deserciones en el peronismo debilitan el Gobierno de los Kirchner
Gobernadores y congresistas rebeldes se al¨ªan para arrebatar poder al matrimonio
Ganar unas elecciones en Argentina sin contar con el aparato peronista (justicialista) es tarea dif¨ªcil, pero esa poderosa estructura no es un bloque ¨²nico y sin fisuras, sino una agrupaci¨®n de intereses diversos que a veces oscila y se rompe en varios frentes. Es lo que ha sucedido en los ¨²ltimos d¨ªas, en que sectores peronistas "rebeldes" han anunciado una alianza para combatir a los Kirchner y a los "oficialistas" y participar unidos en las elecciones legislativas de octubre, en las que se renuevan la mitad del Congreso de Diputados y un tercio del Senado.
La presidenta de la Rep¨²blica, Cristina Fern¨¢ndez, y su marido, N¨¦stor Kirchner, presidente del Partido Justicialista, deben hacer ahora frente no s¨®lo a una oposici¨®n tradicional (radicales y socialistas, que mantienen un acuerdo propio), sino tambi¨¦n a una guerra dentro del peronismo. Si no logran mantener la mayor¨ªa parlamentaria en octubre, comenzar¨ªan meses infernales para el "matrimonio presidencial", como se les denomina en Argentina, y nadie apuesta, en ese caso, por el cumplimiento ¨ªntegro de los dos a?os y medio de mandato que le quedan a Cristina Fern¨¢ndez.
El conflicto del campo ha sido el detonante de la ruptura del kirchnerismo
La alianza que preocupa a los Kirchner es la de dos pol¨ªticos peronistas, Felipe Sol¨¢ (ex gobernador de la provincia de Buenos Aires de 2002 a 2007) y Francisco de Narv¨¢ez (un conocido millonario de origen colombiano, diputado justicialista por la misma provincia), unidos en esta ocasi¨®n con el popular jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, que cuenta con su propio partido. Los tres comparecieron en febrero ante la prensa para anunciar que presentar¨¢n una lista com¨²n para la provincia de Buenos Aires, decisiva en los comicios de octubre. Todav¨ªa no se sabe qui¨¦n encabezar¨¢ la candidatura, pero el compromiso de unirse electoralmente supone una apuesta fuerte y un polo de atracci¨®n para otros abandonos. "No se trata de decidir qui¨¦n de los tres se plantea ser candidato presidencial en 2011, sino de quitarle la mayor¨ªa a Kirchner en el Congreso. Sobre eso se llegar¨¢ a un pacto, sin duda", asegur¨® un portavoz de los aliados.
La alianza cuenta, adem¨¢s, con la posibilidad de llegar a acuerdos poselectorales con los dos grupos que forman hoy d¨ªa el radicalismo, la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), que dirige Gerardo Morales, y la Coalici¨®n C¨ªvica (CC), de Elisa Carri¨®, unidos, a su vez, con los socialistas y con su principal dirigente, el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner.
Todos los analistas argentinos coinciden en que la batalla principal para octubre se dar¨¢ en la provincia de Buenos Aires y que no est¨¢ todav¨ªa ni dada ni ganada. Buenos Aires provincia concentra el 40% del voto efectivo de todo el pa¨ªs. Al contrario que la capital, donde predomina un voto conservador, el empobrecido segundo cintur¨®n formado por 13 poblaciones que rodean a la capital y que concentra 10 millones de habitantes, suele votar a lo que considera peronismo de izquierda, representado hasta ahora en buena parte por los Kirchner.
Mientras la presidenta recorre el pa¨ªs intentado asegurar apoyos en otras provincias, su marido, instalado en la residencia oficial de Olivos, maneja los hilos, el Gobierno, las subvenciones y los entramados para asegurarse la fidelidad de los alcaldes de esas 13 poblaciones del "conurbano", as¨ª como el apoyo de los "gordos", los principales dirigentes de la central sindical peronista CGT. N¨¦stor Kirchner intentar¨¢ revalidar, adem¨¢s, el apoyo de los peque?os grupos de izquierda y de intelectuales progresistas como Carta Abierta, que les han defendido hasta ahora, aunque casi exclusivamente por el impulso que dieron a la reapertura de juicios contra militares de la dictadura.
Por el momento, los Kirchner est¨¢n recibiendo malas noticias, porque algunos de los diputados y senadores que integraban el Frente para la Victoria que les llev¨® a la presidencia han anunciado ya que abandonan la bancada del oficialismo. El m¨¢s sonado ha sido el senador Carlos Reutermann, el ex piloto de f¨®rmula 1. Pero la presidenta tiene a¨²n una precaria mayor¨ªa en el Congreso de Diputados y el Senado.
Peor que estos abandonos ser¨ªa la reapertura del llamado "conflicto del campo", que estuvo a punto de provocar la dimisi¨®n de la presidenta en julio de 2008 y que dio origen a su bajada de popularidad. El enfrentamiento con el campo no es ahora tan intenso como entonces, cuando el Gobierno pretendi¨® subir los impuestos a la exportaci¨®n, pero puede terminar encon¨¢ndose si fracasaran las conversaciones que se inician ma?ana. Por el momento, los productores de grano han realizado ya una huelga de tres d¨ªas.
El peronismo, dicen sus cr¨ªticos, es como una piscina llena de pira?as. Uno puede nadar tranquilamente en sus aguas, siempre que no se haga una herida. En ese momento, todas ir¨¢n a por el ba?ista. La herida de los Kirchner se llama "conflicto con el campo", porque fue una batalla que dieron y que perdieron, y dej¨® en evidencia las autoritarias maneras de N¨¦stor Kirchner. Su incapacidad para comprender el alcance del conflicto y su violento enfrentamiento con los diputados peronistas que quisieron hacerle entrar en raz¨®n y que, en ¨²ltima instancia votaron en contra de su ley, le puede pasar ahora factura.
Dos frentes antikirchner
- Felipe Sol¨¢ (ex gobernador de la provincia de Buenos Aires) y Francisco de Narv¨¢ez (millonario de origen colombiano y diputado justicialista por la misma provincia) y Mauricio Macri, alcalde de la Ciudad de Buenos Aires
- La Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR) que dirige Gerardo Morales, y la Coalici¨®n C¨ªvica (CC), de Elisa Carri¨®, unidos, a su vez, con el Partido Socialista, cuyo principal dirigente es el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner.
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