"La vida curte"
La tenista Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez, proyecto de estrella a los 18 a?os, vuelve a la ¨¦lite tras superar la p¨¦rdida de un hijo
Es 2001, y Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez, tenista, parece estar escalando derechita hacia la cima del mundo. Pepa, sin embargo, se asoma y duda. Ha dejado atr¨¢s la pelea con la b¨¢scula, vivida a la baja. Reci¨¦n cumplidos los 18, ya se codea con las 55 mejores del mundo. Y, de repente, se hunde. Puesta frente a la presi¨®n de la ¨¦lite, en 2002, descubre que no est¨¢ "preparada mentalmente". En 2003 empieza a jugar cada vez menos y a perder cada vez m¨¢s. Abre 2004 felizmente embarazada y lo cierra sin hijo. Es la crisis total. El naufragio. Y la tentaci¨®n de anunciar el adi¨®s definitivo traducida en meses sin jugar, en tres temporadas dur¨ªsimas intentando volver a las pistas, en un 2008 que la confirma de nuevo entre las mejores y la deja exactamente en el mismo sitio en el que acab¨® el a?o 2001: 92? del mundo. "Es que 2003 y 2004 fueron dos a?os perdidos", dice Mart¨ªnez coronada la semana pasada en Bogot¨¢, donde gan¨® el primer t¨ªtulo de su vida, con 26 a?os, y puso un punto y aparte a una biograf¨ªa como una ruleta rusa, dura, fuerte y apta s¨®lo para supervivientes.
"Si las cosas no salen, te desesperas. Dudas. Lo m¨ªo es el triunfo de la perseverancia", razona la jugadora
"La dimos por perdida. Ha superado obst¨¢culos con los que muchas no habr¨ªan podido", dice el seleccionador Margets
"Empec¨¦ en serio en esto del tenis a los 14 a?os, y fue complicado", explica la tenista murciana desde Acapulco, M¨¦xico. "Me fui becada a Barcelona por la federaci¨®n. Al principio, irme, despegarme de la familia, estar sola, se me hizo dif¨ªcil. Fue duro". Mart¨ªnez, una tenista echada para adelante, la m¨¢s alta de las espa?olas con sus 176 cent¨ªmetros, una que juega siempre con riesgo, siempre para arriba, empez¨® a pensar, cuentan, que a aquel cuerpo le sobraban kilos, y de ah¨ª naci¨® la especulaci¨®n del principio de anorexia. "Nunca constatamos una alteraci¨®n de ese tipo", defienden desde la federaci¨®n de tenis. "Deb¨ªa perder peso, porque se hab¨ªa descuidado un poquito". Mart¨ªnez no pone palabras a los demonios. Habla con silencios y sigilo. "La vida te va curtiendo", dice. "Muchas veces haces bien las cosas, pero no salen, y te desesperas, dudas, y no sabes si seguir, si no..., hasta que comprendes que la vida te pone donde te mereces".
"Llegamos a darla por perdida", resume Miguel Margets, seleccionador femenino, que conoce a la jugadora desde que apareci¨® por Barcelona. "Dos a?os fuera de la alta competici¨®n es mucho tiempo. Si Mar¨ªa Jos¨¦ est¨¢ donde est¨¢ es porque es una gran competidora que ha superado una serie de obst¨¢culos, una serie de adversidades, que muchas no habr¨ªan podido superar. Es una mujer capaz de hacer cosas que muchas no son capaces ni de intentar. Es muy decidida. No tiene miedo al riesgo. Es una valiente".
Aqu¨ª, las pruebas. Enero de 2001. Venus Williams, jugadora temible de terribles m¨²sculos, toda una n¨²mero uno, se pasea por el alambre de los tres sets contra una ni?a de 18 a?os en el abierto de Australia. Pepa Mart¨ªnez. Junio de 2008. Williams, que va camino del t¨ªtulo, se sorprende ante el nombre de su rival de la tercera ronda de Wimbledon, porque le toca jugar contra un fantasma y en un sitio con maleficio: la pista dos de Wimbledon, el cementerio de los campeones. All¨ª le espera, all¨ª pelea, all¨ª pierde de nuevo, Pepa Mart¨ªnez, la desaparecida.
"?Volver me ha costado casi tres a?os! Ha sido el triunfo a la perseverancia y la constancia que he tenido durante a?os", resume sobre su regreso a los grandes escenarios. "El mejor consejo que me han dado es ser alegre siempre, ser feliz siempre, sonre¨ªr. 'Haz todo lo que est¨¦ en tus manos, que seguramente llegar¨¢ tu sue?o', me dicen", contin¨²a la tenista, que sigue en Barcelona con sus amigas del grupo de entrenamiento 40-15. "La filosof¨ªa es trabajar. En mi vida he tenido muchos altibajos. Cuando estuve fuera del tenis, me di cuenta de lo mucho que me faltaba. Ahora quiero aprovechar el poco tiempo que me queda. C¨®mo lo haga estos a?os marcar¨¢ c¨®mo pueda vivir luego".
?Qu¨¦ ha sido lo m¨¢s dif¨ªcil? "Recuperar el ritmo, el nivel, eso es lo que m¨¢s cuesta al volver", responde. "Lo que me ayuda ahora es la experiencia, la madurez como persona. Antes, a veces, cuando me dec¨ªan algo, dudaba. Ahora me doy m¨¢s cuenta de las cosas, no tengo tantos l¨ªos, voy m¨¢s directa a lo que hay, me dedico a la faena", prosigue. "Cuando est¨¢s fuera del tenis, ves la realidad de la vida. El tenis es duro, muy sacrificado, pero somos unos privilegiados. Cuando lo tienes no lo valoras".
La n¨²mero 53 del mundo ha hecho de su vida un ejercicio de superaci¨®n, un intento de recuperar el terreno perdido y un esforzarse continuo por adaptarse a la vida y sus baches. "Est¨¢ a punto para dar el salto", apuesta Margets, el seleccionador. "Disfruta compitiendo. Se encontr¨® muy joven muy metida en el tenis, y cuando sali¨® del ¨¢mbito de la federaci¨®n, donde estaba protegida, se perdi¨®. Mentalmente no estaba preparada. Perdi¨® la confianza en todos sus golpes, y peg¨® un baj¨®n".
"Tantos problemas personales, tanto sufrimiento en la pista, tanto esperar para lograr el primer t¨ªtulo... ?Qu¨¦ historia m¨¢s chunga!", le dicen al t¨¦cnico. "?Chunga? Chunga, no. No, porque lo chungo hubiera sido que se perdiera un talento como el suyo. No, porque ha vuelto. Y no, porque est¨¢ teniendo un final feliz".
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