"Juande tiene que hablar con Robben"
Tras la derrota ante el Liverpool, el vestuario debate sobre el aprovechamiento del extremo
Pedja Mijatovic acudi¨® ayer a Valdebebas para lanzar un mensaje de ¨¢nimo: "Todav¨ªa quedan 90 minutos". Tras la derrota sufrida en la Liga de Campeones ante el Liverpool (0-1), en el partido de ida de los octavos de final, la plantilla del Madrid escuch¨® con escaso inter¨¦s la arenga del director deportivo. A Vicente Boluda, el presidente, que tambi¨¦n se pas¨® por el vestuario, los jugadores lo escucharon con la misma falta de entusiasmo. Los futbolistas, como los hinchas, observan a Boluda con creciente suspicacia. Cuando el lunes anunci¨® que "chorrear¨ªan" al Liverpool, el presidente comprometi¨® su palabra y su autoridad. Boluda perdi¨® por partida doble.
La derrota del mi¨¦rcoles exhibi¨® las carencias de la directiva y de la plantilla. Al Madrid le falta un punta, un extremo y un medio creativo. Mijatovic asegura que Gago es el organizador que necesita el equipo. Hasta el momento, Gago ha demostrado su car¨¢cter competitivo, nada m¨¢s. Es posible que Higua¨ªn, el jugador m¨¢s resolutivo del equipo, sea el nueve ideal, pero no acumula suficiente experiencia. M¨¢s claro resulta que Marcelo no es el interior con el que sue?a el entrenador, Juande Ramos. El Madrid necesita dos extremos y s¨®lo tiene uno: Robben.
El golpe del Liverpool alter¨® al vestuario del Madrid. Entre todos los debates internos, el del empleo de Robben es el m¨¢s encendido. Ya no s¨®lo es Juande el que duda sobre su colocaci¨®n en el campo y el efecto negativo que puede tener sobre el juego. Sus compa?eros lo cuestionan cada d¨ªa m¨¢s. Que Robben no jugase de titular en los dos ¨²ltimos partidos de Liga, y que el Madrid metiese 10 goles y desplegase el mejor f¨²tbol de la temporada, no parecen s¨®lo una coincidencia. Al menos eso es lo que piensa una parte de la plantilla que, tras quedarse a un paso de la eliminaci¨®n europea, suma m¨¢s adeptos. "Robben no sabe leer los partidos y Juande debi¨® cambiarlo de banda", dijo un miembro del equipo. "Juande tiene que hablar con Robben. Porque en la derecha tap¨® a Sergio Ramos, que no pudo subir. Si Sergio hubiera atacado por la derecha y Robben se hubiese pasado a la izquierda, habr¨ªamos creado m¨¢s ocasiones. Pero Robben no quiso cambiarse. El Liverpool ten¨ªa miedo y no supimos aprovecharlo".
Robben tiene dificultades para asociarse. Con Sergio Ramos, y, sobre todo, con los delanteros. Higua¨ªn y Ra¨²l no saben c¨®mo pedirle que suelte m¨¢s el bal¨®n. Frente a un equipo peque?o ¨¦ste puede ser un defecto aceptable. Contra el Liverpool, condicion¨® el juego del Madrid hasta aislar por completo a Higua¨ªn y anular las posibilidades ofensivas del equipo. Algunos jugadores empiezan a pensar que ha llegado la hora de que Juande hable con el holand¨¦s.
La consideraci¨®n de Robben se ha invertido en dos semanas. El hombre ha pasado de ser el jugador m¨¢s desequilibrante del equipo a lo largo de siete victorias consecutivas en la Liga, exaltado por el p¨²blico y por sus compa?eros, a convertirse en objeto de todo tipo de conjeturas en el seno del grupo. El primero en desmitificar su car¨¢cter de intocable fue el entrenador, el viernes pasado. "El equipo funcion¨® mejor sin Robben", dijo Juande, como si descubriera el misterio que lo atorment¨® durante los dos meses que llevaba al frente del equipo. Ahora el t¨¦cnico observa que con Huntelaar arriba y con Higua¨ªn a la derecha, el juego se arma mejor.
Adem¨¢s de funcionar bien, el Madrid sin Robben mete los mismos goles que con ¨¦l. Aproximadamente 2,2 tantos por partido. Un dato curioso, teniendo en cuenta que, tras la venta de Robinho, el holand¨¦s pasa por ser la gran figura. Lo manifiestan las cifras (36 millones de euros cost¨® su fichaje, el tercero de la historia del Madrid tras Zidane y Figo), y lo hace notar el propio futbolista, partidario de reclamar de sus compa?eros un trato diferencial cuando se trata de repartir juego. "El bal¨®n, r¨¢pido aqu¨ª", le suele decir a Guti. "El bal¨®n, a m¨ª", le advierte a Sneijder.
Su an¨¢lisis de la derrota apunt¨® al mal funcionamiento del equipo. "Debemos mover m¨¢s r¨¢pido el bal¨®n", se quej¨® Robben, como si no fuera con ¨¦l.
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