Multas de velocidad

Al margen de la frecuente falta de criterio y homogeneidad a la hora de establecer los l¨ªmites de velocidad en nuestras carreteras, el af¨¢n recaudatorio de las administraciones (empe?adas en reprimir la infracci¨®n que les resulta m¨¢s f¨¢cil de detectar, aunque no sea, ni de lejos, la que causa m¨¢s accidentes, estad¨ªsticas en mano) provoca que los conductores vayamos m¨¢s pendientes de no ser literalmente "cazados" que de conducir, con el grave riesgo que ello comporta debido al d¨¦ficit de atenci¨®n consecuencia de esta actitud. La obsesi¨®n de la Administraci¨®n (l¨¦ase DGT y, sobre todo, Tr¨¤nsit) por reducir la velocidad est¨¢ llegando ¨²ltimamente a niveles tan kafkianos como el de limitar la velocidad m¨¢xima en muchas curvas, hasta el punto de que incluso una bicicleta podr¨ªa adelantarnos f¨¢cilmente (lo he comprobado en persona). Seguir¨¦ conduciendo de manera responsable, como siempre, atento mucho m¨¢s a las incidencias del tr¨¢fico que a la posibilidad de que me multen, cosa que acabar¨¢n haciendo de todos modos. A diferencia de ellos, valoro m¨¢s, mucho m¨¢s, mi seguridad que mi cartera.