Los actores buenos valen para todo

Un actor es un se?or que hoy come fais¨¢n y ma?ana tiene que comerse las plumas, sentenci¨® el c¨®mico argentino de cine, teatro, radio y televisi¨®n Fidel Pintos. Raros han sido los int¨¦rpretes que no hayan navegado con naturalidad entre escenarios y plat¨®s, fueran de cine o de televisi¨®n, al menos en Espa?a, donde el estajanovismo naci¨® de la necesidad de sobrevivir. Rafaela Aparicio, por ejemplo, contaba con simplicidad que por la ma?ana interven¨ªa en pel¨ªculas, y por la tarde hac¨ªa sus dos funciones de teatro diarias. Huyendo de la escasez.

El cine ha dado estrellas, y ser¨ªa dif¨ªcil entender buena parte del siglo XX sin contar con sus rostros en la pantalla que fueron modelos de conducta y de belleza, impulsores de admiraciones, pasiones y delirios. Pero se dice tambi¨¦n que un actor no es realmente completo hasta que hace teatro, lo que parece cierto cuando se oye vocalizar tan mal a numerosos actores j¨®venes actuales, aunque en su caso no sea s¨®lo cuesti¨®n de logopedia.

El cine, cuentan malvadamente los c¨®micos mayores, tambi¨¦n puede hacerse con gentes de la calle, dibujos animados y hasta con animales, mientras que el teatro precisa de int¨¦rpretes de verdad. ?Ser¨¢ ¨¦sa la raz¨®n de que se haya puesto de moda el que actores y actrices estrellas del cine y la tele se est¨¦n pasando al teatro? ?Quieren demostrar que tienen talento? ?Huyen de la crisis del cine y aprovechan el auge actual de los escenarios?

Parece un camino a la inversa. Si antes era habitual forjarse en el teatro y pasar luego al cine, ahora se comienza en la tele, medio para el que parece no necesitarse m¨¢s cualidades que juventud y belleza. Los vicios adquiridos en ese ¨¢mbito en que se trabaja contrarreloj se prolongan luego en los dem¨¢s medios, y la necesidad de hacerse entender queda en segundo plano. Claro que tambi¨¦n se dec¨ªa que los actores de teatro resultaban teatrales en el cine, Margarita Xirgu, por ejemplo, que dej¨® s¨®lo un testamento cinematogr¨¢fico en el que se reconoce su leyenda de actriz excelsa.

Los actores (y actrices) realmente excelentes valen para todo. ?sa es la prueba de fuego a la que se est¨¢n sometiendo ahora los muchachos de la tele cuando pisan un escenario. S¨®lo lo hacen quienes tienen ambici¨®n, y tenerla ya es meritorio.