Todav¨ªa buscando a Marta

A ocho metros de profundidad en el r¨ªo Guadalquivir los buzos lo ven todo negro. Sufren la m¨ªnima visibilidad que conllevan las aguas turbias. Llevan el pecho a ras del fondo y dan grandes brazadas para abarcar lo m¨¢ximo posible mientras recorren pistas de cien metros acotadas por cuerdas. S¨®lo descienden durante las dos horas diarias "de reparo", cuando las corrientes del r¨ªo dan una tregua. Buscan el cuerpo de Marta del Castillo y el cenicero con el que Miguel Carca?o supuestamente asesin¨® a la joven hace un mes, arrojado al r¨ªo desde una pasarela.

El hallazgo del cad¨¢ver de Marta es decisivo para la investigaci¨®n judicial del caso. Si ¨¦ste aparece, los forenses determinar¨¢n si la joven estaba viva cuando sus dos amigos, Miguel y Samuel, supuestamente la arrojaron al r¨ªo. En este caso ambos ser¨ªan acusados de asesinato, mientras que si Marta falleci¨® en el domicilio de Miguel de un golpe certero, ¨¦ste ser¨ªa acusado de homicidio. Pero a las intensas y recientes lluvias hay que a?adir otro problema. Por el canal donde Marta fue supuestamente lanzada transitaron embarcaciones con grandes turbinas hasta que se inici¨® la b¨²squeda, dos semanas despu¨¦s de su desaparici¨®n. Y esto puede haber hecho desaparecer el cad¨¢ver, se?alan fuentes del caso.

"Con tanta gente es muy extra?o que no aparezca, porque no es profundo"

El cad¨¢ver es decisivo para saber si hubo asesinato u homicidio

Estos d¨ªas el r¨ªo ha devuelto el cad¨¢ver de un hombre, dos semanas despu¨¦s de su desaparici¨®n, pero en ocasiones las apariciones de cuerpos se han retrasado varios meses. Eso s¨ª, los investigadores tienen la seguridad de que el cad¨¢ver no ha llegado al mar, porque las corrientes tienden a expulsar los cuerpos, cuando ¨¦stos empiezan a flotar, hacia las orillas. A pesar de ello, los militares desplegados han revisado la desembocadura en Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz) y varias playas gaditanas.

La b¨²squeda ha empezado a disminuir su intensidad porque seis agentes recorren un mismo tramo de orilla cada d¨ªa. Sin embargo, de manera oficial el amplio dispositivo se mantendr¨¢ hasta que el Gobierno, responsable del mismo, lo decida, o hasta que el juez del caso imponga un cambio en la b¨²squeda. "Los se?uelos lanzados al r¨ªo nos han indicado que las corrientes son tambi¨¦n ascendentes y hemos ampliado el ¨¢rea de b¨²squeda hacia C¨®rdoba", ilustra Manuel Piedrabuena, comisario que coordina el operativo.

Tras dos semanas de rastreo intenso, no hay huella del cenicero ni del cad¨¢ver de la joven sevillana. Una treintena de buzos del Grupo Especial de Actividades Subacu¨¢ticas (GEAS) de la Guardia Civil desplazados al r¨ªo desde todo el pa¨ªs son s¨®lo el v¨¦rtice de un dispositivo de b¨²squeda ins¨®lito para localizar un cuerpo, y que a diario moviliza 226 agentes. "Con tanta gente es muy extra?o que no haya aparecido porque el agua no es fr¨ªa ni profunda, aunque s¨ª hay corriente", comenta Jos¨¦ ?ngel Criado, jefe de los GEAS en Sevilla.

Casi un centenar de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias de las Fuerzas Armadas recorren sin descanso los 80 kil¨®metros de orillas del r¨ªo entre Sevilla y la desembocadura en busca de cualquier pista. Junto a ellos, agentes de la polic¨ªa y la Guardia Civil acompa?ados de perros rastreadores, cuatro de ellos venidos de Holanda, dos helic¨®pteros, 22 embarcaciones y tres motos de agua. Esta semana se ha sumado personal del Grupo Especial de Operaciones (GEO), de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) y una embarcaci¨®n con un sistema de sondas incorporado que emite im¨¢genes en tres dimensiones del fondo del r¨ªo. Adem¨¢s, la Guardia Civil trabaja con un potente detector de metales, por si Marta llevara pulseras met¨¢licas el d¨ªa de su desaparici¨®n, y los buzos han inspeccionado los colectores de aguas fluviales de Sevilla en busca del cuerpo.

"Nunca vi un operativo parecido. Hemos encontrado ovejas, perros y much¨ªsima basura. Es horroroso porque te confundes con frecuencia", comenta Juan Carlos Rodr¨ªguez, bombero desplazado al r¨ªo. A su lado, un militar comenta: "No hay descanso. Llevamos dos semanas casi 13 horas al d¨ªa. Es muy duro no encontrarla, pero el ¨¢nimo no decae porque muchos somos padres".

El agente Antonio Luque buscaba ayer con su perro Caz¨¢n cualquier rastro, pero siempre acompa?ado en el r¨ªo por las lanchas z¨®diac, para evitar as¨ª posibles accidentes. "No ha marcado todav¨ªa su ladrido t¨ªpico pero s¨ª excitaci¨®n. Luchamos contra la monoton¨ªa porque es muy complicado mantener la tensi¨®n despu¨¦s de 14 d¨ªas. Y trabajamos desde que sale el sol hasta que se oculta". De momento, sin rastro del cuerpo o de las ropas que vest¨ªa Marta hace un mes.